Prohibido medir más de 1,80 m. (1967)
Su nombre oficial fue I Torneo Intercontinental 1,80 Gran Premio Ciudad de Barcelona, donde se celebró entre el 17 y el 22 de junio de 1967, aunque algunos quisieron ir más allá y considerarlo un Mundial para jugadores que no pasaran de 1,80 m. de estatura.
JUAN ANTONIO CASANOVA
La idea de dar más oportunidades de lucimiento a jugadores de mucho nivel técnico pero en clara desventaja física respecto a los gigantes venía de lejos: en 1960, tras los JJ.OO. de Roma, Filipinas ya había pedido que se formaran dos categorías internacionales.
Participaron cinco selecciones, que se enfrentaron en una liguilla, todas contra todas: Estados Unidos, Brasil, Filipinas, Francia y España. Los ocho jugadores que utilizó Ignacio Pinedo formaron parte en algún momento de la selección absoluta. Lluís, Buscató, José Ramón Ramos, Juan Antonio Martínez Arroyo y Josep Maria Soler (este último, a pesar de su estatura, jugó más de una vez de pívot en el Mataró que dirigía Antonio Serra) eran los titulares, con Serrano, Juan Martínez y Escorial como suplentes.
La idea de los organizadores era que el título se quedara en casa y la selección llegó al último partido imbatida, después de derrotar a Francia (83-73), Brasil (77-54) y Filipinas (93-70). Pero el 22 de junio Estados Unidos, que a última hora sufrió la baja de quien había de ser su gran estrella, Calvin Murphy, y había empezado perdiendo ante Brasil (64-60), fue mejor, sobre todo por la superioridad en el rebote de Logan y William; remontó el 36-35 del descanso con una defensa en zona 2-3 muy efectiva y acabó imponiéndose por 68-76, con lo que se llevó el trofeo, igualado a tres victorias y una derrota con España. Tercera quedó Filipinas (2-2) y detrás Francia y Brasil (1-3). En la desilusión no faltaron las críticas a Pinedo, al que se acusó de dar poco descanso a sus mejores jugadores en partidos que ya estaban decididos.
Buscató y Logan acabaron igualados como máximos encestadores del torneo, con 79 puntos. Soler (60) fue el quinto y Martínez Arroyo (71) el séptimo.
Después de la cena oficial, el secretario general de la FIBA, William Jones, afirmó que la final había sido más espectacular que la del Mundial absoluto entre la URSS y Yugoslavia y afirmó que la competición entraría en el calendario oficial de la FIBA. No fue así y aquel torneo que montó Anselmo López, presidente de la Española, se quedó en un experimento.