LOS LUNES DEL PRESIDENTE
No dejar de soñar
9/14/2015 - 12:40 PM
Nueva columna de opinión del presidente FEB, José Luis Sáez.
POR JOSÉ LUIS SÁEZ
No lo decíamos porque sí.
La primera fase del campeonato y los primeros cruces han corroborado lo que se intuía desde el principio, y más aun desde que conocimos el resultado del sorteo de grupos: éste iba a ser el EuroBasket más duro y difícil de la última década, en el que desde el primer salto inicial íbamos a tener enfrente a grandes rivales.
Lo afrontamos –como todos- como un objetivo ambicioso y sobre todo con el compromiso de seguir siendo competitivos al máximo nivel, por encima de todas las dificultades, en un campeonato muy importante para el futuro de la Selección. Y competitividad es lo que ha demostrado el equipo desde su primer partido.
La igualdad del grupo B nos obligó a jugar una ‘final’ más de las deseadas. Y no fue una final cualquiera sino frente al país anfitrión, con un ambiente lógicamente del todo desfavorable y un rival para el que también fue un partido vital. Que Alemania se haya quedado deportivamente fuera de la carrera por los Juegos Olímpicos en su propia casa es la mejor demostración de que estamos en un campeonato como ha habido pocos y que el nivel del baloncesto europeo de selecciones es probablemente más elevado y con más equipos capaces de ganar que nunca.
Pero no sólo frente a Alemania nuestra Selección volvió a exhibir el espíritu de equipo, capacidad de sacrificio y compromiso que la han hecho grande y envidiada. Valores que hacen posible ganar desde el esfuerzo y a veces el sufrimiento partidos a vida o muerte y con dificultades añadidas.
Y esto no sólo debe hacernos sentir orgullosos a todos sino redoblar la confianza para lo que queda de EuroBasket, tan importante o más que lo disputado hasta ahora, en la confianza de que nuestros jugadores puedan saltar a la pista en las mejores condiciones físicas y de nuevo dispuestos a seguir haciendo historia.
Lo merecen ellos, lo merecen los 80 años de Selección y lo merecen también todos los que desde España la apoyan y la siguen por televisión. Los 3,5 millones de telespectadores de ‘pico’ de audiencia en dos de los últimos partidos son una responsabilidad, claro, pero también, y sobre todo, un motivo más para no dejar de soñar.