EUROBASKET 2013
CONTRACRÓNICA: Somos un cerrojo
9/4/2013 - 8:49 PM
¡Qué envidia desprendía Boza Maljkovic en la grada ayer de Celje! Ni su Limoges habría conseguido defender en una vida como lo ha hecho España ante Croacia. Recuerden el número 40, la clave del choque está en esa cifra.
PACO RABADÁN / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Porque 40 son los kilómetros que separan la frontera entre Celje y Croacia. No vinieron 40.000 croatas, pero se hicieron notar como tales en el pabellón animando como descosidos. Hasta los eslovenos se aliaron sabiendo quien es el rival más complicado del grupo. Dontaye Draper sabía la que se avecinaba: jugaba contra Llull y Sergio Rodríguez. Los tres bases del Madrid juntos, pero no revueltos en la misma cancha. Un sueño por cumplir de Pablo Laso.
Los 40 minutos se convirtieron en interminables para nuestro contendiente. España salió concienciada en que nos quería dar el inicio de campeonato más tranquilo del último lustro y lo consiguieron con los valores que definen a este equipo: defensa, trabajo en equipo y narices. Aunque algún croata se contagió de este aspecto y golpeó fortuitamente al capitán Rudy Fernández sin mayor consecuencia que el susto y una recolocación posterior del tabique al término del choque. De lo que no se contagiaron los croatas, y mira que había camisetas en la grada, era del espíritu de Drazen Petrovic. Su 2 de 17 en tiros de tres refleja que, de momento, han fallado intentando copiar al mejor jugador de su historia.
Como consecuencia de todo lo anterior aparecen los 40 puntos que anotaron en todo el choque. Marc se convirtió en el coco de los croatas. A Saric le desbarató su peinado de Justin Bieber, a Tomic le dejó sin pisar la pintura todo el encuentro y Ukic mejor no se lo cuento. En la banda, Repesa llamaba ‘teatrero’ al español, que quedó a dos de alcanzar los dobles dígitos en faltas recibidas. Quizá el ex de Unicaja quiera cambiar el reglamento para que el abrazo del oso se legalice.
El partido dejó un instante para el anecdotario. Los árbitros señalaron a Juan Orenga una técnica por protestar a 0.9 segundos del final del tercer cuarto. Los nuestros, al ver el enfado del míster, no tuvieron más remedio que ser ‘malotes’ en el último cuarto y dejar a nuestro rival en tres puntos en todo el cuarto, curiosamente la misma puntuación que consiguieron en esos 0,9 segundos de furia del bueno de Juan.