Recapitulemos. El Madrid había ganado el primer partido en el Palau Blaugrana (65-80), así que podía sentenciar en casa en el segundo. Y parecía en camino de hacerlo  cuando, tras una buena salida de los azulgrana (12-22) y el empate a 38 del descanso, llegó a un 52-46. Pero el Barça reaccionó y a falta de 17 segundos Epi II puso un 66-69. Sin embargo, dos tiros libres de Robinson en el último segundo llevaron a la prórroga (69-69), que decidió De la Cruz (79-81) a falta de tres segundos, también con dos tiros libres. Uno a uno.

Pero lo más importante había ocurrido antes, a los 14m 28s del segundo tiempo. Un altercado entre López Iturriaga y Mike Davis, al que se sumó Fernando Martín, provocó una batalla campal que terminó con la descalificación de los tres implicados. El problema vino después, con las decisiones del Comité de Competición, aunque el directivo encargado de las secciones del Barça, Josep Maria Miralles, ya anticipó “que no veo circunstancias objetivas para que el tercer encuentro pueda celebrarse mañana”.

El comité, que presidía Eugenio Mazón, se reunió de urgencia aquella misma noche, primero en una sala de la ciudad deportiva del Real Madrid y luego en TVE para repasar el vídeo. A las tres de la madrugada los directivos del Barça se enteraron por la radio de que su jugador Mike Davis había sido suspendido por seis partidos; el madridista Fernando Martín, por tres, y López Iturriaga, compañero de éste, sólo amonestado. Entonces despertaron a los jugadores y entre todos decidieron no presentarse al tercer partido, por un fallo que consideraban “injusto, manipulado, tendencioso y discriminatorio”. A las 8 la expedición tomó el primer puente aéreo y esa misma mañana la directiva azulgrana decidió el aplazamiento del partido de desempate en tanto la Federación Española y el CSD no revisen el fallo”.

Sin embargo, la Asociación de Clubs denegó el aplazamiento y el Comité de Competición proclamó campeón al Real Madrid. Igual que el CSD tras el recurso barcelonista. En vista del escándalo, la ACB  crear sus propios comités disciplinarios.