SELECCION MASCULINA
OPINION: “Que disfruten jugando juntos…”
8/18/2013 - 1:18 AM
“Un buen entrenador consigue que la gente confíe en él. Un entrenador excelente consigue que la gente confíe en si misma” En menos de 140 caracteres un tweet de @davidLlopisPS resumía perfectamente y seguramente sin quererlo una de las máximas de las selecciones españolas. Los técnicos de los diferentes equipos nacionales buscan el máximo rendimiento dotando a los jugadores de las herramientas necesarias para que puedan ser, ni más ni menos, que ellos mismos.
Miguel Panadés
Los reiterados éxitos éste y los anteriores veranos de las selecciones de formación y Absolutas no son producto de la casualidad. Llegan fundamentados en dos claras razones. Uno y el más importante, la elección de jugadores talentosos, referentes de sus generaciones en España e internacionalmente. Sin calidad, evidentemente, los éxitos son menos probables. La segunda razón se basa en la confianza como herramienta fundamental. Un aspecto mental del jugador que guarda una directa relación con la táctica y la dirección propuesta por el entrenador.
Nos referimos a todas las categorías, masculinas y femeninas, de formación y adultas. No hay diferenciación en cuanto al método porque de lo que se trata es que, tal y como afirmaba Juan Orenga, “disfruten jugando juntos”. El seleccionador se refería a las estrellas de la Absoluta pero Lucas Mondelo diría lo mismo de la Selección Femenina, y partir de ahí coincidirían uno a uno todos los integrantes los diferentes equipos técnicos de todas las selecciones de formación. “Lo importante es que el jugador o jugadora sea y se comporte en la pista como realmente es”, pide Ángel Palmi a su equipo de entrenadores de las selecciones. Fácil argumento teórico que conlleva sin embargo un profundo y denso trabajo añadido.
Porque ese planteamiento “psicológico” sobre la importancia de la “felicidad” para rendir más va acompañado de un arsenal táctico adecuado a las características de cada uno de los jugadores y jugadoras. Incluso a la hora de dirigir estableciendo quintetos en pista, parejas de interiores, parejas de bases escoltas, rotaciones, hay previamente un detallado análisis sobre en qué “escenario” el “actor” brillará más. Las razones del éxito parten de la detección y formación de nuevos talentos. Ese mérito está fuera de dudas. Y el éxito de los resultados de las Selecciones radica en conseguir que esos talentos rindan a su mejor nivel individualizando hasta niveles del mínimo detalle todo lo relacionado con el jugador y jugadora antes y durante la preparación y durante el campeonato.
“Hay que valorar a los jugadores más por sus virtudes que por sus defectos” decía Jota Cuspinera. Esa máxima, que se fomenta entre los seleccionadores, es la que hace muchos jugadores y jugadoras sientan la autoestima alta cuando visten la camiseta de la selección. Se sientan capaces de desarrollar ese talento que les hizo destacar entre los de su generación y que llamó la atención de los directores deportivos o entrenadores de sus actuales clubes. Todos ellos y ellas eran talentos desde muy pequeños y de lo que se trata es, una vez detectados, conseguir que evolucionen y potencien esas virtudes innatas en muchos casos. Que sigan siendo “ellos mismos”, que sigan siendo “felices jugando”, que “disfruten en la pista”. Esa es la clave del buen rendimiento en las selecciones y será una de las claves fundamentales en la progresión deportiva en sus respectivos clubes. Vale la pena tener muy en cuenta ese “sencillo argumento” basado en la confianza del jugador.