MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Primera periodo (21-4): Por delante desde el salto inicial

Uno de los defectos de la selección mostrado en todos los partidos disputados hasta el momento había sido la falta de tensión de los primeros minutos. Avisadas de la dureza del rival, el quinteto de Carlos Colinas salió con una intensidad brutal (12-0) desde el salto inicial. Un parcial demoledor en el primer cuarto dejó prácticamente todo visto para sentencia. Astou anotaba con facilidad y el recurso de la zona argentina fue respondido con dos triples.

Segundo periodo (39-16): El rodillo no cesa

Lejos de bajar el nivel, las rotaciones aumentaron la intensidad y a la solidez defensiva se unió una impresionante racha ofensiva impresionante con canastas de todo tipo, contrataaques, equilibrio en el juego interior y exterior, triples… Una avalancha de juego que llevó al luminoso un resultado de escándalo. Leticia Romero dominaba el tempo del partido y además anulaba con su buena defensa, la dirección del rival.

Tercer periodo (54-19): Seriedad tras el descanso

Como no podía ser de otra manera nuestra selección siguió enchufada tras el descanso y trabajó a conciencia en cada defensa. Si la diferencia era abismal la razón había que encontrarla más en las virtudes propias que en la incapacidad de un rival desmontado por los argumentos españoles. Argentina tan sólo era capaz de anotar 3 puntos en esa fase mientras en España anotaban siete jugadoras diferentes.

Cuarto periodo (68-32): Oportunidades y descansos

Un privilegio así en un Mundial no suele suceder y Colinas pudo en el último cuarto permitirse el lujo de dar descanso a jugadoras que deberán estar muchos minutos en pista en el futuro así como poder meter en pista y en ritmo a otras que habitualmente juegan menos. Montoliu y Rodríguez destacaban en el último cuarto mientras Astou descansaba en el banquillo.