PABLO ROMERO / DPTO. COMUNICACIÓN FEB El que fuera Seleccionador nacional, Lolo Sainz, había sido el encargado de inaugurar en la mañana del viernes el Ciudades Adecco de Girona con una conferencia sobre liderazgo deportivo. Pese a que el acto estaba dedicado al mundo empresarial, Ricard Casas debió de infiltrar en ella a sus hombres extrapolando con maestría a su encuentro las enseñanzas del ex-seleccionador. Había argumentado Sainz que el primer periodo es uno de los momentos más importantes del partido ya que es donde el equipo debe de hacerse respetar por el rival teniendo una única idea en la mente: entrar muy fuerte en pista. Y así lo hizo el club catalán que, liderado por la vieja guardia, se hacía muy pronto con el mando del encuentro. La pareja Ordín-Middleton mandaba imponiéndose con claridad a sus homónimos ourensanos, Cárdenas-Starosta. Ocho puntos consecutivos sumaría el playmaker oscense logrando así las primeras diferencias en el electrónico para su equipo. La igualdad parecía retornar al marcador con la segunda falta personal de Levi Rost pero no encontraba el camino del aro el equipo de un Rafa Sanz que veía nuevamente como su rival se despegaba en el marcados. Con apenas 2.8 segundos por disputarse, Girona pondría la bola en juego para una mini-posesión con la que lograr un plus de moral gracias a un triple de Sergi Pino que servía para cerrar el primer acto. El optimismo comenzaba a correr por unas gradas que se llenaron de aplausos con el salto a la cancha de los Crazy Dunkers, el grupo de baloncestistas acrobáticos que dejaron boquiabiertos a los aficionados con sus camas elásticas y sus saltos. La historia se repetiría en un segundo periodo que pareció un calco del primero; Girona se mostraba muy acertado en ataque a la vez que anulaba una y otra vez los ataques gallegos con una intensa defensa repleta de ayudas. Y por si fuera poco, al descanso se llegaba igual que en el tiempo anterior, con una canasta de Nacho Ordín que mandaba a los equipos a vestuarios. Poco cambiarían las cosas tras el parón; espoleados por la energía de su técnico en la banda, los hombres del Sant Josep de Girona seguían mordiendo en ataque para ponerse 0 tantos arriba y haciendo ver que mucho tendría que cambiar el juego del Aguas de Sousa Ourense para poder invertir la situación. Los constantes fallos de Starosta bajo los aros, acentuados en la faceta reboteadora, llevaban a su técnico a introducir en pista a Lucho Fernández. Pero no era el día de un Ourense que hizo bueno el refrán de "no hay dos sin tres" encajando un nuevo tiro sobre la bocina a manos de un Sergi Pino que rompía un último minuto esperanzador del cuadro gallego. Y ahí se acabó la historia de un encuentro que tuvo su desenlace con los hombres del Girona FC convertidos en auténticos Crazy Dunkers; saltos, mates, alley hoops y triples de todos los colores que ponía el broche de oro a la jornada de sábado del programa Ciudades Adecco con un nuevo triple sobre la bocina, el de un Martí Serra que fijaba el 92-58 final para mantener viva la llama de la ilusión por el playoff.