MIGUEL PANADÉS/ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Profundizamos con el técnico vallisoletano, formado como jugador y luego entrenador en la cantera del Forum, admirador en sus inicios de Mario Pesquera o Pepe Laso, sobre la idiosincrasia de la Liga Femenina 2, de sus equipos, de sus jugadoras, de su exigencia que califica de “profesional”. “No es equivocado afirmar que la Liga Femenina tiene la exigencia del deporte profesional por mucho que las estructuras de los clubes o los sueldos de las jugadoras o los entrenadores no lo sean. Pero los viajes, los entrenamientos, las horas que dedicamos los entrenadores a ver vídeos, a preparar el trabajo, es propia de una liga profesional”. De discurso corto, conciso, directo José María recuerda como en los últimos años de entrenador senior alternó esa función con la de dirigir un equipo de alevines en el colegio. “Muchas veces llego a casa por la mañana tras un viaje de vuelta con el equipo de Liga Femenina 2 y me voy directamente a llevar a mis niñas en el partido de alevines. Es como volver al lugar desde donde partiste, no olvidarte de dónde vienen todas las jugadoras  senior que entrenas”.

Hombre de baloncesto y como tal, observador de las tendencias, de las reacciones en pista de las jugadoras de nueva generación. “La Liga Femenina 2 ofrece un aspecto diferencial como es el conservar la frescura de sus jugadoras. Cada vez se juegan menos sistemas y más situaciones individuales y es porque la mayoría de esas jugadoras tienen muy reciente ese baloncesto de formación en el que ellas eran el referente de sus equipos. Es un baloncesto diferente al de Liga Femenina donde todo está más estructurado. Pero, técnicamente hablando, buscando el aliciente del talento individual, la Liga Femenina 2 es muy atractiva”.

Como Licenciado en INEF que es, esas valoraciones focalizadas hacia el baloncesto las amplía en cuanto a las ciencias asociadas al deporte y, como todos los entrenadores, considera el aspecto psicológico como determinante en la gestión de un grupo. “Dirigir requiere psicología y dirigir un equipo joven todavía más porque ellas viven situaciones a las que no estaban acostumbradas y reaccionan influenciadas ya no sólo por lo que se dice a su alrededor sino por lo que empiezan ya a leer o escuchar. Ellas vienen de ser la líderes de sus generaciones y de pronto se encuentran con otras jugadoras que también tienen ese papel en el equipo por lo que es fundamental “hacer grupo”. Y en ese camino que viaja de la mano de la condición física, técnica, táctica y psicológica Cerrato plantea un objetivo del Fundal Alcocendas, ambicioso, pero factible: “queremos estar en las fases de ascenso, algo que nunca se ha conseguido en el club y para el cual empezamos ya a estar preparados. Es un objetivo alto pero lo asumimos sabiendo que nos van a exigir, que algunas derrotas no se van a entender pero fuertes mentalmente para aceptar el reto”.

José María Cerrato es otro entrenador fundamental en los éxitos de nuestro baloncesto femenino aunque, como tantos, él no aparezca en el podio recogiendo las medallas. Pero forma parte de esa gran familia que trabaja cada día, él también como otros casos, en la doble función de ilusionar a nuevas practicantes y en otro momento del día, en proyectar esos nuevos talentos hacia una mejora continua. “Vivimos un momento muy importante para el baloncesto femenino español. Los éxito del verano se empiezan a forjar en invierno”. Cierto.