Estamos en un Mundial, con los mejores equipos del planeta y cualquier partido tiene su extrema dificultad. Si además España se encuentra en un grupo tremendamente igualado y se cruza en octavos con el Grupo de la Muerte, nos da como resultado un Mundial para sufrir y trabajar para hacer algo importante. Este viernes ha sido un paso más, con un triunfo que se saldó con un +14 pero que no refleja la igualdad de otro duro partido.

Con las muñecas frías (14-17)
El partido comenzó después del gran último cuarto de la Selección masculina, pero tras la tormenta, el Pabellón Siglo XXI se quedó en calma y las chicas de Víctor Lapeña lo acusaron. Llegaron los errores y la falta de acierto desde los 6,75 (0 de 9 acabó el cuarto) y el marcador avanzaba despacio con Mali casi siempre por delante. Paloma González intentaba dotar de ritmo al partido y evitar la batalla física ante un rival superior. Traore hacía daño y Víctor Lapeña movía el banquillo para buscar aire fresco.

Desde atrás hacia el éxito (35-28)
España puede plantear un partido duro, intenso, pero si le permiten facilidades su ataque puede ser peligroso. Buenos minutos de Carla López, una de esas jugadoras que aportan desde el banquillo estén los minutos que estén en pista. Todavía sin acierto en el tiro exterior España fue capaz de hacer un buen baloncesto, moviendo el balón, con un pase siempre de más hasta buscar buenas situaciones de tiro. Buenas sensaciones antes del paso por los vestuarios.

El efecto Serrat impide la reacción de Mali (55-48)
Tras el descanso llegaron los mejores minutos de las africanas, un equipo capaz de vencer a Brasil en la primera jornada. No sólo se trata de una plantilla física sino que tienen calidad suficiente para competir con cualquier equipo europeo. El marcador se estrechó aunque comenzaron a entrar los triples y apareció en ataque otra de esas jugadoras de banquillo: Silvia Serrat. Grandes minutos de juego de la alero de Segle XXI y un nuevo empujón para dar más tranquilidad al partido.

Punto, set y partido (77-63)
Dice Víctor Lapeña que este equipo tiene que trabajar 40 minutos en cada partido si quiere llegar a la victoria, y las chicas se lo han tomado al pie de la letra. Baloncesto de equipo, comprometido y solidario para ir minando poco a poco la moral de su rival. Y si además está inspirada Sofía Galerón, una jugadora capaz de hacer daño en la pintura, a 5 metros o desde la línea de tres, todo es más fácil. Una segunda victoria que podía haber certificado la primera plaza, pero la victoria de Brasil a Portugal, ha hecho que el partido de este sábado sea fundamental para conseguir un mejor rival en octavos.