Nacido en Madrid hace 44 años Nacho García, entrenador del Grupo EM Leganés y conocedor de una Liga Femenina 2 que conoce bien y no duda en calificarla como “muy, muy , muy bonita”.
MIGUEL PANADÉS/ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Hablamos de baloncesto con un hombre de baloncesto, de esos formados desde muy joven junto a otros más expertos o tan inexpertos como él pero compartiendo con ellos esas conversaciones interminables sobre el porqué, el qué o el cómo en una materia tan extensa y obsesiva como es la de entrenar. “Se ha perdido la costumbre de esas reuniones de viernes por la noche de cerveza y baloncesto hasta la madrugada. Se intenta sustituir con redes sociales pero… no es lo mismo” afirma recordando como en su etapa de Estudiantes se pasaba horas y horas debatiendo con Jota Cuspinera y otros muchos entrenadores de ese y otros clubes. Tuvo como referentes en sus inicios a Chus Mateo o Ángel Pardo pero insiste en que ha sido a través del propio baloncesto.
“La ilusión es el motor de los entrenadores y esa ilusión que tuve en los inicios la mantengo todavía hoy. Creo que los equipos son el reflejo de sus entrenadores y por lo tanto en mi caso quiero seguir siendo positivo, viendo la botella medio llena y transmitiendo pasión por el juego”. Una “bendita lesión”, sí, sí, esas que en su momento se convierten en dramáticas porque rompen la ilusión de seguir disfrutando del juego desde la pista pero que provocan que los que realmente sienten el baloncesto se dediquen a entrenar desde muy jóvenes, llevó a Nacho García, en Agustinianos a empezar dirigiendo a los más pequeños y cuando le pido un rápido viaje por su memoria para encontrar momentos especiales sus recuerdos se entremezclan entre las Fases de ascenso con Estudiantes y los partidos de minibasket con marcadores tan atroces como inolvidables. Porque para un tipo de baloncesto, para la gente del baloncesto, el valor de este deporte no está en la categoría sino en su esencia y seguramente será un detalle insignificante para el mundo el que acapare tanto o más protagonismo en su memoria que el éxito más sonado de su carrera.
Habla Nacho de ilusión, “por no perder esa espontaneidad como entrenador” y de formación porque viene de esa escuela de Estudiantes don “aún pudiendo fichar a una jugadora de más nivel apostábamos por las jóvenes del club” y satisfecho de poder llevar a cabo algo parecido en su proyecto en el Grupo EM Leganés con el que “hemos conseguido el objetivo de la permanencia quedándonos además con el sabor agridulce de haber podido haber hecho algo más en algunos partidos perdido por muy poco…” Conoce bien la Liga Femenina 2 y sabe de esa dificultad que la envuelve al tener que meter en una alta exigencia a jugadoras con pocos kilómetros recorridos todavía. “La única parte positiva que tiene la crisis que ha afectado a todo el país y también al deporte en general es que en lo que respecta al baloncesto femenino se han acelerado procesos”. Y en esa disminución de la media de edad de los equipos los entrenadores han tenido también que hacer un esfuerzo por entender que “aunque el mensaje de siempre sigue calando, es importante estar al tanto de las nuevas inquietudes de las nuevas generaciones para poder así comunicarte con ellas mejor y poder entender mejor determinadas reacciones”. Porque tal y como Nacho García incide en sus charlas a otros entrenadores a través de la Federación Madrileña, la labor del entrenador no sólo es dirigir entrenamientos y partidos sino es conectar con los y las jugadoras que se dirigen.
Hizo el Curso Superior hace ya muchos años en La Almunia de Doña Godina junto a “Ignacio Goñi, con el ahora árbitro Michel Pérez Niz, con Julio Soler… y un montón de entrenadores de toda España con los que, con algunos de ellos, sigo manteniendo contacto y amistad. El Curso Superior es una experiencia tremenda, inolvidable”. Y, levantando la vista sobre la realidad de un baloncesto femenino repleto de ilusión joven en las pistas Nacho García describe perfectamente las razones porque las conoce desde dentro en esa combinación entre “el excelente trabajo de cantera que se hace en los clubes y la continuación y buen uso de esas jugadoras que se hace en las selecciones nacionales. De ahí tanto el crecimiento de ellas y los éxitos de España, desde las selecciones de formación hasta la Absoluta. Creo que ese buen trabajo garantiza el relevo generacional en todas las selecciones incluyendo la senior”.