Miguel Panadés
Del colegio San Agustín salieron en Madrid muchos y buenos jugadores entre los que destacan el actual seleccionador nacional Juan Orenga, los hermanos Llorente, los hermanos De la Fuente… Ellos y muchos más – una lista inmensa de jugadores y jugadoras - se beneficiaron de entrenadores como Rafael Peiró, Javier Sampedro, Alberto Martín, Raimundo Gorgojo, transmisores tanto de conocimientos como de pasión por el baloncesto… Antonio Pernas, alumno de ese colegio, jugador en sus inicios – “pronto me di cuenta que lo mío no era jugar” - y precoz entrenador, captó desde muy joven el mensaje de la importancia de no sólo obsesionarse por formar buenos jugadores sino de intentar captar gente respetuosa por el baloncesto y sus valores, jóvenes que quizás no serían talentos en la pista pero sí podían serlo en el banquillo como entrenadores. “En mi opinión los buenos clubes de verdad son los que forman buenos entrenadores”, afirma en una reflexión importantísima en un baloncesto donde la inmensa mayoría de los clubes trabajan desde el silencio por y para la buena formación mucho más que para su sala de trofeos.

Es un privilegio entrevistar a entrenadores y entrenadoras de clubes que se asoman a la élite desde la realidad del baloncesto de todos. Porque compitiendo en unas ligas algo más conocidas que las autonómicas y por lo tanto comprometidos con unas mayores exigencias de tiempo – más dedicación por viajes y  horas de entrenamiento - esos técnicos mantienen la esencia de un baloncesto movido mucho más por la vocación que por la compensación económica. El análisis de Antonio Pernas está repleto de sensatez cuando afirma sin dudarlo que “el verdadero sentido de la existencia de la mayoría de los clubes es su trabajo de cantera”. Habla de la realidad de los clubes de la Liga Femenina 2 pero esa frase es extensible a la realidad de prácticamente todos los clubes de nuestro baloncesto. “La satisfacción radica en ver en el senior cinco o seis jugadoras salidas de la cantera y, claro está, en el caso de ser jóvenes saber rodearlas de la experiencia de otras y, en todos los casos, no dejar de formar nunca. Porque uno de los errores es creer que el trabajo de formación acaba en juniors, incluso en seniors jóvenes. No, hoy en día, y con la longevidad de muchas jugadoras que rinden a muy buen nivel pasados los treinta, la mejora individual puede y debe trabajarse a todas las edades”.

Antonio Pernas habla de enseñar, de sacar jugadoras jóvenes, de seguir ayudando a las más expertas a esa mejora continua. Habla Antonio de formar entrenadores en los clubes, “algo clave para conseguir todo lo que estamos planteando a la hora de mejorar jugadoras” y sin embargo pasa casi de puntillas por el análisis de otra de las grandes realidades de los entrenadores en seniors como son los resultados. “Está claro que a nivel senior no es lo mismo trabajar ganando que perdiendo porque lo que marca la diferencia en una competición como la Liga Femenina 2 es la dinámica de los equipos y ésta, se quiera o no, vive afectada por los resultados. Por eso es tan importante formar a las jóvenes jugadoras en los valores como la humildad, la disciplina, la generosidad para saber así mantener la dinámica adecuada de trabajo durante toda la temporada, en momento buenos y no tan buenos. Hoy en día en la Liga Femenina 2 no hay tantos talentos diferenciales y sí muchas jugadoras notables, jóvenes y no tan jóvenes por lo que se convierte en fundamental el trabajo del día a día”.

Influenciado en sus inicios por todos los entrenadores con los cuales convivió, vio entrenar, escuchó, debatió y convencido a la vez de la necesidad de que el entrenador “sea autodidacta”, construya un pensamiento propio”. “Si copias estás en terreno de nadie” afirma Antonio Pernas. Está al frente de CREF Hola! desde hace años y desde sus inicios ha acumulado experiencias como entrenador de base, director técnico o entrenador de seniors.  No importa demasiado en que contexto nos situemos en la conversación con este entrenador que transmite continuamente un mensaje dirigido hacia la mejora. Un mensaje perfectamente válido para cualquier entrenador, sea cual sea la edad de los jugadores o jugadoras que entrene o el nivel del club en el que esté.