Vicente Collado Nunca antes lo habíamos visto en Europa. Y esto es el mejor síntoma de que nuestro baloncesto funciona. Uno de los dos equipos estará dentro de una semana –una vez más- clasificado para la Final Four de la Euroliga Femenina. Se trata de una eliminatoria a tres partidos y en éstas es clave el primero de ellos, máxime cuando el segundo de la serie se juega en el Würzburg plaza que, aunque el Ros parece que tiene la medida tomada, no deja de ser una de las canchas más complicadas del viejo continente. El excelente momento de forma de Snell, que viene de ser MVP en la última jornada liguera, unida a la más que probable presencia de Valdemoro entre las jugadoras disponibles por las valencianas, les dará a éstas cierta ventaja en el juego exterior. El contrapunto lo darán las interiores. Sancho Lyttle -recuperada de sus molestias- y Podkovalnikova deberán de castigar a la brasileña del cuadro valenciano, Erika De Souza, única jugadora interior de la que dispone Isma Cantó. A las dos ‘centers’ salmantinas se les une en el juego, la versátil americana Willingham, que puede tanto postear como llevarse a su par lejos del aro. Como siempre, el Ciudad Ros Casares deberá buscar la velocidad como principal arma y “disimular” su falta de cincos apelando al talento de Montañana y Milton. Las salmantinas, que ya demostraron que saben sufrir para ganar en Valencia, vendrán a demostrar que no fue una casualidad lo que vimos en la jornada liguera que se llevaron por un punto. Una de las incógnitas será ver si Jordi Fernández repite planteamiento de partido, o busca dar la sorpresa –de nuevo y ya no lo sería tanto- sacando algún as de la manga. Como vienen indicando desde el club valenciano el ‘23’, número asociado a espectáculo para los amantes del baloncesto, puede ser la premonición de lo que veremos en la Fonteta ese día, en el primer partido de la serie.