MIGUEL PANADÉS/ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

“Ojalá estas tendencias se hubieran puesto en práctica hace unas décadas y no nos hubiesen llevado a correr tanto por las montañas. Quizás hubiese alargado un poco más mi carrera” afirmaba con ironía Ferrán Martínez mientras Coque explicaba esa voluntad de mejorar la salud de los deportistas desde un trabajo preventivo más que de castigo para aumentar volumen o de buscar la resistencia desde exageradas sesiones de carrera continua por terrenos que nada tienen que ver con el baloncesto. Fue una brillante jornada con un preprador físico que en sus diez años como profesor del CES nunca ha dejado de aportar novedades sobre la integración del trabajo físico al juego.

Y como de lo que se trata en el Curso Superior es de preparar a los alumnos para la posibilidad de poder trabajar en el baloncesto profesional pues viajamos junto a él al mundo de los privilegiados para conocer sus métodos de trabajo, siempre individualizados. Pero como la realidad de la mayoría de aspirantes a entrenador superior era de no disponer de los medios necesarios para especializar labores, Coque ofreció ideas, ejercicios, conceptos de trabajo que cualquier entrenador y en cualquier circunstancia puede aplicar a sus equipos.

Estuvo el pucelano, como siempre, brillante, conectando con el alumnado y ofreciendo esas soluciones que todos los entrenadores buscan para poder aplicar a sus equipos. Y concienció de manera obsesiva de la necesidad de trabajar físicamente a los jugadores desde muy pequeños, desde minibasket, insistiendo en la necesidad de formar cuerpos adecuados a la práctica del deporte, preparados para todas las exigencias de un baloncesto que especifica esfuerzos. Coque fue convincente en sus exposiciones y todos los que asistimos a sus  clases salimos con nuevas ideas para trabajar con nuestros jugadores la próxima temporada.