ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Un vendaval en todos los sentidos. Ofensivo, defensivo, técnico y físico. La U16F de Mario López se llevó la victoria con merecimiento, exhibiendo todas las armas que la han llevado a ser uno de los combinados más potentes de la FEB. Un equipo con mordiente, hambriento de éxitos y que todo lo hace bien. Y además, lo hace con alegría.

Cinco minutos tardó Lituania en dimitir. Lo que tardaron Laura Méndez y Helena Pueyo en dominar el encuentro. Nuestras bases exhiben una veteranía impropia de su edad, casi insultante. Algo que se puede aplicar también a Raquel Carrera, que además dispone de un físico y una intensidad dominantes. Hasta entonces, Jankauskait (8 puntos seguidos, dos triples) había recordado a Europa que , como desde hace generaciones y generaciones, las lituanas tienen facilidad para el tiro. Y si es de tres, mejor.

Un brutal parcial (17-3) abrió un hueco que no dejaría de crecer. Con algo menos de ritmo, la ventaja seguiría aumentando paulatinamente en el segundo periodo. Pueyo, sobre la bocina, demostraría toda su calidad en estos 10 minutos, en los que la agobiante defensa de la U16 sólo permitiría anotar 6 puntos a las lituanas. Además, las interiores de Mario López castigaban a la defensa rival, incapaz de controlar su propia canasta.

La superioridad física, unida a la técnica y al potencial del equipo español (el banquillo, sublime) dejaría decidido el partido cuando aún restaban 15 minutos para el final. Un dos 2+1 de Soler, de nuevo sobre la bocina, finiquitaría el encuentro. Y eso que aún quedaban diez minutos por jugarse. Un dato impresiona más que los puntos anotados; España sólo concedió 21 puntos. Ahí es nada.

Lituania, que no se rindió en ningún momento, fue la primera piedra en el camino de una U16 que aspira al máximo en este Europeo de Bourges. Lo seguiremos con atención.