Perteneciente a la exitosa generación del 80 y generador de juego para estrellas de la talla de JC Navarro, Felipe Reyes o Pau Gasol, el base David García Peña colgará esta temporada las botas tras un total de 25 años en activo. Una carrera que le ha llevado a servir a su comunidad a lo largo de la última década convertido en todo un superhéroe con capa y con mascarilla tanto en su labor sobre las pistas como en la lucha contra el Covid-19 fuera de ellas.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
No es necesario rebuscar en exceso en la hemeroteca del baloncesto nacional para toparnos con los orígenes de un David García Peña perteneciente a la exitosa generación del 80 con la que llegó a compartir horas de vuelo en las categorías de formación de la Selección Española.
Aquella en la que llegó a rivalizar por minutos de juego con dos bases de la talla de Raül López y José Manuel Calderón, en la que generó juego exterior junto a Juan Carlos Navarro o en la que surtió de balones interiores a colosos como Felipe Reyes o el mismísimo Pau Gasol.
Unos inicios que hicieron soñar al baloncesto cántabro con la posibilidad de colocar a uno de los suyos entre la élite del baloncesto, pero que comenzaron a diluirse con un tempranero debut en la Liga Endesa. Seis encuentros repartidos a lo largo de un par de temporadas y que, vistos con la perspectiva que tan sólo puede dar el paso de los años, quizás pudieron frenar el crecimiento de un jugador que había llegado a sentirse profeta en su tierra con apenas 17 años.
Todo ello gracias a la confianza que en todo momento le profesó su mentor, un Quino Salvo que llegó a darle la alternativa como tercer base del Caja Cantabria antes de que tuviera que regresar al baloncesto de pico y pala. Aquel que le llevó a sentirse importante en todos y cada uno de los siete equipos en los que militó a lo largo de las diferentes Competiciones FEB antes de emprender el viaje de regreso a casa para poder iniciar así una nueva vida.
Pero aquel retorno a los orígenes de la mano del Pas Piélagos en la Liga EBA no era ni mucho menos el inicio de una maniobra de aterrizaje ya que a este base santanderino le iban aquedar aún por delante 10 años de buen baloncesto. Toda una década al servicio de la sociedad cántabra convertido en un superhéroe con capa dentro de las pistas, pero también fuera de ellas donde estos días arrima el hombro repartiendo mascarillas en diversos ámbitos para tratar de frenar así la expansión del Covid-19.
La mejor forma posible de poder adornar un último año en el baloncesto al que David García Peña tan sólo podría pedirle ya un último deseo, el de poder despedirse junto a su gente dentro de esas pistas en las que tantas alegrías ha repartido a lo largo de los últimos 25 años.
Trayectoria David García Peña |
Competición |
Temporadas |
Partidos |
Liga Endesa |
2 |
6 |
LEB Plata |
5 |
173 |
Liga EBA |
17 |
355 |
TOTALES |
24 |
534 |
García Peña: “Me siento un privilegiado por haber pertenecido a la generación del 80”
Son días de incertidumbre y espera para millones de españoles, pero esa dura lucha contra el Covid-19 hace que el reloj corra un poco más lento si cabe para el protagonista de esta historia.
Y es que David García Peña sigue mirando de reojo a la evolución de una pandemia que determinará si su carrera deportiva puede tener aún algunos minutos más de gloria sobre las pistas. Todo ello una vez anunciada su retirada de las pistas en una temporada que analizamos ahora de la mano de un jugador que espera poder vestirse de corto al menos una vez más.
David, este año diste comienzo a la temporada anunciando que sería la última de tu carrera. ¿Por qué decides hacerlo en este momento?
“Bueno, a lo largo de los últimos años había tenido ya algunos momentos en los que me había llegado a plantear la retirada y en los que llegué a pensar que ese sería el último año, pero yo siempre había dicho que mi deseo era el de poder llegar a los 40 jugando al baloncesto y que, siempre que el cuerpo me lo permitiera, así lo iba a hacer. Este año he podido alcanzar esa meta y por eso creo que ha llegado el momento de despedirme siendo yo el que tome la decisión y no el baloncesto el que termine de apartarme por no poder rendir al nivel adecuado”.
Ha sido una despedida con un cierto aroma a la de Kobe Bryant: anunciada con un año de antelación para poder despedirte de pistas, aficiones, rivales, compañeros…
“La comparación es todo un honor, pero te la acepto sólo salvando las distancias… Lo cierto es que cuando juegas tantos años te das cuenta que no hay una decisión más difícil que la de retirarte. Si la tomas en caliente puedes llegar a arrepentirte así que debes hacerlo de una manera pausada y teniendo claro cuál debe ser el momento. Yo quería marcar bien los pasos y compartir ese momento con mi familia para disfrutar junto a ellos de esta última temporada y así lo he ido haciendo durante estos últimos meses”.
Dicen tus entrenadores y compañeros de equipo que, si presionamos un poco entre todos, lo mismo…
“Bueno, es que así ha sido durante las últimas temporadas donde siempre creíamos que iba a ser la última y al final… La verdad es que siempre he disfrutado mucho del baloncesto y me he sentido muy a gusto en todos los equipos en los que he estado y eso me ha ido dando fuerzas para seguir pero este año la decisión está más que tomada y esta será la última temporada. Ahora mismo hay un poco de incertidumbre acerca de qué pasará y de si se podrá volver a jugar, pero, para bien o para mal, se termine como se termine, será el final de mi carrera”.
Ahora que ya puedes analizar tu carrera desde el punto de vista de la experiencia, ¿qué te dicen estas 25 temporadas disputadas? ¿Con qué momentos te quedas?
“Me dicen que he sido todo un privilegiado por todo lo que he podido vivir gracias al baloncesto y que debo sentirme orgulloso de mi carrera. Tengo la suerte de haber podido jugar minutos con la Selección con gente como Calderón, Navarro, Felipe o Pau que hoy en día son considerados la mejor generación de nuestro baloncesto y, además de eso, de haber tenido la oportunidad de debutar en la ACB con el Caja Cantabria. Creo que jamás olvidaré ese día ante el Caja San Fernando en el que Quino (Salvo) me dio la oportunidad de salir. Entré a la pista con tanta adrenalina que, cuando llegué al vestuario y me quité la camisetas, me encontré con una mano marcada en mi pecho de una antideportiva que me habían hecho y de la que no me había dado ni cuenta…”.
¿Cómo fue derivando aquel junior en el experimentado jugador de Liga EBA?
“Pues de una manera natural. En mi primer año en ACB a mí me tocaba sacar el agua y los balones y ahora, cuando llego al vestuario pensando en que al día siguiente hay que ir a trabajar, me encuentro con compañeros que están hablando del examen del día siguiente o de si van a salir el fin de semana. Ahora soy un hombre de 40 años compartiendo equipo con niños de 17-18 de los que podría ser su padre pero, tampoco es tan diferente, por aquel entonces jugaba con Miguel Ángel Reyes y ahora juego con su hijo Álvaro (risas)”.
Y entremedias, Mallorca, Ávila, Tarragona, Palencia, Guadalajara…
“Igual que te digo que soy un privilegiado por haber pertenecido a la generación del 80, te digo que lo soy por toda la gente que me he ido encontrando en el camino a lo largo de todos estos años. Puedo presumir de que en todos los lugares en los que he jugado he dejado grandes amigos y que siempre que regreso me basta con hacer una llamada para tener a alguien con quien cenar o un lugar en el que quedarme. Con el paso de los años el baloncesto se va esfumando, pero te quedan los recuerdos y toda la gente con la que has ido compartiendo experiencias y eso termina siendo casi tan importante como el baloncesto en sí”.
¿Podía haber una mejor manera de retirarse que defendiendo durante una década a los equipos de tu tierra?
“No sé si podía haber una forma mejor, pero yo tenía claro que esa era la manera en la que yo quería terminar. En mi último año de LEB Plata en Ávila sentía que debía estar más cerca de la familia y que había llegado el momento de empezar a pensar en otro tipo de vida. Como en Cantabria tenía la posibilidad de seguir jugando al baloncesto en Liga EBA, volví a casa y comencé a buscar trabajo para compatibilizar ambas cosas. Con el paso de los años me seguía sintiendo en buena forma y útil para mis equipos así que, casi desde entonces, he seguido jugando a la par que trabajaba como comercial en Austral, una marca de ropa deportiva con sede en Cantabria y muy vinculada al baloncesto”.
Quizás haya llegado el momento de hablar de tus dorsales, el 63, el 80, el 98… ¿dónde quedó aquel 10 con el que debutaste en ACB?
“Es algo que ha sido muy curioso porque de niño siempre jugaba con el 10. La temporada en la que llegué a la ACB pensaba que lo iba a perder por eso de que tan sólo se podía elegir del 4 al 15 y yo había sido el último mono en llegar pero, casualidades de la vida, fue el único número que quedó libre así que volví a elegirlo y, a partir de ahí, lo fui manteniendo en los diferentes años en las Competiciones FEB. Cuando regresé a Cantabria para jugar en Liga EBA mi hijo ya comenzaba a ser consciente de todo y fue él quien comenzó a elegirme los dorsales que le gustaban: el 98 que coincidía con el debut en ACB, el 80 que era mi año de nacimiento, el 63 porque el 6 y el 3 son sus números favoritos…”.
¿Te ha quedado algún reto por cumplir antes de la retirada?
“Quizá me hubiera gustado el haber podido tener alguna oportunidad más en ACB para haberme demostrado a mí mismo hasta dónde hubiera podido llegar, pero yo no me arrepiento de nada y me marcho muy satisfecho con todo lo vivido. Creo que en todos los sitios en los que he estado he cumplido como jugador y por eso me marcho encantado de haber podido tener una carrera como esta”.
Los focos del baloncesto se apagan, pero vas a seguir vinculado al deporte…
“Sí, llevo ya ocho años como comercial en Austral y eso me ha permitido el poder ir adaptándome a ese proceso de cambio. Al principio fue costoso porque yo venía del baloncesto y tenía que pasar a asumir muchos deportes, pero eso me ha permitido conocer a mucha gente y ampliar mucho mis conocimientos ya que soy comercial de toda la zona norte y estoy en constante movimiento. Para mí es todo un orgullo el poder pertenecer a esta empresa y el poder decir que mi futuro estará vinculado a ella”.
Y en estos días tan complicados, ejerciendo también de superhéroe fuera de las pistas para tu comunidad…
“Bueno, cuando se detuvo toda la actividad deportiva y empresarial en España la empresa buscó a manera de poder ser útil para la sociedad y de poder colaborar de algún modo en la lucha contra esta pandemia. Siendo una empresa textil y teniendo tejidos especiales como son los del ciclismo, pensamos que podíamos aprovechar para satisfacer la demanda de Hospitales fabricando para los sanitarios ropa, batas, mascarillas… Era una forma de volcarnos con la sociedad y es algo que te ayuda a sentirte de algún modo reconfortado cuando ves las caras de agradecimiento de la gente. Eso hace que todo merezca la pena…”.
Estadísticas de la temporada - David García Peña:
Partidos jugados: 14
Minutos: 23,22 p.p.
Puntos: 11,5 p.p.
Rebotes: 3,1 p.p.
Asistencias: 2,5 p.p.
Recuperaciones: 1,4 p.p.
Tapones: --- p.p.
Faltas recibidas: 2,1 p.p.
Valoración: 9,6 p.p.
Trayectoria deportiva - David García Peña:
Categorías de formación: CD Calasanz Santander
1996/97: Placinsa Calasanz (Junior)
1997/99: Caja Cantabria (Liga EBA y Liga Endesa)
1999/00: Anchoas El Capricho (Liga EBA)
2000/01: Universidad de Cantabria (LNU Cantabria)
2001/02: Ciudad de Palencia (Liga EBA)
2002/03: Rayet Guadalajara (Liga EBA)
2003/04: Ciudad de Palencia (Liga EBA)
2004/07: Leche Altamira Piélagos (Liga EBA)
2007/08: Bàsquet Muro (LEB Plata)
2008/09: CB Tarragona 2017 (LEB Plata)
2009/10: Leyma Básquet Coruña (LEB Plata)
2010/11: Carrefour El Bulevar de Ávila (LEB Plata)
2011/17: Pas Piélagos (Liga EBA)
2017/20: Arha Hoteles Cantbasket (Liga EBA)