PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

La derrota sufrida por la Selección Española en la tarde del martes durante su último encuentro de la ronda de grupos pareció motivar al equipo nacional de cara a unos octavos de final en los que, sin embargo, la entidad del rival exigía una buena dosis de respeto ya desde el salto inicial.

Con esa premisa, el equipo de Joaquín Prado saltó a la cancha sumamente mentalizado para poder afrontar con garantías un choque de lo más exigente. Y esa fue precisamente la clave que explicó que los jugadores españoles protagonizaran un arrollador inicio de partido acompañado de un parcial de 7-0 en poco más de un minuto y medio de juego. De este modo, el equipo español obligaba a su rival a parar el encuentro para tirar de pizarra para poder frenar a una España impulsada por los puntos de Carrasco y reforzada por el trabajo reboteador de Martínez.

El pequeño parón le sirvió a la Selección de Montenegro para sumar sus primeros puntos del partido pero, para entonces, los nuestros se encontraban ya sumamente cómodos en un encuentro en el que España se mantenía firme en defensa y sumamente generosa en ataque (11-4). Montenegro buscó sacar provecho de sus jugadores más físicos en la pintura y no le dio mal resultado a un equipo que reducía ligeramente las diferencias pero que, sin embargo, no pudo evitar que España siguiera mandando con claridad al final del primer acto gracias al acierto exterior de Molins (23-13).

Y como si de un calco del inicio del partido se tratara, la Selección Española regresó a pista dispuesta a dar un nuevo golpe sobre la mesa. Nada más y nada menos que un parcial de 12-2 en algo menos de 5 minutos fue suficiente para que España terminara de imponer su ritmo de juego ante una Selección de Montenegro que se veía, por primera vez, una veintena de puntos por detrás (35-15). Paraba Montenegro el partido y no desaprovechaba Joaquín Prado la ocasión para pedir a sus hombres que mantuvieran la intensidad de cara a los últimos minutos antes del descanso, un mensaje que llegó a sus jugadores para rondar la excelencia superando la treintena de diferencia con un triple de Miguel González sobre la bocina (52-20). 

Con las ideas bien claras, los jugadores Españoles tomaron oxígeno durante el descanso para proseguir con su trabajo al comienzo de un tercer cuarto en el que la película siguió por un guión muy similar al del primer tiempo. Con Montenegro subiendo las líneas de pase y buscando el aro con una mayor firmeza, su caudal anotador se incrementó ligeramente ante una Selección Española que, sin embargo, no cedía terreno (63-33). El reloj jugaba en su contra y Montenegro puso todo sobre la cancha para firmar un parcial de 0-8 (su mejor racha del encuentro) con la que obligar al cuerpo técnico español a parar el choque buscando una última reacción para el tramo final del tercer cuarto (68-44).

La clasificación para los cuartos de final se encontraba a tan sólo 10 minutos y fue por ello que el equipo no bajó el pistón pese al alto ritmo de juego con el que Montenegro remaba contra corriente y no daba ni un solo instante de tregua. España supo mantenerse firme a su estilo de juego para cerrar el partido, asegurar el triunfo y certificar su pase a unos cuartos de final en los que España se medirá a una Selección de Francia que venció a Finlandia. Una ronda en la que los de Prado buscarán el pase a semifinales en la tarde del viernes (15:45h).