Con el Hospital Río Carrión de Palencia como escenario, el Embajador FEB, Fernando Romay ha visitado la unidad de Pediatría haciendo las delicias de los más pequeños en una mañana en la que no han faltado las risas y los buenos momentos para hacer un poco más liviana una estancia en la que se han sucedido las anécdotas.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Los actos relacionados con la final de la Copa Princesa de Asturias se suceden estos días en una localidad de Palencia volcada y comprometida con un baloncesto que acapara las portadas de los periódicos locales así como un buen número de horas en radios y televisiones.
Un protagonismo que ha vivido un nuevo capítulo en la Unidad de Pediatría del Hospital Río Carrión con la visita solidaria de RSC FEB a cargo del embajador Fernando Romay. Acompañado de Gonzalo Ibáñez, presidente del Palencia Baloncesto y director de urgencias, el ex jugador gallego acompañó durante su mañana a los más pequeños haciendo un poco más liviano su ingreso hospitalario a través de las diferentes bromas y juegos con los que se ha convertido en su particular rey mago durante unas horas.
Con una serie de recuerdos y regalos conmemorativos de su visita no han faltado tanto las fotografías como la firma de autógrafos con los que poner el punto y final a la mañana más emotiva.
El “hurto” solidario del pasado de Fernando Romay:
Y como suele suceder cada vez que Fernando Romay entra a escena, las anécdotas se han sucedido desde que el ex jugador internacional llegara a una localidad muy vinculada a su pasado como jugador. Con varios campeonatos a sus espaldas en la capital palentina y un buen número de presencias acompañando a sus hijos en sus respectivos partidos en Palencia no son pocos los que le han recordado en los diferentes actos celebrados su paso por la ciudad.
Pero ha sido en el Hospital Río Carrión donde se ha producido una de las anécdotas más curiosas cuando una de las madres de uno de los menores hospitalizados le ha recordado su anterior encuentro en la ciudad cuando, siendo una escolar, Fernando Romay visitó su colegio: “Me firmaste un autógrafo cuando pasaste por mi clase pero al terminar te llevaste mi bolígrafo y ya no lo volvió a ver…”.
Un “hurto” que el ex jugador internacional decidió solventar de inmediato entre bromas regalando a la protagonista de esta historia un bolígrafo de la Federación Española de Baloncesto con el que saldar un robo con carácter retroactivo y solidario, eso sí, acompañado de un nuevo autógrafo con su correspondiente "disculpa". Sin duda, el mejor broche de oro para un día que madre e hijo jamás olvidarán.