El reverso de una hoja de estadística doblada a la mitad y un boli Bic de color negro fueron los primeros elementos que pasaron por las manos de un emocionado Álex Mumbrú a la conclusión del encuentro en el que acababa de devolver al RETAbet Bilbao Basket a la Liga Endesa. Dos elementos con los que trazar en apenas unos instantes una emotiva carta de agradecimiento en la que el corazón y los sentimientos tomaron vida propia en sus palabras.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Con el pulso tembloroso y la voz ligeramente entrecortada aglutinando emoción y adrenalina.
Así llegaba el pasado domingo a la sala de prensa del Bilbao Arena el hombre más esperado dela temporada, un Álex Mumbrú que acababa de despejar sobre la cancha de Miribilla esa incógnita que le había acompañado durante toda la temporada y que debatía acerca de hasta dónde podría llevar a su equipo en su primer año como técnico.
Entre sus manos, una hoja de estadística doblada a la mitad, estaba apunto de convertirse en la piedra angular de la rueda de prensa más esperada de la temporada. Colocado junto al micrófono de la mesa principal y oculto a la mirada de la prensa que abarrotaba la sala, en él Mumbrú había recopilado el nombre de todos aquellos que le habían acompañado a lo largo de un apasionante camino.
Una pequeña lista escrita instantes antes desde la soledad de la sala de trabajo del cuerpo técnico y que había ido rematando en su camino desde la pista a la sala de prensa. Eso sí, esos pocos centímetros de papel llevaban implícitos de manera simbólica los alicientes y motivaciones de una temporada que estaba dispuesto a desgranar ante los medios de comunicación sin olvidarse de todos aquellos que le habían permitido el ser el principal “culpable” de un gran éxito deportivo.
Diez minutos para analizar al detalle y en los que el técnico del RETAbet Bilbao Basket protagonizó una auténtica muestra de generosidad mostrando su agradecimiento a esos 6 jinetes del apocalipsis bilbaíno marcados con fuerza sobre su papel:
Al público de Miribilla: Habían sido protagonistas de sus ruedas de prensa a lo largo de toda la temporada, un elemento común en todas y cada una de sus declaraciones, un factor diferencial en una exigente competición. Por eso, Álex Mumbrú quiso dar comienzo al capítulo de agradecimientos reconociendo el papel de esa masa social que no ha dejado en ningún momento solo a su equipo y que ha acudido en masa a animar a su equipo. Ellos habían contribuido a allanar el camino y por eso su técnico no quiso hacer otra cosa que no fuera el poder empezar su capítulo de agradecimientos centrado en una afición que lo ha sido todo para su equipo. No era para menos…
A la directiva: “Tuvieron que hacer un gran esfuerzo en verano construyendo un proyecto de cero cuando se había caído todo”. Con estas palabras, Mumbrú regresaba a los orígenes, al inicio de un camino sin el que no podría entenderse el éxito que su equipo acababa de lograr sobre la pista. Una junta directiva que creyó en el proyecto y que optó por dar continuidad a una historia repleta de sentimientos cuando quizá lo más sencillo hubiera sido dejarse llevar. Un camino en el que no han faltado esfuerzos y trabajo diario para terminar alcanzando la meta deseada con mención de honor para un Rafa Pueyo que confió como nadie en sus posibilidades como técnico.
A la gente del club: Suelen ser la cara invisible de cualquier proyecto de cara a la opinión pública pero para Mumbrú, los trabajadores del club fueron parte imprescindible del proyecto bilbaíno en una temporada histórica. Gente anónima que el técnico quiso hacer pública durante unos instantes y a la que acompañó no sólo con palabras sino también con hechos con una foto conjunta sobre el parqué de Miribilla a la conclusión de la gran fiesta del ascenso sobre el parqué. Un pequeño detalle que ayuda a entender lo que ha sido el RETAbet Bilbao durante el presente curso.
Al mi cuerpo técnico: A Jorge, a Eric, a Pitu, a Jon, a Martín, a Borja, a Txipi, a Doki, a Toscana, a Rafa… Nombrados uno por uno y entregando a cada uno de ellos el reconocimiento necesario dentro de sus respectivas parcelas de trabajo, Álex Mumbrú no quiso apoderarse de ni uno sólo de los méritos de sus compañeros de cuerpo técnico. Un grupo de trabajo que se convirtió en una pequeña familia desde el primer día contribuyendo al paso al frente del catalán como técnico para poder liderar el proyecto bilbaíno: “Me he sentido arropado desde el minuto uno y me han acompañado en todo”.
A mis jugadores: “Tenemos que tener claro quiénes son los protagonistas y este ascenso es de los jugadores porque han creído en nosotros y han hecho un trabajo increíble”. Doce héroes que Mumbrú quiso nombrar uno a uno y que pasarán a la historia como aquellos que devolvieron al club a la Liga Endesa apenas unos meses después de su descenso.Un grupo disciplinado sobre la pista pero, ante todo, comprometido dentro y fuera de ella con un proyecto del que se han sentido participes.
A mi familia: Porque sólo ellos saben la importancia que tenía esta temporada para Álex Mumbrú y todo el sufrimiento que esta ha ido generando a un técnico que estaba dispuesto a demostrar sobre la cancha que su paso de la pista a los banquillos podía dar los mejores frutos posibles. Un entrenador que se ha dejado la piel por el proyecto durante su primer año para poder “limpiar”su conciencia deportiva: “Tenía una espina clavada con el club porque me retiré descendiendo al equipo, fue un momento duro pero el poder devolver al club a la ACB me enorgullece”.
Una última frase con la que Álex soltaba todos los nervios acumulados a lo largo de la temporada para comenzar así a disfrutar de un sueño, el de haber podido devolver a su club al lugar que por historia debía ocupar.
La historia continuará para él la próxima temporada pero, en esta ocasión, como técnico de Liga Endesa.