ADECCO ORO: Gigantes con pies de plomo - Granger Hall y Brian Jackson
1/26/2012 - 12:24 PM
Se cumplen 25 años de la llegada a Huesca de una de las parejas históricas de la ACB: Granger Hall y Brian Jackson. No te pierdas este interesante reportaje de María Ramón para las páginas del Diario del Altoaragón.
MARÍA RAMÓN / DIARIO DEL ALTOARAGÓN
Todos los días, haga frío o calor, a las 4.15 suena la rutinaria alarma del despertador que le avisa de que es hora de ir a pasear a sus perros. Esta actividad se ha con¬vertido durante los últimos años en uno de sus mayores hobbies . Ya no es jugador profesional, ni siquiera sigue vinculado al balon¬cesto, pero le gusta mantener una rutina que le permita compaginar la vida familiar con su trabajo y el ejercicio físico. Es padre de fa¬milia y, por eso, cada día, disfruta preparándoles a sus hijos el desa¬yuno al más puro estilo america¬no (huevos, bacon, tortitas) y lle¬vándoles al colegio. En los largos trayectos en coche, tan habituales en el estado de Ohio, su hijo pe¬queño, David, (que también juega a baloncesto) se ríe de su padre y no acaba de creerse que aún se acuerden de él aquí, en España. Él no puede evitar echar la vista atrás, y rememorar el tiempo en el que vivió y disfrutó tanto en la ciudad de Huesca. Y es que hace ya 25 años desde que Granger Hall pisó por primera vez la pe¬queña capital oscense. “Me gustó mucho la ciudad desde el primer momento, me sorprendió lo pe¬queña que era y lo involucrada que estaba la gente con el balon¬cesto” , dice Hall. Poco podía ima-ginarse que esta ciudad lo acoge¬ría durante seis largos años y que en el Magia Huesca encontraría a su complemento perfecto en la pista: Brian Jackson, que también llegaba nuevo al equipo tras una gran campaña en el Real Madrid.
Eran los 80. Se jugaba con equipajes muy cortos y calceti¬nes excesivamente altos, existían los empates, las posesiones de 30 segundos y se podía fumar en los pabellones. A mediados de dé¬cada se produjo la consolidación del Magia Huesca como equipo de ACB y también supuso el asen¬tamiento económico del club con la esponsorización dela Diputa¬ción Provincial y la campaña de promoción “Magia Huesca”. Los fichajes de Hall y Jackson en la temporada del 86-87 daban alas al equipo y animaban a la afición a no dejar de soñar. La décima jornada enfrentaba al Magia y al Caja Bilbao y supuso el debut en casa de Brian. Sin apenas cono¬cerse, Jackson y Hall se compene¬traron durante todo el partido,lo que hizo presentir a los que allí estaban que esta pareja sería vital para el equipo de ahora en adelan¬te. “Desde el primer partido mar¬caron la diferencia, todos supi¬mos que mientras estuvieran con nosotros íbamos a disfrutar cada encuentro” dice José Antonio Or¬tas, por aquel entonces presidente del club. Con la pareja de ameri¬canos llegaron los años dorados del baloncesto oscense, del gélido pabellón del Magia salieron de¬rrotados equipos como el CAI, el Barça o el Real Madrid. Jugadores de la talla de Petrovic o Fernando Martín se vieron atados de pies y manos una vez que probaron la medicina del tándem Hall-Jack¬son. El periodista Luis Abadías se encargaba de la retransmisión de los partidos del Magia y si ha de recordar uno en concreto lo tiene claro: “Sin duda el que enfrentó al Magia Huesca con el Real Madrid por lo que supuso ganarle a un equipo de su categoría, es algo in¬olvidable lo que se vivió en aquel pabellón. La gente joven que no lo presenció no sabe lo que sig¬nificó para Huesca codearse enla ACBcon los mejores equipos y además ganarles. Fue un orgu¬llo poder contarlo y formar parte de esta historia del baloncesto os¬cense”.
Tras la primera temporada juntos, Hall y Jackson se conso¬lidaron como una de las mejores parejas de americanos de todala ACB. Briancon su muñeca de seda tenía la virtud de hacerlo todo fácil, no solía complicar¬se la vida y con una buena finta dejaba atrás a cualquier defensor con el tiempo suficiente para ar¬mar su tiro. “Al principio le costó un poco tirar de la línea de tres puntos ya que fundamentalmen¬te tiraba de 5 o6 metrosdespués de bote. Pero entre todos le con¬vencimos para que lo intenta¬ra y ya creo que lo consiguió, se convirtió en uno de los mejores triplistas de la liga”, dice Alberto Alocén, compañero de equipo en el Magia. Granger era la otra mitad, su gran salto y su entrega por cada balón hicieron de él un gran reboteador (llegó a registrar 10 rechaces por partido) y se con¬virtió en un pívot insustituible para el equipo oscense. Alocén asegura, entre risas, que Hall era un tanto anárquico en el juego y que nunca ponía demasiado in¬terés en aprenderse los sistemas; algo que llegó a sacar de quicio a algún que otro entrenador. Eran jugadores de primera línea que sabían ser uno más del equipo, su profesionalidad era máxima y la transmitían al resto de juga¬dores, así como su actitud gana¬dora. Este carácter era comparti¬do dentro y fuera de la pista con sus compañeros y con la afición. De hecho, si son recordados en Huesca (a parte de por su juego) es por su carisma, su humildad y su simpatía con todos los que se acercaban a ellos. Jordi Puig, compañero durante la tempora¬da 86-87, asegura que la clave fue esa, que eran “grandes jugadores de baloncesto” y, al mismo tiem¬po, “personas muy normales”, y esto ha provocado que permanez¬can en el recuerdo de todos los oscenses.
El Magia Huesca era uno de los equipos más humildes de la categoría, que ofrecía suel¬dos más escuetos que equipos como el Barça o el Real Madrid. Tanto a Hall como a Jackson les llovieron, durante los seis años que vistieron de blanco y verde, numerosas ofertas para abando¬nar el club oscense pero ellos las desecharon. “El Magia me dio la oportunidad de disfrutar jugando a baloncesto y darme a conocer. Los seis años que permanecí en Huesca se basan en lo bien que nos trataban tanto el club como la gente y la tranquilidad con la que se vive en la ciudad”, cuenta Hall. Brian Jackson, en la última entrevista que concedió hace cua¬tro años afirmaba que al principio creía que solo estaría un par de temporadas cogiendo experien¬cia antes de intentar entrar enla NBA, pero que luego “uno se da cuenta de que es más feliz jugan¬do mucho y siendo importante para mucha gente que al final de un banquillo en un equipo que te importa menos”. “Estaban satisfe¬chos con lo que cobraban, no ne-cesitaban más, estaban a gusto en la ciudad, no eran personas con¬flictivas y sabían que se les quería; para mi fueron el alma del Magia Huesca en los mejores años de su historia”, afirma Lázaro Vené¬reo, miembro de la junta directi¬va. Esta sencillez los convirtió en verdaderos gigantes con pies de plomo, tuvieron fama, éxito, fue¬ron admirados por la afición y de-seados por muchos clubes, pero siempre tuvieron la cabeza muy bien amueblada y supieron ante¬poner valores como su felicidad, el compromiso con un proyecto y el bienestar de su familia a la am¬bición. Se conformaron con ser felices haciendo lo que más les gustaba y eso se tradujo en una gran carrera deportiva que hizo que, actualmente, sigan siendo recordados como dos históricos dela ACB.
Granger Hall se retiró en el 98 jugando en el Ciudad de Huelva. A día de hoy vive en en un rancho en Bucyrus (Crawford, Ohio). Si¬gue manteniendo esa sonrisa que le ilumina la cara y la inquietud de mantenerse ocupado a cada minuto. Mª Jesús Hall, su mujer, dice de él que le gusta mucho disfrutar de sus hijos; “se dedica un tiempo para él, pero la mayor parte del día es para la familia”. Desde que dejara el baloncesto se ha dedicado a trabajar como profesor de educación especial en un centro con niños conflicti¬vos. En sus ratos libres le encanta ir a ver partidos dela NBAy, en ocasiones, ayuda al entrenador en el equipo de su hijo pequeño. Su mujer es la culpable de que no haya podido olvidarse de Huesca ya que Mª Jesús es de Almudévar, un pequeño pueblo de la provin¬cia oscense, y esto provoca que cada dos años hagan una visita a la ciudad a la que le guarda tan¬to cariño y pueda reencontrarse con grandes amigos con los que se sigue manteniendo en contacto pese a que hace casi 20 años que dejó el Magia.
De Brian poco se sabe. Desapa¬reció del panorama deportivo en el 95 tras su paso por el Caja San Fernando. Y desde entonces ha sido prácticamente imposible seguir¬le la pista. Regresó con su mujer Heidi y sus tres hijos a Salt Lake City (había estudiado en Utah State), estuvo un año y medio de viaje misionero en Chile con la co¬munidad mormona y, actualmen¬te, tiene un papel importante enla West RidgeAcademy (WRA), una escuela benéfica para niños con problemas en la que trabaja codo con codo con, quizás, el ba¬loncestista mormón más conoci¬do de la historia: Shawn Bradley. Lo último que se sabe de Jackson es que fue homenajeado en Utah por toda su trayectoria como ju¬gador profesional. Su mujer y él se han desentendido de todos los amigos que pudieron hacer en España, incluso de Granger con el que mantuvo una relación de amistad de más de 8 años. Ahora viven centrados en su familia y en la comunidad mormona.
“Los dos eran auténticos profe¬sionales”, afirma Ricardo Ramón, miembro del equipo técnico del Magia Huesca, “su exitosa trayec¬toria deportiva y las marcas histó¬ricas que establecieron enla ACBfueron la culminación de un buen trabajo diario”. Y es que, actual-mente, Granger sigue teniendo el récord de rebotes (4.292) dela ACBy es el cuarto máximo ano¬tador (8.034 puntos) justo por de¬trás de Brian (8.635). Pese a estas cifras históricas que a más de uno le harían colocarse por encima del bien y del mal, ellos siguen siendo simplemente “Brian y Granger” y así es como se les recuerda en Huesca, una pequeña ciudad que gracias a esta pareja pudo saber lo que es el baloncesto en estado puro.