MIGUEL PANADÉS/ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Cuestión de sensibilidad, de buen gusto, de respeto por la historia de un baloncesto que la forman tanto los principales protagonistas de los múltiples y variados capítulos vividos como también los testigos y notarios de un pasado sobre el que se ha construido este impactante presente. “Los que llevamos años sabemos de donde venimos, de los años más duros…” afirmaba el Presidente de la Federación Española mientras rendía un emotivo homenaje a Justo Conde, 85 años, uno de los pioneros del periodismo especializado en el baloncesto, una de las “plumas” más sagaces de esas décadas de los cincuenta, sesenta, setenta… en los que el baloncesto se vivía con tanta o más pasión que ahora aunque, evidentemente,  con otros medios.




Justo Conde podría explicar esos largos, interminables viajes, o esas crónicas de madrugada, o esas condiciones impensables en un presente que facilita la labor periodística con el uso de las nuevas tecnología. Pero sus crónicas en el “Dicen” llegaban diariamente a sus lectores desde 1956 hasta 1978. Sus artículos de opinión siempre sagaces, buscando ese tono crítico imprescindible desde la ya desparecida publicación Rebote o en los últimos años de otra revista inolvidable como Nuevo Basket. Justo Conde, un enamorado del baloncesto, vivió de cerca esos años de dominio del Real Madrid de constante asalto al poder de su querido Joventut de Badalona.

Su vida siempre ha estado relacionada con el baloncesto desde esos primeros años como jugador del histórico Laietà y posteriormente su dedicación de décadas a la labor de información y promoción de nuestro deporte. Curiosidades de la vida, su simbólica vinculación al baloncesto incluye incluso ese “quinteto” de hijos que llevan con orgullo su apellido. “La Federación Española me ha hecho muy feliz con este reconociendo y hoy borro esa sensación que tenía de “olvido” con la que he vivido en los últimos años. Recibo muy orgulloso la camiseta de España, con mi nombre. Muchas gracias”, afirmó un emocionado Justo Conde, decano de los periodistas especializados en baloncesto, ante más de una treintena de compañeros de profesión, de diferentes generaciones, algunos sabiendo exactamente quien era el homenajeado y otros, más jóvenes, tomando conciencia tanto de la importancia de una trayectoria ejemplar como de la necesidad de aportar la sensibilidad y reconocimiento al pasado como valor fundamental para proyectar el futuro.