HISTORIA
La FEB homenajea a Encarna Hernández, en el Foro 2014-AS 'Abriendo camino'
3/6/2014 - 12:57 PM
Encarnación Hernández recibe el cariño y reconocimiento del baloncesto español como colofón a un gran Foro 2014-AS que ha versado sobre el papel de las mujeres que están “abriendo camino” en el deporte. Ella, una de las pioneras de nuestro baloncesto, no podía faltar en una cita así.
ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Si alguien se fija en su biografía verá que pone que en 1953 dejó de jugar a baloncesto… se equivoca, Encarnación Hernández nunca ha dejado el baloncesto. El Espacio 2014 ha recibido con los brazos abiertos a una de sus pioneras y más allá de haber sido una de las primeras mujeres que comenzó a disfrutar de nuestro deporte, su vitalidad y su amor por el baloncesto ha contagiado e impregnado a todos los que la han conocido.
Su naturalidad a la hora de hablar saca la sonrisa de cualquiera. Recuerda todo lo vivido y lo que le queda por vivir con unas ganas impresionantes. Tiene 97 años, nació en 1917 en Lorca (Murcia) y muy joven marchó con su familia a vivir a Barcelona (1927). Allí comenzó su idilio con el baloncesto.
Le agradece a José Luis Sáez el homenaje bajo un “esto es un sueño para mí, una de las cosas más grandes que me han pasado. Yo soy baloncesto”. Pero quizás ella no puede percibir todo lo que representa. En 1931 fundó junto a su marido, Fernando Planelles, el Club Atlas para “poder jugar a baloncesto”. Su corazón es baloncesto y nunca le ha dado la espalda pese a que la época tampoco acompañaba.
Conocida, como a ella le gusta, como “La niña del gancho” ya que era una de sus especialidades jugó en seis equipos (Atlas, Femení d'Esports, Sección Femenina, Laietano, Cottet y Barcelona). En este último estuvo nueve años y en el Laietano, su primer entrenador fue Fernando Muscat quien jugara con España su primer Europeo en 1935.
Y esa experiencia con sus entrenadores le hicieron también ver el baloncesto desde otros prismas, cuando ya había jugado y había creado un club. En 1946 logró el certificado de instructora y también vivió su “deporte amado” desde el banquillo.
Y a sus 97 años sigue igual. Cada día leyendo la prensa, plastificando cuidadosamente todos los logros del baloncesto que reflejan los periódicos y viviendo el baloncesto, siempre viviendo el baloncesto.