Semifinales estelares, con duelo de clásicos entre Joventut y Real Madrid y Barcelona y Unicaja. Los favoritos han ido pasando las pruebas hasta llegar el momento de la verdad, el momento de los valientes.
MIGUEL PANADÉS
Joventut - Fuenlabrada (85-63)
Joventut, talento y trabajo
Nuevamente el Joventut mostró esa continuidad en el juego que le ha permitido solventar los partidos con cierta comodidad en el resultado pero basándose siempre en el esfuerzo. Un partido igualado hasta el descanso con un Fuenlabrada insistente, incómodo y ambicioso pero que vio como en la segunda parte los verdinegros conseguían distanciarse poco a poco gracias principalmente a su dominio de rebote, su velocidad en la transición y a esa consistencia defensiva que les caracteriza. Destacó por los catalanes Pedro Barros, 18 puntos y 9 rebotes para una valoración de 30.
Valencia – Real Madrid (62-94)
Rodillo blanco
El Real Madrid vive los partidos desde el dominio de los aros, especialmente el propio, con Sow intimidando y desde la calidad de unos jugadores exteriores capaces de exponer sobre el parquet todo el abanico de virtudes necesarias para superar al rival. Ante ese sunami los rivales deben como primer objetivo equilibrar en lo posible el aspecto físico para, a partir de ahí, intentar proponer el baloncesto que quieren. Valencia lo intentó y por momento pareció conseguirlo. Jugó organizado y compacto pero obviamente le faltó la fuerza necesaria para poder competir el partido hasta el final. Destacaron por el Real Madrid Radoncic y Salvador.
CAI Zaragoza – Unicaja (48-65)
Consistencia malagueña
Solvencia de Unicaja que tuvo en Rosa y Sow sus baluartes ofensivos y en todo el conjunto los artífices de una defensa construida desde la anulación de Krejci en la producción de juego aragonés y de Mendicote y Bernacer en la finalización. Focalizados y neutralizados los principales peligros del rival, Unicaja supo mantener orden en su ataque llevando el partido en cada momento al ritmo que más le convenía. El desgaste físico al que sometió Unicaja al CAI determinó un último cuarto decisivo que confirmó la clasificación para semifinales.
Barcelona – Cáceres (116-64)
Superioridad azulgrana
El cruce más desequilibrado de los cuartos lo afrontó el Barcelona con la misma velocidad con la que lleva viviendo los partidos desde el inicio del campeonato. Independientemente de rival o de marcador los azulgrana no bajan el nivel de intensidad y trabajan a destajo en una actitud que lejos de parecer prepotente, muestra máximo respeto por el adversario. Cáceres trabajó para evitar lo inevitable y el primer cuarto incluso fue capaz de desafiar a un rival infinitamente superior, por físico y talento. Pero aunque en defensa se vio desbordado, el conjunto extremeño fue capaz de amenazar el aro catalán y terminar el partido, con clara derrota sí, pero con la cabeza muy alta por haber llegado hasta ahí.