MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Hay un grupo de jugadoras y entrenadores que apenas disfrutan de las festividades de Semana Santa. Mientras muchos ciudadanos se desplazan para reencontrarse con familiares o desconectan de su cotidiana realidad las plantillas de Perfumerías y Rivas Ecópolis ajustan los últimos y fundamentales detalles de cara unos partidos decisivos y que, de manera justa o no, decantarán el éxito o no de una temporada apasionante. Son días en los que el talante de Víctor Lapeña y José Ignacio Hernández debe envolver la lógica presión interna de transmisión de seguridad y ambición reflejándose tanto en sus miradas como en sus discursos. No existe el miedo, sólo el reto.

Hay muchas y variadas razones paras disfrutar de esos partidos de máxima rivalidad, de máxima igualdad, de máxima emotividad que nos pueden ofrecer dos enormes equipos. La primera de todas las razones la encontramos en la mentalidad competitiva de ambas plantillas. A lo largo de toda la temporada han ofrecido demostraciones de carácter sabiendo imponer la superioridad cuando ha sido necesario y reaccionar de manera madura y sensata cuando han atravesado por momentos delicados. Han afrontado retos sin buscar excusas en lesiones, en presiones o en circunstancias ajenas al control y siempre, por mucho que en el camino tropezaran con algún obstáculo, han dado la sensación de la consistencia propia de los grandes equipos.

Las propuestas de juego de sus entrenadores se basan en la intensidad, en la constancia, en la amenaza permanente desde el momento de recuperar el balón. Juegan a toda pista en ataque y en defensa y buscan siempre la velocidad en la transición desde el impulso de sus exteriores y las carreras por calles centrales de sus pivots. Pero atención porque ambos técnicos tienen en su manual esos planes alternativos para de pronto alterar el guión táctico previsto y sorprender al rival. Seguro que durante la serie veremos nuevos planteamientos y disfrutaremos con nuevas lecciones de dirección.

Hay nombres propios diferenciales en cada plantilla, hay claros referentes sobre los que se basarán los ataques y de los que dependerá gran parte del resultado pero, por encima de todo, la palabra EQUIPO se convierte en el mayor de los activos de cada uno de los dos finalistas. Porque más que nunca en esta liga el lema del “yo al servicio del nosotros” ha adquirido mayor trascendencia y desde la que juega casi los cuarenta hasta la que sale cinco minutos ofrecerá sobre la pista todo lo que lleve dentro para beneficio del grupo.

Claro que todas las apuestas van encaminadas a situar a Perfumerías como favorito y las razones las encontramos en la profundidad de plantilla, en el presupuesto y en el factor pista, ganado a pulso durante la fase regular, pero sin embargo todo eso no dejan de ser más que especulaciones del entorno ya que ni a unos ni a otros de los protagonistas les afectará o influirá ninguna condición teórica conscientes todos ellos que la única realidad será, una vez más, la de la pista. Rivas quiere vengar deportivamente el desenlace de la final de la Copa de la Reina mientras Perfumerías quiere sumar ese título de campeón que da sentido a su gran proyecto.

Y en la memoria del aficionado no sólo la final de Copa de la Reina sino el final de Liga pasada, hace un año y ese desenlace para el recuerdo, seguramente uno de los momentos más emocionantes e inciertos de la historia de la Liga Femenina. Teledeporte revivirá seguro esas imágenes extraordinarias con todo un pabellón conteniendo la respiración ante dos tiros libres que  decidían un campeón. Tal y como ha transcurrido la temporada, tal y como se han resuelto la mayoría de partidos y por la capacidad de unas y otras para no dar a torcer sus brazos por mucho que apriete el rival, nos llenamos de razones para disfrutar a partir del lunes 21 de una serie inolvidable.