El joven técnico del Al-Qazeres Extremadura transmite en feb.es sus ilusiones, las colectivas enfocadas hacia el objetivo del ascenso a LF, las individuales hacia esa constante mejore que acompaña siempre al entrenador.
Miguel Panadés
Jacinto Carbajal (Cáceres, 1980) es de esa generación mágica de nuestro baloncesto. Mientras Pau Gasol, Navarro, Raúl López, Felipe Reyes y compañía se colgaban el Oro en el Mundial Junior de Portugal él decidía emprender un camino paralelo enfocado hacia su formación como entrenador. Cáceres, en esa época, vivía un baloncesto influenciado por su primer equipo masculino en la ACB. “Recuerdo ir al pabellón V Centenario, abarrotado por cinco mil aficionados, y vibrar mucho con el equipo. Yo empezaba a entrenar y tuve la suerte de poder beber de las fuentes entrenadores como Manolo Flores, Alfred Julbe, Luis Casimiro y además Ñete y Javi Bohigas, Piti Hurtado, Juan Pablo Márquez, Mario Madejón… Lo cierto es que aprendí muchísimo de todos ellos”. Baloncesto y estudios – Arquitecto Técnico – y también precocidad a la hora de emprender la aventura de entrenar lejos de casa. “Dicen que uno no es entrenador de verdad hasta que no sale de su tierra. Pues yo empecé “la ruta” por España con Primeras Nacionales en Albacete y en Santiago, y Liga Femenina 2 en Ferrol hasta volver a casa. Fueron experiencias muy positivas junto a jugadoras que en muchos casos tenían más edad y que yo y con las que sin duda también aprendí mucho. En realidad entrenar tiene mucho de “ensayo-error” por lo que a partir de ahí vas seleccionando lo que te sirve o lo que no. Pasa como con la experiencia que recibes de los demás. Sirve tanto lo que te gusta como el saber lo que no debes hacer”.
La vuelta a Cáceres le llevó al equipo femenino de la ciudad, un Al-Qazeres que forma parte de ese grupo de aspirantes a disputar el ascenso, objetivo que ilusiona al club y a todo el baloncesto de la ciudad. “Cáceres es una ciudad de baloncesto y lo es por mucho que por el momento los dos primeros equipos no estén en lo más alto. Respecto a nosotros vamos intentar estar en las fases de ascenso y allí competir para conseguir un objetivo que todos buscamos. El Al-Qazeres es un club que trabaja desde la base hasta el senior con la idea de se cada temporada crecer en todos los aspectos. Estamos llevando cada vez más gente al pabellón y eso nos enorgullece”. Y todo ello en una Liga Femenina 2 que todos los entrenadores definen como muy enriquecedora tanto para ellos mismos como para la progresión de las jugadoras. “Hay igualdad, hay competitividad y sobretodo hay muchas jugadoras jóvenes y talentosas en progresión. Eso nos obliga a los entrenadores a ser mejores, a poder trabajar equipos pero también proyectar gente joven hacia más arriba”.
Entrenador Superior de la promoción de Madrid 2004 recuerda la experiencia en el CES como algo que le sigue acompañando en su labor como entrenador. “Fueron quince días hace casi una década y desde entonces casi siempre en los viajes por España he coincidido con compañeros que hicimos juntos el Curso. Mantengo amistad con entrenadores de toda España y por supuesto, el recuerdo de un montón de clases de maestros, un montón de detalles que me han servido en el futuro”. Disfruta del baloncesto y contempla la brillante exposición del panorama femenino español con el convencimiento de que “la labor que se hace en la base desde los clubes es lo que permite que luego se plasme en el punto más alto de la pirámide. Es un trabajo de mucha gente, muchos entrenadores y por supuesto también de una Federación Española que busca, detecta y sabe aprovechar muy bien los nuevos talentos”.