Los alumnos del Curso Superior vivieron su primera jornada entre la presión de la primera prueba, para comprobar el nivel de estudio adquirido en la fase no presencial y el encuentro con el árbitro canario Michel Pérez Niz.
MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Rostros tensos a las nueve de la mañana ante la primera prueba específica y de alivio dos horas más tardes al comprobar como las preguntas a las que tuvieron que enfrentarse no iban relacionadas con física cuántica y sí con el baloncesto, desde la formación, la táctica, el entrenamiento y la dirección. Los alumnos tomaron contacto con el Curso, con el ambiente de complicidad que ya se ha creado desde la definición de equipos de trabajo.
La tarde dio inicio a toda una serie de profesores que desde hoy y durante las próximas semanas irán pasando por el hotel Tryp o el pabellón Siglo XXI de Zaragoza. El primero, un árbitro, entrenador superior por cierto, que con la habitual simpatía que regala en todas las intervenciones – lleva doce años asistiendo al CES – fue desmenuzando las nuevas reglas, fue abordando los aspectos críticos que todo Entrenador Superior debe conocer.
En un ambiente distendido Michel Pérez Niz confesó sus sensaciones antes, durante y después de los partidos. Cómo analiza los equipos y los jugadores del partido que dirigirá, cómo afronta los diferentes ambientes en pabellón más o menos calientes, cómo considera conveniente que los entrenadores se dirijan a él cuando arbitra, cómo los jugadores… Michel explicó anécdotas personales, situaciones delicadas que a los largo de sus muchos años como árbitro ha tenido que afrontar y lo hizo desde la sinceridad y la complicidad. Desde un punto de vista mucho más cercano al entrenador de lo se pueda imaginar. Porque esos sentimientos de presión, a veces de soledad, a veces de incomprensión que los entrenadores sufren, también lo sufren los árbitros.
Una tarde agradable, intensa en conocimientos, en primeras relaciones, en toma de contacto con un Curso que abarca todo lo que rodea al baloncesto, al juego y entiende que el árbitro no puede valorarse como un elemento al margen o en paralelo sino completamente integrado a lo que sucede en la pista. Nuevamente y van catorce años, Pérez Niz se convirtió en un número uno.