MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Nadie que lo vio puede olvidar su extraordinaria exhibición en la final del Mundial U17 donde anotó 40 puntos ante nada menos que Estados Unidos. Y para nadie de los presenciaron su actuación del pasado domingo en Girona pasó desapercibida su facilidad anotadora ante el líder de la competición. La actual jugadora del Rivas Ecópolis demostró haber entendido pronto una Liga Femenina que da oportunidades a jugadoras que cada verano muestran su talento ante rivales internacionales de su misma generación y que, una vez en temporada, deben adaptarse a un baloncesto diferente en su conjunto pero donde el talento siempre tiene un lugar preferencial.

Salvadores es de esa especie de jugadores o jugadoras que tienen una virtud natural para leer y aprovechar las ventajas de manera más eficiente que las demás. No posee un físico especialmente potente, ni explosivo, ni voluminoso. No estamos hablando de una superatleta que supere a las rivales por volar más alto o correr más rápido. No, Salvadores, como en su  día y todavía hoy Navarro en la versión masculina, posee ese don innato que le permite convertir en fácil lo que para otros parece imposible. Una mirada suya al aro provoca un primer paso de la defensora y en apenas décimas de segundo ya ha conseguido la ventaja necesaria para armar en brazo y lazar o para dar un bote más y llegar hasta debajo del aro rival.

La jugadora del Rivas Ecópolis, formada durante unos años en el Siglo XXI y entrenada por precisamente el actual técnico del Spar CityLift Girona, es de esa “especie” que entran en un estado de gracia especial que les dota de una seguridad en ellos mismos que los convierte en imparables. De nada le sirvió a Ramón Jordana conocerla mejor que ningún otro técnico porque la respuesta de la jugadora durante el partido fue ir siempre un segundo antes que la defensa en clara demostración que, contra el talento ofensivo, hay pocas  estrategias defensivas válidas.

Rivas Ecópolis, el vigente campeón de la competición, vive una realidad muy diferente a la de la temporada anterior y su entrenador, José Ignacio Hernández, tiene ante si retos nuevos en su carrera profesional. Uno de ellos es conseguir que esta estrella de futuro que maravilló a la afición española durante el nuevo verano mágico de nuestras selecciones femeninas, continúe creciendo como deportista. El técnico salmantino ya tuvo estrellas precoces en sus filas hace muchos años y sabe cómo y de qué manera conseguir que entiendan perfectamente la realidad del baloncesto profesional.