MIGUEL PANADÉS

El Master de Formación levanta la vista intenta huir de tópicos y cuestionando términos relacionados sobre la juventud o la veteranía de los jugadores y jugadoras, sobre su capacidad para formarse desde las edades más tempranas y hasta una vez iniciada su etapa seNior. Los entrenadores disfrutamos tanto de las victorias como de la mejora de los jugadores que entrenamos no habiendo título que de tanta satisfacción como ver triunfar a un o una joven al que hemos ayudado a progresar. Diego Ocampo y Sito Alonso han pasado muchos años tecnificando talentos, trabajando en sesiones de individuales de mejora, buscando ese gesto que ayude al jugador a ser más eficiente. De lo que se trata es de proporcionarle las herramientas necesarias para que salte a la pista y pueda desarrollar su talento. Se trata de formar a los jugadores hacia la realidad de nuestro baloncesto, tanto desde aspecto técnicos como de conocimiento de juego.

Estamos en baloncesto altamente competitivo, dentro de las propias plantillas y por supuesto una vez en los partidos, ante rivales cada vez más preparados física, táctica y técnicamente. Sito Alonso conoce la realidad y por eso advierte que: “Hace mucho tiempo ya que los términos veterano o joven han dejado de tener demasiado sentido en el baloncesto. La calidad del trabajo físico durante las carreras de los deportistas provoca que el abanico se amplíe mucho más y por lo tanto la trayectoria de un jugador que empieza en seniors a los dieciocho años pueda alargar casi veinte años si cuida su cuerpo adecuadamente. No hay veteranos, hay expertos y en el caso de los jóvenes, lo mismo, ya que un chico que lleva cuatro o cinco años en seniors ya no puede ser considerado un joven, en el sentido que se le da a ese término”.

Y en ese escenario largo y profundo la figura del entrenador y su planteamiento de presente pero también de futuro, de objetivo tangible pero también de inversión a medio o largo plazo, adquiere una especial relevancia. Diego Ocampo reflexiona: “Vivimos del resultado, eso es cierto, y sin embargo debemos olvidarnos de ello para focalizar toda la energía en conseguir que nuestros jugadores mejoren. Y eso es aplicable a la formación, por supuesto, pero también es aconsejable en seniors. Cuando te obsesionas demasiado con un objetivo inmediato sueles entorpecer el proceso de mejora” El Master de Formación representará una gran oportunidad para compartir ideas con dos auténticos maestros en la materia.

LA CORRESPONDENCIA CON LA MENTE

Los entrenadores, ya sean de equipos de formación o seniors, de élite o del baloncesto mayoritario jugado en competiciones autonómicas, necesitamos herramientas para poder dirigir a nuestros equipos adecuadamente. Somos entrenadores y por ello gestores de grupo por lo que todo aquello relacionado con aspectos psicológicos se convertirá en conocimientos de inmenso valor a la hora de realizar nuestra tarea. Patricia Ramírez insiste: “No es necesario ser un psicólogo para ser entrenador pero sí se ha de saber escuchar, tener empatía, saber comunicar… Por muchos conocimientos que tenga un entrenador sobre el baloncesto será necesaria que disponga de capacidad para saberlos transmitir de manera adecuada, corrigiendo pero a la vez reforzando, valorando las acciones positivas para que ese jugador se sienta motivado, apasionado para volver al siguiente entrenamiento. Los entrenadores son los líderes y los líderes necesitan transmitir entusiasmo, desde la palabra y desde el gesto. Los entrenadores son gestores de personas y por lo tanto han de transmitir desde el ejemplo”. Cuerpo y mente citados en Zaragoza con el fin de conseguir que ese binomio fundamental ayude a nuestros jugadores a ser mejores.