POR JOSÉ LUIS SÁEZ

Como cada año, también este 2015 lo hemos empezado con una de  las fiestas señaladas en el calendario de nuestro baloncesto.
El Campeonato de España Cadete en Valladolid ha marcado la línea de salida de este año en el que, como en todos, vamos a seguir invirtiendo en el futuro y en los valores del baloncesto: como el compromiso, el trabajo en equipo, la deportividad y la convivencia que se transmiten en citas como la vivida estos días.

En Valladolid se han dado cita casi 500 jugadores, 38 equipos técnicos y otros tantos árbitros. Pero tampoco esa vez han faltado los familiares y amigos –sobre los 2.000-, que convierten un campeonato de estas características en algo más que un torneo deportivo.
Por todo ellos la celebración de estos campeonatos, como la de todas las actividades de competición y participación, ha sido en los últimos años, marcados por la crisis y los recortes en muchos ámbitos, una de las prioridades de la FEB. En ocasiones como la de este Cadete, de la mano del Consejo Superior de Deportes, pero siempre con el trabajo, el respaldo y la ilusión de los clubes, los colegios y las Federaciones Autonómicas. Como la de Castilla y León, cuyo nivel de organización ha alcanzado el sobresaliente.

Volver a hacer del baloncesto un referente para los jóvenes en el mundo escolar –que décadas atrás fue básico para el crecimiento y desarrollo de nuestro deporte- es uno de nuestros grandes retos en estos próximos doce meses, que serán la base de los proyectos que desembocarán en el 2018.

Porque nuestros más pequeños tienen en nuestros mayores el mejor espejo posible. En las últimas semanas, en la NBA el apellido de moda es Gasol, con Pau y Marc, Marc y Pau, apuntando a compartir protagonismo nada menos que en el All Star Game del próximo febrero. Y con el programa Universo  Mujer queremos, a partir de ya, dar a la imagen de las jugadoras españolas la relevancia que merecen, tanto en los países en los que están profesionalmente afincadas, como en el nuestro propio.

Pero no sólo en las canchas de los cinco continentes están dejando su huella los deportistas españoles. En los últimos años hemos asistido también a una exportación sin precedentes de nuestro talento en los banquillos. Muchos entrenadores están siendo extraordinarios embajadores de la Marca del Baloncesto Español, algunos incluso desde cargos tan significativos como el de seleccionador absoluto.

Todos ellos son también producto del trabajo en la base, uno de los pilares fundamentales de nuestra gestión en la FEB, que lo seguirá siendo en los próximos años.