PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Con las respectivas bajas de Álex Abrines y Shane Lawal la Selección Española y la de Nigeria disputaron un encuentro clave de cara a su futuro en el campeonato y en el que los hombres de Sergio Scariolo dejaron realmente claros sus deseos de poder llegar lo más lejos posible en unos Juegos Olímpicos en los que sumaron su primer triunfo a base de carácter.
España tira de carácter para imponer su ritmo (11-25)
Con un 2+1 de Ricky Rubio prácticamente tras el salto inicial la Selección Española demostró muy pronto sus deseos de victoria ante una Selección de Nigeria que trataba de anteponer su físico en los primeros compases del encuentro. Pero el buen hacer de Pau Gasol en el rebote defensivo permitió a la Selección Española imponer un alto ritmo de juego en el que los primeros contraataque fueron claves para adquirir las primeras rentas del choque. Los puntos de un sediento Pau Gasol bien secundado por Felipe Reyes permitieron a la Selección subir como la espuma ante un rival errático en el tiro (2-11). Fuertes en defensa e intensos en ataque, los hombres de Sergio Scariolo siguieron creciendo con el primer triple a cargo de un “enchufado” Sergio Llull quien mantuvo viva la llama encendida por un Pau Gasol que no tardaba en colocar a España por encima de la decena (7-18). La entrada en pista de Sergio Rodríguez y Nikola Mirotic elevó -aún más si cabe- la autoexigencia del equipo nacional durante el tramo final de un primer acto cerrado con contundencia por el playmaker canario (11-25).
Cinco minutos de talento impulsan a Nigeria (30-18)
Pese a los intentos de la Selección de Nigeria para poder incomodar a Sergio Rodríguez, el jugador exterior mantuvo el pulso anotador con el comienzo de un segundo periodo en el que los africanos incrementaron ligeramente su acierto de cara al aro. Las rotaciones de Sergio Scariolo dieron nuevos frutos con la incorporación de un luchador Willy Hernangómez en el rebote así como de un Juan Carlos Navarro que incrementaba el acierto nacional con un acertado triple frontal. España se encontraba en un momento dulce pero Nigeria no quiso dar más facilidades a su rival. A base de velocidad y contraataques, los verdiblancos amenazaron el buen planteamiento defensivo nacional para iniciar una progresiva reducción de las diferencias (31-40). La pequeña reacción iniciada por un viejo conocido del baloncesto español como Michael Umeh puso en aprietos al combinado nacional hasta el punto de que su cómoda renta (+14) llegó a verse reducida a tan sólo 2 puntos al descanso tras una dudosa antideportiva señalada a José Manuel Calderón (41-43).
El despegue de Rudy no impide la reacción (25-22)
El impulso logrado en el tramo final del primer tiempo pareció espolear a la Selección de Nigeria tras el paso por vestuarios mostrándose mucho más intensos en defensa. Fue precisamente en ese momento cuando la batalla de trasladó entonces a la zona donde los posteos de Pau Gasol generaban espacios para que Rudy Fernández pudiera sorprender con dos triples consecutivos a los que se sumó Ricky Rubio con otros cuatro puntos (47-57). Con la Selección asentada de nuevo en la decena de tantos de diferencia, Nigeria paró el choque pero para entonces la melodía nacional comenzaba a sonar perfectamente afinada (48-61). Pero como si de un calco del segundo periodo se tratara, España topó de nuevo con el físico de una Nigeria que protagonizaba su particular festival del tapón para liderar un parcial de 16-4 con el que colocarse a rueda (64-65). Una última canasta de Ogide tras un tiro abierto culminaba la remontada y permitía soñar a Nigeria (66-65).
El capitán sale al rescate desde el 6,75 (21-31)
Llegado el momento de los valientes no podía reclamar su particular dosis de protagonismo otro jugador que no fuera un Juan Carlos Navarro estelar desde el 6,75. Con dos triples en algo más de dos minutos la bomba trataba de dinamitar el encuentro con la siempre inestimable colaboración de Willy Hernangómez sumando en el rebote bajo ambos aros (69-77). Pero una vez más, la Selección de Nigeria fue capaz de completar el más difícil todavía con su tercera resurrección en un encuentro en el que su acierto exterior brilló sobremanera en los compases finales (82-83). El acierto nacional desde el 4,60 durante los últimos minutos permitió a España cerrar un trabajado triunfo ante un incómodo rival, la primera por tanto de unos JJ.OO en los que toca pasar página para poder pensar ya en Lituania (87-96).