Recién aterrizada en Italia, la Selección U17F se dispone a comenzar la segunda fase de preparación en su camino al Mundial de la República Checa, una cita para la que cuentan ya con su particular arma secreta, una haka que podría ejercer como elemento motivador en la previa de los diferentes compromisos oficiales.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
La Selección U17 se encuentra desde anoche en tierras italianas tras poner punto y final a su primera fase de preparación en tierras alicantinas. Dos intensas semanas de trabajo en las que el cuerpo técnico ha perfilado sobre la cancha el estilo de juego que regirá las defensas y ataques de un combinado que cuenta ya los días para su debut en el Mundial de la República Checa.
Y si importante es la preparación física y táctica, no lo es menos la mental. El trabajo psicológico con las jugadoras ha sido uno de los puntos fuertes sobre la cancha de L´Alfaz del Pi a la hora de comenzar a construir un equipo ganador.
Un trabajo apoyado en diferentes tácticas de refuerzo y al que Víctor Lapeña recurriría con el objetivo de mejorar la complicidad entre sus jugadoras siguiendo el ejemplo de la Selección que se proclamara campeona de Europa Senior el pasado verano: “Durante los primeros días de concentración había analizado al grupo junto a Mario e Isa; teníamos un buen bloque de jugadoras en el plano individual pero nos faltaba cierta chispa y alegría como bloque para ser un auténtico equipo. Tenemos un gran espejo en el que mirarnos y ese no es otro que el equipo senior que lograra el Europeo de Francia el año pasado así que, con el objetivo de tratar de contagiar ese espíritu a nuestras jugadoras, encargamos a Bárbara Llull un ejercicio que no tardaría en obtener resultados”.
Bárbara Llull: “Los resultados se notan ya sobre la cancha”.
Esta reflexión sería el comienzo de un trabajo desarrollado por la preparadora física, Bárbara Llull y que desembocaría en una haka que acompañará a las internacionales durante las próximas semanas en su camino a la República Checa.
Una sesión cuyos objetivos principales buscaban reforzar los vínculos entre las componentes del equipo nacional: “Tal y como explicaba Víctor, durante los primeros días habíamos observado a un equipo con mucha calidad y con una técnica casi perfecta pero al que le faltaba cierta alegría como grupo, es por este motivo por el que nos pusimos manos a la obra para preparar una sesión diferente en la que nos marcamos como objetivo que comenzaran a disfrutar jugando juntas para tirar unas de otras”.
Llull explica cómo se desarrollaría una sesión ubicada entre los dos primeros encuentros amistosos y en la que el cuerpo técnico jugaría un papel especial: “La sesión tuvo lugar la mañana siguiente al primer partido amistoso y en ella propusimos diferentes retos por grupos que serían valorados por un jurado al más puro estilo Risto Mejide y compuesto por Isa Sánchez, Marina Ruiz y Nuria Herranz. Los cuatro primeros juegos se valoraban en función del tiempo que tardaran en realizarlos y en ellos tenían que colaborar en conjunto para poder escapar de una tela de araña o para superar diferentes tipos de pruebas. A continuación, planteamos una segunda tanda de juegos en los que ellas mismas se convertían en jurado para puntuar a sus compañeras y entre los que se encontraba un baile al más puro estilo haka junto a un grito de guerra que las identificaría como equipo”.
Una vez concluida, tanto la preparadora física como el resto del cuerpo técnico comenzaron a observar los primeros resultados: “El resultado de esta sesión fue inmejorable ya no sólo por ver cómo las jugadoras se unían para conseguir los retos sino porque ese mismo día comenzamos a ver los avances sobre la cancha. En nuestro segundo amistoso el banquillo estuvo de 10 animando a sus compañeras por convicción y no por obligación sin parar de chillar en todo el encuentro. Pero lo más positivo llegó a la hora de la cena cuando comenzamos a observar risas y bromas entre ellas en la mesa”.
Aunque el legado más curioso sería esa particular haka que, quién sabe si con el paso de las semanas, pueda convertirse en todo un símbolo para una Selección que tiene ya sus primeras señas de identidad como equipo: “Todo comenzó como un ejercicio con unos objetivos determinados pero, esta semana, tras un entrenamiento, las jugadoras nos sorprendieron repitiendo espontáneamente la haka así que… quién sabe si este será nuestro baile y grito de guerra de cara al Mundial. Sea o no así, lo importante es que ha obtenido los resultados deseados”.