Bajo la orden de 'a correr' que lanzó Minguel Méndez a sus jugadoras antes de comenzar el partido, el Celta Banco Simeón dejó helado al ya de por sí frío Pabellón de Son Moix en un primer cuarto de ensueño de las viguesas. Sabían las gallegas de la superioridad del UB-FC Barcelona si el juego se desarrollaba dentro de las zonas y ésta era la razón de aplicarse en defensa e intentar robar balones y correr al contraataque. En 10 minutos, casi sin tiempo para situarse en una cancha desconocida, el Celta realizó una escapada que obligó a Carme Lluveras, entrenadora de las actuales campeonas, a pedir un tiempo muerto (5-18, min. 7) e intentar que sus jugadoras tomaran conciencia de que esta competición se juega a un todo o nada: si pierdes, a casa. Aún así, la ventaja de las gallegas fue creciendo según caían los minutos y al final del primer cuarto muchos miraban con perplejidad un marcador inesperado: 14-28 para las viguesas. Buen debut de Williams en las azulgrana Debutó en las azulgrana Adrian Williams, una jugadora de color de nacionalidad norteamericana que llegó a Palma casi sin tiempo de conocer los sistemas de su nuevo equipo. Pese a este serio inconveniente de bajarse del avión y querer demostrar que con su fichaje el Barça empieza a olvidar a Razza Brcaninovic, Williams sacó su calidad 'made in WNBA' y acaparó los puntos de su equipo en el inicio del segundo acto, donde un parcial de 11-2 a favor de las catalanas parecía devolver la lógica al partido y, por supuesto, al marcador (25-30, min. 4). Uno de los principales problemas que desprendía el UB Barça era la ansiedad en el afán de alcanzar al Celta y ponerse por delante lo antes posible. Mientras no miraban a la parte alta del Pabellón Son Moix -lugar donde está situado el marcador electrónico-, la superioridad del equipo azulgrana era evidente, pero si echaban un vistazo al parcial el ataque parecía tener vértigo y las pérdidas de balón -hasta 12 cometieron las de Lluveras en 20 minutos- eran un lastre que no soltaban y todo parecía favorecer a un Celta que, con Blashuskova ejerciendo de estrella (13 puntos), se iba al descanso con 10 puntos de ventaja (31-41). Parcial de 15-5 El 'Uni' recuperó el orden defensivo y la claridad de ideas en ataque en el tercer cuarto y, en menos de cinco minutos, consiguieron igualar el partido con un parcial de 15-5 (46-46, min. 26). Fue el momento en que el choque se paró y nadie era capaz de repetir la escapada que el Celta había conseguido al inicio ni los puntos con los que el Barça -minutos antes- se agarraba a la Copa mallorquina (52-58, min. 30). Con esos seis puntos de ventaja, el Celta encaraba los diez últimos minutos y trataba de acaparar los titulares de los periódicos en lo que podría ser la gran sorpresa de esta XLII edición de la Copa de S.M. La Reina. Tardó seis minutos en anotar el equipo gallego su primera canasta en el último cuarto y el Barça no perdonó (60-60, min. 34). El equipo azulgrana está compuesto por una batería de jugadoras con una amplia experiencia en competiciones nacionales e internacionales. Saben cuál es el ritmo que debe tener el partido según las condiciones de tiempo y espacio y, lo que es más importante, conocen la forma de asestar la puñalada definitiva cuando se atisba la más mínima debilidad al rival. Fue de esta manera como el Barça resolvió el partido y dejó lista la semifinal ante el Ros Casares.