Con un balance de seis victorias el MyWiGo Valladolid ejerce como líder de una Adecco Oro en la que se alistaran con un objetivo prioritario: salvar al club tras un lustro de inestabilidad económica. De la mano de Porfirio Fisac, los vallisoletanos purgan los pecados y excesos de los últimos años a base de trabajo, trabajo y más trabajo por parte de una plantilla comprometida con el proyecto.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Hablar de la cancha del Polideportivo Pisuerga supone hacerlo de una de las pistas con mayor solera del panorama nacional. Históricos de la talla de Lalo García o Juan Antonio Corbalán y estrellas internacionales como Oscar Schmidt o Arvydas Sabonis colocaron en el mapa a un club que ejerció como clásico de la Liga Endesa desde su primera edición en la campaña 1983/94 y hasta su primer descenso a la Adecco Oro cinco años atrás.
Un importante poso histórico que pesa, y de qué manera, en las camisetas de una plantilla que se hace fuerte sobre la pista a la hora de afrontar cada entrenamiento. Con medios y recursos limitados en un año de saneamiento económico, los componentes de la plantilla suponen el mejor activo de un club que otea al horizonte desde el liderato de la Adecco Oro recuperado tras su victoria ante el Unión Financiera Oviedo.
De la mano del técnico Porfirio Fisac como heredero de un banquillo en el que se sentaran los maestros Pedro Zorrozúa y Moncho Monsalve, los vallisoletanos purgan los pecados del último lustro en una competición que ejerce como generadora de nuevas ilusiones en una ciudad comprometida con el baloncesto. Y pese a que desde el vestuario se considera este liderato como “algo circunstancial”, la liga se ha empeñado en entregar al equipo el mejor premio posible como reconocimiento a dos meses de intenso trabajo.
Seis triunfos que valen un primer puesto y con los que llenar la saca antes de afrontar un complicado mes de diciembre en el que su tranvía llamado deseo seguirá circulando hacia las mayores cotas posibles, aquellas que se alcanzan únicamente a base de trabajo, sacrificio y compromiso.
Porfi Fisac: “Cada victoria tiene un gran mérito”
Sabía a dónde apuntaba el club vallisoletano cuando, el pasado verano, decidiera entregar las riendas de su plantilla a un Porfirio Fisac experto en estas lindes. Su trabajo a comienzos de la pasada década llevando a un club recién nacido como el Gipuzkoa Basket desde la LEB2 hasta la Liga Endesa o su paso triunfal por la casa liderando el regreso del club a la ACB tras su única participación en la Adecco Oro (2008/09) hicieron de Fisac el perfil idóneo a la hora de afrontar esta nueva etapa.
Un reto que sin embargo distaría mucho del protagonizado seis años antes por un club tocado a nivel económico y sin la posibilidad de reforzarse con nombres de prestigio con los que allanar el camino. La filosofía del trabajo, trabajo y más trabajo se instauraba por tanto en el seno de un vestuario unido a la hora de poder afrontar cada encuentro.
Así lo reconocía tras la última victoria de su equipo un técnico orgulloso del rendimiento obtenido por una plantilla en la que veteranos y noveles ponen el yo al servicio del equipo: “Cada victoria tiene un mérito increíble para nosotros por toda la lucha y el sacrificio que lleva tras de sí. Hacía mucho tiempo que no podía presumir de tener un equipo al que la fortuna le sonríe en cada final igualado aunque esta buena suerte no es circunstancial sino que viene acompañada de mucho trabajo en cada entrenamiento y en cada partido. Confiamos mucho en nuestros jugadores y en especial en los jóvenes porque ahora ellos son nuestro futuro”.
Asentados en el liderato de la Adecco Oro, los vallisoletanos no pierden sin embargo la perspectiva dentro de una complicada temporada en la que poder hablar de futuro es ya todo un triunfo. Así lo entiende un Porfirio Fisac sincero a la hora de hablar de objetivos: “Yo tengo un objetivo claro para esta temporada y ese no es otro que el poder salvar el club entre todos. Esa es nuestra prioridad y, a partir de ahí, podemos ponernos a pensar en otras cosas… Si tuviera que decantarme por objetivos deportivos me gustaría que la próxima temporada 4 o 5 de nuestros jugadores dieran un salto de calidad importante estando mucho más valorados de lo que lo están ahora mismo mientras que, a nivel clasificatorio, no me voy a sentir tranquilo hasta que me vea matemáticamente salvado. Esta es una liga muy igualada en la que no quiero pensar por ahora en nada más que esas 10-11 victorias que te aseguran la permanencia y, a partir de ahí, pensaré en el playoff… cuando lo consigamos, pensaré en la posibilidad de estar entre los 4 primeros y así sucesivamente”.
Un camino cuya pendiente se inclinará notablemente en las próximas semanas afrontando uno de los tramos más complicados del campeonato, aquel en el que recibirán a los principales candidatos a usurpar su primer puesto en la clasificación: “Estamos intentando coger energías porque tenemos que estar preparados para el mes de diciembre que nos viene y, no hablo del frío precisamente, tendremos que hacer frente a auténticos equipazos como Ford Burgos, Melilla, Quesos Cerrato… Cada uno de los triunfos logrados hasta el momento son importantes para poder afrontar con confianza un mes en el que tendremos que dar lo mejor de cada uno de nosotros para poder plantar cara a unas plantillas plagadas de talento”.
Mikel Úriz: “Estamos satisfechos del trabajo”
Llegó a Valladolid como uno de los jugadores más experimentados de la plantilla y con el objetivo de liderar a su nuevo equipo en el regreso a una Adecco Oro en la que afrontaba un ilusionante reto en su carrera. Apenas dos meses después, la dirección deportiva del club tiene motivos para estar más que satisfecha por los resultados de una apuesta clave en el buen funcionamiento de la plantilla.
Y es que el base pamplonés ejerce desde el Pisuerga como uno de los playmakers de referencia de una competición en la que el trabajo de su equipo se ha traducido en el liderato de la categoría: “Tenemos que estar muy satisfechos porque somos una plantilla corta, sin mucho presupuesto y que está dando la cara en una competición muy abierta e igualada en la que incluso el último clasificado puede sorprender al primero. Estamos orgullosos del trabajo que estamos realizando en el día a día así como de los resultados obtenidos sobre la pista donde hemos sido capaces de sacar adelante los finales igualados para lograr los primeros triunfos”.
Unos triunfos apoyados en su juego así como en unos números que hacen de él el base nacional con mejor valoración de un campeonato en el que cumple con la hoja de ruta personal y grupal trazada durante la pretemporada: “Si te soy sincero, no soy un jugador que esté pendiente de los números ni de las estadísticas generales ya que mi prioridad es ayudar al equipo en aquello en lo me necesiten ya sea en anotación, dirección… Me estoy sintiendo muy cómodo y estoy contento por cómo ha comenzado la temporada a nivel individual permitiéndome ser útil para el equipo pero creo que aún tengo un margen de mejora y crecimiento ya que la temporada no ha hecho más que empezar”.
Tan sólo tiempo podrá dilucidar si su gran momento da los frutos deseados en el seno de un equipo en el que se siente cómodo y en el que pelea cada día de cara a la conquista de su sueño más personal: “Cualquier jugador al que preguntes te dirá que su aspiración en el baloncesto es máxima y, en mi caso, no es otra que el poder jugar algún día en la Liga Endesa pero, ahora mismo, esa ambición está a un lado ya que tan sólo me centro en el objetivo que tengo entre manos con el CB Valladolid. Si esto tiene como resultado el poder jugar la próxima temporada en ACB bienvenido sea pero, si no fuera así, seguiré trabajando por mi equipo tal y como lo estoy haciendo cada día para poder llegar juntos lo más lejos posible”.