MIGUEL PANADES Palma de Mallorca En medio de un ambiente ensordecedor, con un pabellón dividido en dos aficiones volcadas con sus equipos arrancó la segunda semifinal. Tal y como era de prever se estableció desde el inicio un tremendo duelo en la pintura con Battle y Jagla, dos “cincos” puros intentando imponer su ley mientras Reynolds y Miller se anulaban mutuamente. Los “dos contra dos” habituales de Stacey y Reynolds intentaban equilibrar el ataque de Inca mientras Palma trabajaba sus posesiones buscando los “unos contra unos” en el poste bajo. El nivel defensivo era altísimo demostrando el conocimiento que tienen ambos entrenadores del rival. Al final del primer cuarto, 17-15 favorable a Inca. Llompart sustituía a Vallamajó en la dirección del juego de Palma y su de su claridad de ideas se beneficiaba el conjunto. Maras, durante algunos minutos, imponía su altura en pintura y el equipo de Eloy Doce empezaba a sentirse más fuerte en la pista. Las faltas personales castigaban a los jugadores interiores de Inca. Legasa apenas podía mantenerse en pista cinco minutos, Jagla (14 puntos y 10 rebotes en la primera parte) se multiplicaba para mantener a su equipo dentro del partido compensando así la nula aportación de Reynols y encontraba en Alzamora a un buen aliado en su pelea contra los pivots contrarios. Jagla se crecía a medida que avanzaba el partido yacabaríapor firmar unos números espectaculares. Inca, en zona, igualaba el marcador a 31 (17 minutos) superando así unos momentos de crisis. Sin sus dos referentes ofensivos, Reynols y Stacey, Galarreta tomaba la iniciativa en ataque en el segundo cuarto (10 puntos) y su buena mano daba oxígeno a su equipo (39-34 minuto 19). Al descanso, 42-37, tras veinte minutos repletos de emoción y buen juego. En la segunda parte explotó Inca Brown, en la dirección y anotación, disparaba a Inca en la reanudación (52-39) mientras Jagla seguía haciendo su trabajo de intimidación y de captura de todo lo que volaba por encima del aro. A Palma empezaban a entrarle los agobios y intentaba remediar en zona lo que era incapaz de solucionar en individual. Inca era ya una máquina de anotar y tras un parcial de 20-2 rompía el partido en siete minutos extraordinarios (60-39 minuto 26). Lejos de caer en la relajación Inca seguía trabajando, seguía proponiendo un baloncesto físico, veloz, imparable. Firmaba un tercer cuarto para el recuerdo y se ganaba merecidamente un lugar en la final cuando todavía quedaba por jugar el último cuarto (71-48). Pero Abós no permitió relajaciones ni que sus piezas más importantes descansaran todavía. La exhibición de Inca estaba siendo fabulosa, un regalo para los ojos de su afición. El partido estaba decidido pero ninguno de los dos equipos bajaba la intensidad en una demostración de profesionalidad extraordinaria. Si en la primera semifinal la demostración había sido defensiva, en la segunda, Inca mostraba todas sus virtudes ofensivas llevando el delirio a su hinchada. Drac Inca, (17+25+29+26): Brown (22), Blanch (7), Stacey (3), Reynolds (6), Jagla (21)– cinco inicial-, Alzamora (3), Legasa (5), Riera (4), Galarreta (14) y Rodríguez (12). Palma Aqua Mágica, (16+21+11+17): Vallmajó (12), Pacreu (3), Battle (10), Miller (8), Ruiz (11)– cinco inicial-, Mena (2), Pampín (2), Toledo (3), Maras (8), Llompart (4) y Johnson (2). Arbitros: Pagán y Afonso Incidencias: 4.000 espectadores en el Son Moix de Palma de Mallorca