Cuando hace tan sólo tres años era alumna del Curso Superior en Zaragoza Madelén Urieta (Vitoria 1981) daba sus primeros pasos para disfrutar, verbo utilizado textualmente por la entrenadora vasca, de la experiencia de entrenar Liga Femenina 2.
ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB/MIGUEL PANADÉS
Y así, fue. De buena alumna en esa “locura exigente” y experiencia inolvidable en la que se convierte el Curso Superior a conseguir un posterior ascenso desde la Primera Nacional en la que ya llevaba como entrenadora otras tres temporadas. “Estoy disfrutando muchísimo esta temporada, en cada entrenamiento, en cada partido. Cada semana se convierte en un nuevo reto en la Liga Femenina 2”, confiesa desde la ilusión en una de las pausas en su trabajo cotidiano. Porque Madelén, como tantos entrenadores y entrenadoras de la competición, y por supuesto otros miles repartidos por las competiciones Autonómicas de nuestro país, alterna la actividad de entrenar con la de trabajar, en el mejor de los casos. Porque los sueldos en el baloncesto no dan, en muchos casos para vivir exclusivamente de él y por lo tanto y especialmente en la Liga Femenina 2 son muchos y muchas jugadoras y técnicos los que viven en la “ambigüedad” de la exigencia deportiva sin la remuneración profesional.
Pero la conversación con la entrenadora del UPV Araski, que se enamoró del baloncesto siendo una niña en el patio del Colegio Sagrado Corazón de Vitoria, deriva rápidamente hacia aspectos relacionados con la mejor manera de entrenar, de dirigir, de gestionar grupos. “La jugadora necesita de su entrenador o entrenadora, sinceridad. Se trata como con el amor, no basta con proclamarlo, hay que demostrarlo”. Y en este sentido Madelén confiesa haberse sentido influenciada en sus inicios como entrenadora en la década de los noventa por las figuras de Silvia Font, al frente del Siglo XXI entonces y Piluca Alonso en Canoe. “Las vi dirigir, las vi relacionarse con sus jugadoras y me gustó la manera en la que transmitían, la manera en la que las “atrapaban”. Pensaba mientras las veía que se habían ganado tanta credibilidad entre sus jugadoras que podían pedirles lo que quisieran que obtendrían respuesta de ellas. Si las jugadoras creen en ti, creen en la táctica”.
De ahí la importancia de que los entrenadores jóvenes sean capaces de observar, lo bueno y lo malo, de otros colegas más expertos. Porque, efectivamente, esa relación no siempre fácil entre el entrenador y el jugador requiere de una complicidad especial. “No puedes ser su amiga y sin embargo debe confiar en ti…” afirma Madelén debatiendo internamente y creciendo día a día como entrenadora a través de esas reflexiones permanentes con las que conviven los técnicos desde que se despiertan hasta que se acuestan. “Cada vez estoy más convencida de la mayor importancia de la dirección de equipo con respecto a otros conocimientos que han de tener los entrenadores. Cada categoría tendrá sus características pero en la Liga Femenina 2, con jugadoras muy jóvenes, con una exigencia tremenda en cada partido, es importante la capacidad para saber transmitir. Vivimos partidos muy igualados donde puedes ir ganando de quince y saber que nada está decidido, o al revés. Y así cada semana, y así durante toda la temporada”. Y ese “sufrimiento y disfrute” a la vez que sienten los técnicos de la Liga Femenina se ve multiplicado en el caso de Madelén por “estar ante un proyecto de club y de equipo en el que, aunque los resultados no nos estén acompañando, el trabajo del día a día es muy satisfactorio y poco a poco se va observando un importante crecimiento en las jugadoras. La verdad es que la Liga Femenina 2 se ha convertido, en mi caso, en una experiencia muy gratificante”.
Y aprovechando que esta entrenadora tiene muy fresco su paso por el CES y que ya son muchos los entrenadores y entrenadoras que se inscriben o se inscribirán próximamente en la nueva edición 2014 que tendrá lugar, en su fase presencial, en Zaragoza Madelén lanza una recomendación a los nuevos alumnos. “Que lo disfruten, que se sacudan el miedo inicial con el que llegas y se entreguen al aprendizaje de la mano, primero de sus propios compañeros en esos debates que se crean durante el Curso y por supuesto por los maestros que van pasando y dando clases de las que te llevas un millón de ideas nuevas. El CES es una bomba para todo aquel que disfrute con el baloncesto”.