JUAN ANTONIO CASANOVA

Su equipo de baloncesto, que siempre había destacado en la formación de jugadores, algunos de ellos internacionales (Joan Fa, actual presidente de la Federació Catalana; Javier Sanjuán, José Luis y Alfonso Martínez…)  llegó a la máxima categoría en la temporada 81-82 ante la sorpresa general, empezando por la propia empresa.

El capitán de aquel equipo era el ahora director ejecutivo de la Euroliga, Jordi Bertomeu, que lo dejó justo después del ascenso para involucrarse en la creación de la Asociación de Clubs Españoles de Baloncesto (ACEB, luego ACB). Pero le pidieron que no se desvinculara del todo y una de sus gestiones fue acudir a una llamada de Raimundo Saporta, que le ofreció la posibilidad de fichar a un jugador estadounidense. Bertomeu le dijo que el club no podía permitírselo. Tenía apenas 4 millones de presupuesto y los jugadores no cobraban un duro. Sólo el alojamiento para los que no eran de Barcelona. “¿Y si el americano fuera un jugador de un colegio de La Salle en Estados Unidos?”, le preguntó Saporta. Pero tanto los hermanos que llevaban la escuela como la Asociación de Padres de Alumnos se opusieron, así que La Salle tuvo que competir sin ningún extranjero contra los mejores equipos en la Liga 81-82, la penúltima antes de la ACB. Y tiene mucho mérito, en estas condiciones, que ganara tres partidos y relegara a la última plaza al Náutico de Tenerife, aunque no pudo evitar el descanso como vicecolista.

El 28 de febrero de 1982 mucha gente se quedó en la calle para recibir al Real Madrid, que estableció un récord de puntos en la Liga española (78-149) todavía vigente. Delibasic marcó 48; Brabender, 30; López Iturriaga, 24, y José Luis Llorente, 22. Por los locales, 33 de Dosaula. Blanco, Puig, Marsal, Collins, Tramullas… estaban en aquel equipo, que había contado con los hermanos Davesa, Gaínza, Freixanet, Galcerán… Tras el descenso se fueron los mejores y poco después el colegio cerró definitivamente el grifo.

Los 71 puntos de diferencia son la mayor a favor de un equipo visitante en la historia, seguidos por los 68 del 64-132 que había sacado el Barça dos meses antes de la misma pista. La mayor diferencia absoluta son los 92 del Real Madrid-Breogán (140-48) de la Liga 75-76.