Iurgi Caminos: "En la plata el jugador joven se puede formar de verdad compitiendo a un gran nivel"
Iurgi Caminos es todo metodología, modernidad y conocimiento. Una carrera progresiva, lógica, solvente… ello le ha llevado a asentarse a sus 35 años como ya uno de los técnicos clásicos en la Adecco Plata. Nacido en Donosti y tras dar sus primeros pasos en el Atletiko de San Sebastián y en Zarautz, Caminos tuvo la oportunidad muy joven de meterse en todo un cuerpo técnico profesional de la mano de Porfi Fisac. Una experiencia que aprovechó a la perfección para modelar su perfil como entrenador de futuro y perfil alto.
XAVI OLTRA/ ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Su trayectoria ya estará ligada para siempre con Azpeitia, el club en el que ha estado ocho años, y donde adoptó la clásica condición de técnico de la casa. Acabó de formarse en el banquillo del club guipuzcoano, el cual le dio la oportunidad de dirigir como primero un proyecto de nivel, en la Adecco Plata. Tras su paso por Iraurgi, este aún joven entrenador sigue labrando y escribiendo su camino ahora en Vitoria dirigiendo a Araberri. Un paso más en su crecimiento personal y profesional, que sin duda a día de hoy no tiene techo.
LOS CAMPUS, UNA INSPIRACIÓN
“Tuve la suerte de que desde los 21 años fui a Campus de verano en Laredo y Ribadeo. Allí iban Gonzalo García de Vitoria, Jorge Elorduy, Luis Casimiro, Chechu Mulero, Sergio Valdeolmillos, Diego Epifanio… Vas viendo a muchos entrenadores con diferentes formas y te van quedando muchas cosas”
LA LIGA DE LOS JÓVENES
“Este año creo que en la categoría se ven estructuras asentadas con equipos jóvenes filiales como El Prat o el Barça hace tres años. O Fuenlabrada o Ávila antes, cuando era vinculado. El jugador joven se puede formar de verdad compitiendo a un gran nivel. Con 18 o 19 años se les puede reclutar para esta categoría, en la que hay exigencia física, y en la que suelen tener la ayuda del algún veterano. El veterano ayuda a sus compañeros e incluso a sus rivales. Creo que la categoría cubre muy bien ese espacio para los jóvenes.”
ESPAÑA, ÉXITO EN EQUIPO
“Los clubs captan a los jugadores en los colegios. Luego está el trabajo de las Federaciones territoriales, con entrenos de tecnificación y seguimiento. Y como paso final está la FEB, que invierte de verdad en el seguimiento de los jugadores y luego en un trabajo final, que suele acabar con las medallas. La guinda final es el trabajo de la FEB, que además pone entrenadores con bagaje en la Adecco Oro o Liga Femenina, los cuáles sacan un gran rendimiento de los jugadores”
¿Por qué escoge desde niño el camino del baloncesto?
Empecé a jugar a los diez años en categorías mini en mi colegio, el Ikastola. El cole tenía cierta tradición y los deportes habituales eran hockey y baloncesto. Mi hermano mayor también jugaba a baloncesto. Mi profesor de gimnasia era José Luis Dominguez, que entrenaba al Askatuak y que logró el histórico ascenso a la ACB con el club. Yo jugaba de base. A la edad cadete pasé a un club federado, al Larramendi, de mi barrio de Donosti. Seguí hasta sénior hasta los 25 y jugué en la UPV, Zarauzt, Azpeitia…
E imagino que no tardó mucho en sentarse en un banquillo…
Cuando terminé el cole con 18 años en el Ikastola, donde había empezado de pequeño. Siempre me había gustado la salsa de los entrenamientos y además también era un dinerito extra para mis gastos. Entrené minis, luego infantiles y cadetes, siguiendo el orden lógico. Empecé con chicas y estuve cinco o seis años, incluso como seleccionador de Euskadi. Cuando dejé de jugar es cuando decidí pasarme al masculino.
“ENTRENAR FEMENINO TE APORTA SENTIDO DE LA RESPONSABILIDAD, ORDEN Y COMPROMISO”
¿Cómo fue su experiencia inicial en el baloncesto femenino?
Creo que al final el hecho de entrenar femenino y luego masculino te aporta cosas como el sentido de la responsabilidad, del orden y el compromiso. Las chicas son más aplicadas de jóvenes. El trabajo colectivo es más acusado que el individual. En masculino a veces se ve más el descaro del ‘jetas’ o cómo destaca el talento de alguno, por decirlo de alguna manera. En femenino es más habitual que estén más unidas, que vayan más en grupo.
¿Cómo valora su formación entrenando categorías inferiores?
A medida que pasa el tiempo te va picando el gusanillo cada vez más. Ya dejé de jugar en Primera Nacional, donde quizás no me lo tomaba del todo en serio. Nadie me influenció para entrenar. Simplemente quería hacer otras cosas. Me gustó entrenar técnica individual y me sigue gustando. Buscar los puntos fuertes y también los débiles para reforzarlos.
¿En qué basa al principio su metodología de trabajo?
La mayoría de cosas se basan en lo que has vivido como jugador. Tuve la suerte de que desde los 21 años fui a Campus en Laredo y Ribadeo. Allí iban Gonzalo García de Vitoria, Jorge Elorduy, Luis Casimiro, Chechu Mulero, Sergio Valdeolmillos, Diego Epifanio… Vas viendo a muchos entrenadores con diferentes formas y te van quedando muchas cosas. En Zarautz ya llevé a júniors y ya iba metiendo algo de táctica lógicamente. Aún seguía jugando y ya pensaba en la pista más como entrenador. Cuando eres jugador-entrenador, la perspectiva del ‘yo’ pasa a ‘equipo’. Ves los toros desde la barrera.
“CUANDO ERES JUGADOR-ENTRENADOR, LA PERSPECTIVA DEL ‘YO’ PASA A ‘EQUIPO’”
¿Cómo vivió su paso como ayudante de Porfi Fisac en el Guipúzcoa Basket?
Lo vi como una gran oportunidad. Coincidió que el club volvía a la LEB-2 y todo era muy emocionante. Fue mi primer contacto con el baloncesto profesional. Germán Cea, director general del club, fue el que me fichó. Nos conocíamos a través de la dirección técnica de la Federación, ya que había estado llevando selecciones como ayudante y seleccionador. Lo tomé decidido y confiado, sabiendo que te toca aprender. Los inicios nunca son fáciles. Había cosas que no había vivido antes. Es difícil hasta que te asientas un poco en el trabajo. Al final de temporada nos eliminó La Laguna en el ‘playoff’, pero a nivel individual quedé muy satisfecho con el trabajo. Fue un cambio duro. Tengo un buen recuerdo de trabajar con gente como Kuko Cruza, Rogelio Legasa, Pepe Llorente… pese a mi edad me mostraron respeto y aprecio. Lo que más me marcó de Porfi fue el primer contacto profesional, el día a día de cómo gestionar entrenamientos, dinámicas de viajes, partidos… era lo más novedoso. Me quedó sobre todo la forma de gestionar el equipo de Porfi. Tenía una idea del colectivo por encima del jugador. Equipos con ritmo, haciendo un baloncesto sencillo… aunque no hubiera una gran estrella.
¿Cómo fue su aterrizaje en Azpeitia?
En verano me comunicaron un poco tarde que no seguiría y me tomé un año sabático, de relax. El Curso Superior de Entrenadores ya lo tenía sacado desde los 21 años. Aproveché para seguir viendo cosas. Al año siguiente, como había jugado antes en Azpeitia, Lolo Encinas me llamó para entrenar. Estuve dos años llevando el júnior, un grupo de chavales muy trabajador con el que estuve muy a gusto. En Azpeitia he estado en total casi ocho o nueve años. Y he dejado muchos amigos.
Y pronto tuvo su primer gran reto profesional como primero en la Liga EBA…
Surgió la posibilidad de Hellín. Kuko Cruza, que jugó en Hellín, le dijo a Enrique Díaz, el gerente, que me fichara. Lo cogí con la ilusión de una experiencia nueva, no sólo a nivel baloncestístico sino también personal. Di un pasito más para crecer como entrenador. Tengo un recuerdo muy bueno. Tuve jugadores con experiencia como Dani Fernández, que había jugado en ACB, o Jorge Navas. Ambos habían estado años en las ligas FEB. El grupo de EBA de Madrid es muy competitivo e hicimos historia logrando el mayor número de victorias consecutivas en una temporada. Nos quedamos a las puertas de jugar las fases de ascenso en un cuádruple empate. Me quedó un pequeño sabor agridulce por no jugar esa fase.
“PORFI FISAC TENÍA UNA IDEA DEL COLECTIVO POR ENCIMA DEL JUGADOR”
¿Con qué tipo y estilo de baloncesto se identifica?
Un entrenador, más allá de su estilo, tiene que tener la capacidad para sacar rendimiento de sus jugadores. Depende de los que tengas para poder correr o no, para ponerte en zona o no… Hay que ver y conocer las virtudes y defectos de tus jugadores. Intento un baloncesto en el que el jugador se mueva con libertad, pero que no haya libertinaje. No encorsetar mucho, pero que no sea un desmadre. El talento individual es al final el que decide y no hay que coartarlo. Intento simplificar al máximo las reglas defensivas. La mayor responsabilidad recae en la defensa del uno contra uno.
¿Qué técnicos han influenciado más en su carrera o le han inspirado?
Aquél que no he podido ver trabajar no me gusta valorarlo. Los entrenadores son más entrenadores durante la semana con el trabajo, cuando hacen crecer a sus equipos. Recuerdo muchas cosas de las charlas que teníamos por la noche en los Campus de verano con entrenadores como Casimiro, Valdeolmillos… Ahí coges detalles. Pienso que la mayoría de entrenadores tenemos lo que podemos, no lo que escogemos. Cuando tienes un equipo físico tienes que correr.
¿Con qué equipos o modelos a nivel nacional o internacional se queda?
Los equipos de Obradovic siempre han jugado muy bien. Quizás tras algunos años de baloncesto rácano, el ver ahora el planteamiento de Pablo Laso, si lo acompaña con títulos, suponga un cambio. Todos los entrenadores queremos ganar de 25 puntos y meter 100 puntos porque es más divertido. Creo que es importante divertirse con lo que estás haciendo. Cuando se plasma en la pista lo que has trabajado disfrutas mucho. Ganar pero habiendo trazado un camino es mucho mejor.
“CUANDO SE PLASMA EN LA PISTA LO QUE HAS TRABAJADO DISFRUTAS MUCHO”
¿Qué recuerdos tiene de su paso por la Plata con Azpeitia?
Fueron dos años en los que jugamos el ‘playoff’ y nos quedamos a las puertas de quizás hacer algo más. Quedó un sabor de haber competido bien. Creo que el balance fue positivo por coger un equipo y asentarlo en la categoría. Este año creo que en la categoría se ven estructuras asentadas con equipos jóvenes filiales como El Prat o el Barça hace tres años. O Fuenlabrada o Ávila antes, cuando era vinculado. El jugador joven se puede formar de verdad compitiendo a un gran nivel. Julen Olaizola y Mikel Motos son dos ejemplos. Con 18 o 19 años se les puede reclutar para esta categoría, en la que hay exigencia física, y en la que suelen tener la ayuda del algún veterano. Un ejemplo podría ser Sergio Pérez en el Fuenla. El veterano ayuda a sus compañeros e incluso a sus rivales. Creo que la categoría cubre muy bien ese espacio para los jóvenes.
¿Qué objetivos se plantea esta temporada con Araberri?
Nuestro objetivo con lo que queda y estando ahora en puestos de ‘playoff’ es acabar en estas posiciones. Mantener al club en ‘playoffs’ y seguir en esa línea de poder competir. Mi ilusión particular sería pasar esa primera ronda, ya que me quedé a las puertas en las anteriores temporadas.
¿Por qué España domina el medallero internacional en categorías inferiores los últimos años?
Creo que es una conjunción de todo, empezando por los clubs, que captan a los jugadores en los colegios. Luego está el trabajo de las Federaciones territoriales, con entrenos de tecnificación y seguimiento. Y como paso final está la FEB, que invierte de verdad en el seguimiento de los jugadores y luego en un trabajo final, que suele acabar con las medallas. Empieza todo con la base y la guinda final es el trabajo de la FEB, que además pone entrenadores con bagaje en la Adecco Oro o Liga Femenina, los cuáles sacan un gran rendimiento de los jugadores.
Currículum de Iurgi Caminos:
Temporada
96/04Atletiko San Sebastián y Zarautz (categorías inferiores)
04/05Guipúzcoa Basket (Adecco Plata), ayudante Porfi Fisac
06/08Azpeitia (júnior)
08/09Los Llanos Hellín (EBA)
09/11Azpeitia (cadete)
11/13Azpeitia (Adecco Plata)
12/14Araberri (Adecco Plata)
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