ARBITROS: Anna Cardús, volver a nacer
11/26/2011 - 11:46 AM
El Diario Marca publica este sabado un reportaje sobre la recuperacion de Anna Cardús, que ha vuelto a arbitrar tras una enfermedad que la tuvo un mes en coma inducido
DIARIO MARCA
Anna Cardús tuvo que volver a aprender a escribir, caminar y, prácticamente, a hablar tras estar cinco semanas en coma inducido. A finales de abril los médicos le diagnosticaron una meningitis e ingresó en el Hospital Clínic de Barcelona. La enfermedad obligó a los galenos a comunicar a sus padres en dos ocasiones que la árbitro de la ACB no saldría adelante. Pero esta barcelonesa de 41 años no se rindió y el 6 de noviembre, en un Unicaja-Blancos de Rueda Valladolid, volvió a pitar.
Ahora es más fuerte. Mucho más. Incluso asegura que se sintió más preparada mentalmente cuando regresó al parqué que en sus inicios en la élite, hace nueve años. "Estoy muy contenta de cómo me están saliendo las cosas. Sigo igual que la temporada pasada, quizá un poco mejor y todo. No noto ninguna diferencia y a nivel físico me siento bien. De hecho, al volver a pitar me sentía más capacitada para hacerlo que cuando empecé por la experiencia de toda mi carrera", confiesa.
Ahora está tranquila. Ha pasado página y nos lo cuenta con naturalidad mientras se toma un cortado en un local cerca de la Sagrada Familia. Pero la experiencia fue durísima: "La que lo pasa peor siempre es la familia. En las cinco semanas que estuve en coma les dijeron que no saldría adelante. Durante ese tiempo los médicos intentaron dar con la medicación correcta y cuando lo hicieron me despertaron del coma y me pasaron a planta". Ahí empezó un mes radicalmente distinto.
Lo peor ya había pasado pero los primeros días fueron los más complicados. "Es complejo de explicar pero, básicamente, se infla el cerebro. Tienes todos tus sistemas neurológicos activos aunque inflamados y hasta que no superas esto no lo recuperas todo. Esto requiere un proceso. No es que no supiera escribir, por ejemplo, sino que lo había olvidado. De esta forma, trabajando la escritura ejercitas esa zona del cerebro y tu evolución es mucho más rápida", detalla Cardús.
Del coma no se acuerda absolutamente "de nada" y hay cosas sobre las que todavía tiene "algunos flashes". Pero su sonrisa, seis meses después de ingresar, la delata: "Justo al salir de la UCI hay mucho que no recuerdas y no te enteras de grandes cosas. Pero cuando no dependes de nadie, ni de tu familia, te das cuenta de que lo que sucedió ya es historia. Es el punto más importante. Lo que pasó forma parte de tu vida, claro, pero afortunadamente ya es parte del pasado y no del presente".
Anna Cardús siempre se ha caracterizado por ser un árbitro con personalidad. Es la segunda colegiada en la ACB, tras la ya retirada con 12 años de arbitraje Pilar Landeira, y ahora la única en activo. Pero después de esta experiencia todo cambia. "Esto te prepara para todo, te hace mucho más fuerte", resume. La rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla que sufrió en 2007, que la dejó seis meses en el dique seco y también la fortaleció, "es ahora una broma después de esto".
Un mes en coma cambia prioridades y el valor de muchos detalles cotidianos. "Te tomas las cosas de otra manera, las ves de forma muy distinta a como lo hacía antes de la enfermedad. Antes quizá le daba más vueltas a las cosas y ahora ya no tanto", confiesa. "Cuantas más cosas te pasan más te ayudan a forjarte el carácter. Tengo bastante personalidad y supongo que esto me ayudó a afrontarlo todo. Todo te marca y suma para el resto de tu vida, en todos los aspectos", añade.
DE VUELTA A LA NORMALIDAD
Esta fortaleza ayudó y mucho a su recuperación. Los médicos diseñan planes de trabajo, rutinas físicas, pautas de evolución... pero todo esto queda en nada sin las terribles ganas de recuperarse del paciente. "Lo importante es la voluntad y el interés que tengas en volver a tu vida normal. Yo era en lo que pensaba. Los galenos tienen una idea general pero no pueden concretarlo demasiado porque depende mucho de cómo es la persona", subraya la colegiada catalana.
Las muestras de apoyo fueron constantes. "Compañeros, técnicos, delegados... se volcaron mucho conmigo. Me dieron ánimos y noté mucho cariño", comenta. De todas formas, y afortunadamente, nada ha cambiado: "En cuanto empieza el partido todo esto se acaba. Los entrenadores quieren ganar, los jugadores también y nosotros que todo salga de la mejor forma posible. A esta presión ya estaba acostumbrada. En este sentido mi enfermedad no lo ha cambiado en absoluto".
Actualmente no sigue ninguna pauta. Su vida es completamente normal, aunque sigue trabajando en el gimnasio por voluntad propia, como hacía antes. "Hago el entrenamiento que puede hacer cualquier árbitro o deportista. Al volver tenía las dudas de cómo iba a estar físicamente pero me vi muy bien y que no había perdido nada de forma en las pistas", concluye. Una personalidad de hierro y una pasión por el deporte y el arbitraje enorme, que logran borrar una experiencia tan crítica.