EBA: El punto y seguido del ‘Gran Capitán’ de Estudiantes Lugo
4/10/2012 - 8:31 PM
En la última fiesta anual del Estudiantes Lugo se rindió un homenaje a uno de los de casa. Francisco Bonell Martín es uno de esos amantes del baloncesto que han hecho y hacen de todo en este deporte. A sus 36 años y tras anunciar su retirada de las canchas, Bonell sigue vinculado al baloncesto como entrenador y, como sólo los que han jugado a esto saben lo necesario que es, sigue juntándose los fines de semana con algunos amigos a jugar algún partido de liga local.
DPTO. COMUNICACIÓN DEL ESTUDIANTES DE LUGO
La historia de Bonell con el baloncesto se inicia en el Colegio Cervantes de Lugo. Allí tomó contacto con el deporte de la canasta. Como para casi todos, el patio de juegos fue el inicio de una historia de la que ahora escribe un punto y seguido.
Bonell pasó por categorías inferiores de otro club lucense, el Sagrado Corazón, antes de desembarcar en el Estudiantes Lugo, donde combinó desde el principio sus labores de entrenador de los más jóvenes con sus propias sesiones como jugador y partidos con los equipos de Liga Provincial, primero, y Nacional y EBA después, donde se convirtió en el gran capitán del primer equipo del Estudiantes.
La vocación de equipo joven -casi siempre el más joven de la categoría en los últimos años- del Estudiantes de EBA, contaba con la excepción de Fran Bonell, que ya entrado en la treintena seguía aportando sus puntos, sus rebotes, su entrega y su veteranía y peso en el vestuario. «La veteranía me daba la responsabilidad de ser un enlace entre el equipo y el entrenador. Siempre he sentido el respeto de mis compañeros y la convivencia en el equipo siempre fue un punto a favor para el equipo», comenta.
Jornada tras jornada, la aportación de Bonell en el Estudiantes de EBA ha sido un seguro de vida para el equipo. Sin números estratosféricos, siempre ha habido rebotes, defensa y puntos importantes que aportar al equipo. El protagonismo casi siempre se lo han llevado otros. «He compartido vestuario con jugadores con gran talento y proyección». Bonell se refiere, entre otros, a Mikel Úriz, Merino o Bortolussi, jugadores jóvenes que saben lo que es disfrutar minutos en Adecco Oro. La vinculación de Estudiantes Lugo con Breogán ha llevado a todos los citados a vestir la camiseta celeste del primer equipo de la ciudad.
Pero la trayectoria de Fran Bonell no se ciñe sólo a su faceta de jugador. Haber sido uno de los integrantes del grupo de trabajo que puso a funcionar la Fundación BALOGAL, llevando el baloncesto a todos los rincones de la provincia de Lugo –recuerda viajes con furgoneta a llevar canastas a centros de la zona rural-, o desempeñar labores de delegado de equipo en el Ensino y entrenador en diferentes campus, son responsabilidades que también figuran en su currículum. A todo esto habría que sumar todas esas ocupaciones que los dedicados al baloncesto conocen, cientos de pequeñas cosas del día a día que todo club requiere.
En la historia de Fran Bonell con el basket ya figura otro punto y seguido. Fue en la temporada 2008/2009, tras unas jornadas jugando a buen nivel, con su solidez habitual, su espalda dijo basta. Una inoportuna hernia discal parecía querer separar a Fran de las canchas. Ya sin ser un niño y con lo que los médicos le habían dicho, parecía el adiós definitivo. Pero su tesón y amor a la canasta le llevaron a superarse y centrarse en su recuperación durante meses para volver. «Fueron más de cuatro meses trabajando duro. El apoyo de todos, especialmente de mi mujer, a pesar de que no era aconsejable el regreso, fue fundamental». Y es que, en ocasiones, el baloncesto logra convertirse en una motivación difícilmente comprensible desde fuera.
Tras su recuperación, Bonell se sintió importante de nuevo en el equipo durante dos temporadas más. «El primer partido tras la lesión, ante Gijón, fue muy emocionante para mí. Cada minuto sobre la cancha lo viví de una manera especial desde entonces».
Es el caso de Bonell uno de esos en que el deporte no le ha reportado prácticamente nada a nivel económico, pero sí le ha dado mucho en la vida: «haciendo balance probablemente puedo decir que el basket me ha costado dinero con desplazamientos a entrenar o a jugar durante años y en un club cuya filosofía era que los jugadores prácticamente no cobraban, en un equipo de formación. Pero sin duda hubiera jugado toda la vida por nada».
Si alguna espinita se le ha quedado clavada en su recorrido ha sido la de no saber qué hubiera sido de su carrera en el baloncesto de haber empezado en otro momento: «Nunca se sabe si cuando yo tenía menos de 18 años se hubiese trabajado como ahora, con estas instalaciones y la estructura que existe en este momento. Quizá hubiese tenido una oportunidad, nunca se sabe. Los que empiezan ahora tienen que aprovechar lo que hay a su alcance: instalaciones, entrenadores… no llegarán más que unos pocos a ganarse la vida con esto, pero, al menos, tendrán más oportunidades, eso seguro».
Sobre el parqué, Bonell se ha enfrentado a muchos que sí se han ganado la vida con el balón en la mano, al menos durante alguna etapa de sus vidas: «Esteban Gómez, Borja Pérez, Escudero, Mike Hansen… ha sido un privilegio estar en la misma cancha que muchos grandes jugadores, y muchos otros anónimos que, durante años, convirtieron la liga EBA en una competición realmente fuerte».
Sobre aquellos que dirigieron a sus equipos desde el banquillo, Fran tiene especiales recuerdos de Luis Hospido, Javi Muñoz -a quien agradece su llegada al Estudiantes-, Juan Corral, Ferreiro, Quique Fraga o Lisardo Gómez. De este último –actualmente, junto con Fraga, ayudante de Pepe Rodríguez en el Breogán- agradece su confianza:«Aparte de ser un buen amigo, confió en mí como jugador tras mi lesión y eso fue muy importante».
Entrenar a categorías inferiores del Estudiantes, o jugar en liga local son parte del método que utiliza Bonell para matar el persistente gusanillo del basket. Además, es un fijo en la grada del Pazo Universitario cuando juega el Breogán en Lugo. «Llevo desde los siete años como abonado. Con este currículum como aficionado, Fran tiene bien formada su opinión sobre el presente del equipo lucense: «La plantilla generó ilusión cuando se formó pero pagó el peaje de la falta de conjunción. Tras los refuerzos y con el avance de la liga y la mejoría en defensa, se ha encontrado una forma de juego que va bien al equipo y se acerca a la posición que debe ocupar en la clasificación». Al hablar del Breogán no puede dejar de referirse a uno de los que compartieron, hasta hace poco, vestuario con él: «Bortolussi está aportando cosas importantes al equipo. Considero que se está haciendo justicia con el porque yo se la calidad que tiene y lo que ha trabajado para llegar aquí ».
Tras una larga charla sobre este punto y seguido en su vida, Fran Bonell, al que nunca consideraremos un ex jugador porque siempre buscará tiempo para vestirse de corto, se marcha con prisa. Toca entrenar a los chavales del Estudiantes.