La revista Clinic de la AEEB dedica su tema principal a profundizar en la figura del Director Deportivo a través de una interesante entrevista realizada por el director de la revista Gigantes, Paco Torres, al máximo responsable de los designios deportivos del Baloncesto Español, Ángel Palmi.
En Ángel Palmi se juntan casi todas las posibilidades que tiene una persona de servir al baloncesto. Jugador, dinamizador, entrenador-jugador, entrenador de base, entrenador de élite, gerente, director deportivo de club, y, desde hace 16 años, director deportivo de la FEB. Cada faceta tiene su ángulo y en esta charla con el trataremos de entrar en cada una de ellas, pero deteniéndonos sobre todo en la de técnico.
¿Qué le queda a Ángel Palmi, director deportivo de la FEB, de su faceta como entrenador?
Lo primero que habría que ponerse de acuerdo es en lo que significa para cada uno de nosotros ser entrenador. Si ser entrenador significa preocuparte, o especializarte en las mejores tácticas, en los mejores movimientos hasta el punto de especificar si este bloqueo se pasa por delante o por detrás, pues yo te diría que hay situaciones que ahora me cuesta asimilar cuando hablo con los distintos entrenadores con los que tengo contacto durante el año. Yo les veo a ellos con un nivel de detalle que a mi me cuesta llegar. Entonces, si me paro y recuerdo de cuando era entrenador, es verdad que estaba muy pendiente de todas esas situaciones.
¿Cómo era ser entrenador de elite a finales de los setenta?
Algo más que la persona que define unos esquemas tácticos. Yo, durante los años que entrené en la élite, tenía un ayudante con el que hacías todo; sistemas, entrenamientos, reír, llorar… Ahora, dentro de los equipos técnicos hay gente especializada en solventar cada uno de esos pequeños detalles tácticos con rapidez, que es la gran diferencia entre aquel tipo de entrenadores y los actuales. Lo que si queda del entrenador que yo fui es la persona que es el líder, la persona que armoniza unos medios de que dispone, en aquellos momentos muy limitados, y en estos con muchas mas posibilidades, ya sea por cantidad de jugadores como por los adelantos tecnológicos
Pero hoy en día también coexisten los dos tipos de entrenadores. No todo es élite.
Por mi labor como director técnico lo que si hago es estar en permanente contacto con los entrenadores y diversos cuerpos técnicos de las selecciones de la FEB, así como con los de las dos LEB, Femenina, Femenina 2 y ACB, y la realidad es que los entrenadores son totalmente diferentes dependiendo de los equipos técnicos con los que cuenten; y te puedo decir que algunos entrenadores siguen estando tan en precario como estábamos cuando yo entrenaba y ves a entrenadores que lo tiene que hacer prácticamente todo.
¿Cómo tiene que ser, a tu juicio, un entrenador?, ¿Qué factores debe manejar?
El concepto de entrenador es el liderar un objetivo, es además el director general de una parte de una empresa y que esa parte de la empresa abarca al equipo técnico, jugadores, medios de comunicación, relación con los directivos, conocer el mercado, estar en contacto con los agentes, conocer a los jugadores contrarios, y también a los entrenadores contrarios. ¿Me preguntabas antes que que es lo que guardo? La responsabilidad directa de los que los entrenadores de las distintas selecciones sepa interrelacionar todas estas materias, aunque no es lo mismo interrelacionar en la senior masculina que en la femenina, o que en las U16 masculina y femenina. ¿Cuál es mi misión como director técnico? Ponerme de entrenador de alguien que no conoce a esas generaciones y ponerle en contacto con otro entrenador que sí las conozca. Pero en el fondo no me parece que la diferencia entre el entrenador de hacer 30 años y el de ahora sea mucha.
¿Cómo nace tu vocación como entrenador? ¿Cuál es tu primer recuerdo como tal?
El primer recuerdo es siendo jugador en el juvenil del Picadero que en su época era el aspirante, junto con el Madrid, a ganar el título de Liga. Pues durante un par de temporadas yo me encargaba de organizar la escuela de los más pequeños. Yo era jugador, pero ya estaba organizando, más que entrenado, una escuela de formación de niños. Posteriormente, como jugador de la que sería la Adecco Oro de su momento, en Granollers, recuerdo entrenar en el Colegio Padre Mañanet de Barcelona a un grupo de mini-basket, que era más que un equipo, ya que eran uno 30 niños; era dinamizar, quizá más que entrenar, vender ilusión a los niños. Al año siguiente sí ya se puede decir que entrené a un equipo cadete en ese mismo colegio. De entonces todavía conservo mi libreta de apuntes de cómo seguía a los jugadores, como valoraba las situaciones y ahí sí que es mi primera sensación, tendría 24 años, como entrenador. En esa época era todo: entrenador, directivo, delegado… Éramos los jugadores y yo.
Y de ahí a…
De ahí a hacer una locura, ya que en el último año que jugué que era en la Tercera División, la EBA de entonces, en Cornellá, hice un año de jugador-entrenador y eso sí que es una locura. En aquel momento por necesidad e ilusión lo hice, pero es muy complicado, pero a fin de cuentas fue mi primera experiencia como entrenador de un equipo de cierto nivel, aunque fuera también jugador.
Sigue, sigue.
De allí regresé al equipo de Granollers, donde me ocupé durante un año de organizar toda la cantera y al año siguiente fue cuando el club me hizo la propuesta de entrenar directamente en Liga Nacional.
Y eso ya son palabras mayores. ¿Cómo aceptas ese reto? ¿Mediste el paso que dabas, o simplemente lo das?
Lo que no tenía planificado es que en ese momento me llegara la oportunidad; lo que si tenia claro es que tenía que aceptar ese reto. Cuando eres jugador siempre sueñas con llegar a lo más alto posible, pero cuando te das cuenta de que tienes unas limitaciones, lo que sí hice fue encauzar mi ilusión por el baloncesto desde la perspectiva de entrenador. Creo que es muy importante que ningún chico o chica que no cumpla sus expectativas se desilusione del baloncesto. Cambié mi ilusión por llegar a la élite como jugador por la ilusión de ser entrenador. Medite durante unos días y lo que si me dio confianza es saber de que iba eso, aquella faceta a pesar de no haber tenido mas experiencia que la del Cornella. Fueron unos días de una cierta inquietud porque en ese nivel no me conocía nadie, ni siquiera en Granollers, exceptuando las personas que me habían echo ese ofrecimiento, y a nivel de lo que era en mundillo, ni en Cataluña ni en España sabían quien era yo.
Recién sacado el titulo nacional en 1978, te encuentras entrenado en Primera División.
De lo que tengo unas sensaciones más intensas es de mi primera temporada en la que me encontré con jugadores de mi edad, otros mayores que yo y todos con más experiencia en el baloncesto de élite. Como tratarlos, distinguir los roles, prever situaciones….Sales a una pista, sea en tu ciudad o en cualquier otra y la gente te mira porque no te conoce. Y estás más pendiente de no hacerlo mal que de hacer las cosas que tienes que hacer.
Segunda parte de la entrevista.
Tercera parte de la entrevista y su filosofía como entrena