2014. Tercera edición del Mundial U17 Femenino. Estados Unidos había ganado las dos anteriores, y España había conseguido una meritoria plata en 2012. En la República Checa los Estados Unidos de Sabrina Ionescu, Katie Samuelson o Asia Durr habían ganado todos sus partidos por una diferencia mínima de 28 puntos (91-63 en semis). España había practicado un gran baloncesto y se metía de nuevo en una gran final asegurándose una medalla.

Dirigidas por Víctor Lapeña, destacaban Iris Junio, Maite Cazorla, María Conde, María Araújo, Laia Raventós… pero por encima de ellas un ‘animal competitivo’ como Ángela Salvadores. La leonesa no se conformaba con una dulce plata y quería ganar el título. Su partido fue excelso: 40 puntos con una serie de 5 de 7 en triples, y 11 de 22 en tiros de dos. También añadió 4 rebotes, 3 asistencias y 4 recuperaciones.

No bastaron, pero se estuvo muy cerca. Incluso más que la Senior Masculina en las dos finales olímpicas de Pekín y Londres. España tuvo jugada para ponerse a un punto faltando 30 segundos. Maite Cazorla anotó el triple, pero lo anularon por falta en ataque en el bloqueo.

Ángela Salvadores fue nombrada MVP del torneo, pero lo recibió todavía con el enfado de una competidora en la cara. “¿MVP? ¿Qué quieres qué te diga? Yo quería el oro” afirmó ese mismo día. Ese año Ángela Salvadores recibió el Premio Promesa AS, fue nombrada ‘Mejor Joven’ por la FIBA y el Premio Revelación de los Premios Nacionales del Deporte