ADECCO ORO (Final J.3):
Pedro Rivero, un Master de Dirección
6/1/2013 - 12:59 PM
La Adecco Oro se convierte cada vez más en un homenaje al jugador español. El Playoff final nos ha regalado hasta el momento demostraciones de, entre otros, Marc Blanch, Romà Bas y, en el tercer partido, una lección de lo que debe hacer un base a cargo de un veterano ilustre como es Pedro Rivero.
Miguel Panadés
Recomiendo a los jóvenes bases españoles recuperar imágenes del tercer partido del Playoff Final entre Lucentum y River Andorra y especialmente de los últimos minutos. Ahí queda reflejado el conocimiento de oficio de un jugador como Pedro Rivero, generación del 79, quince temporadas en baloncesto senior de la que tres en Liga Endesa, nueve en Adecco Oro, dos en Adecco Plata y las tres primeras de su carrera profesional en Liga EBA. Los partidos tienen diversos ritmos, cambios de guión, de sensaciones, de velocidades en el juego pero hay un momento, especialmente en los últimos minutos con el marcador igualado, en que los partidos son de los bases, de los directores en pista. Es ahí donde el saber estar, el correr a buscar un balón en manos de un exterior fuera de su posición para arrancárselo mano a mano, el levantar la vista y situar a sus compañeros para iniciar el ataque preciso, el saber aguantar faltas sin perder el balón o, como hizo Rivero, en saber anotar en el momento preciso, se convierten en valores fundamentales para todo aquel que aspire a ser un base “con carnet”. La implicación del base en el desarrollo del juego de su equipo se convierte en factor determinante.
Dice mi buen amigo Gustavo Aranzana que las ligas las suelen ganar los equipos que tienen los mejores bases y escoltas. Nunca olvido esa frase cuando estoy viendo finales. Andorra, de la mano de un escolta que ofrece un rendimiento extraordinario como es Marc Blanch – 23, 23 y 26 puntos respectivamente en los tres partidos de la final – estuvo a punto de darle el triunfo a su equipo pero fue un base de calidad contrastada como Pedro Rivero el que finalmente decantó la balanza, tanto por su serenidad cuando con seis puntos abajo en los últimos minutos supo dirigir sin precipitaciones como en ese triple en el último segundo que evidenció la importancia de que los bases, además de hacer jugar al equipo, deben tener capacidad de amenaza desde fuera o simplificando, un buen tiro de tres puntos.
Respecto al partido en general, respecto a la serie que queda, sea uno o dos partidos, insisto en la importancia de que las nuevas generaciones sintonicen el canal y la vean como una lección de “baloncesto terrenal”. No esperen ver acciones espectaculares por encima del aro en forma de mates o tapones pero sí demostraciones de carácter y calidad a cargo de una legión de jugadores que forman una Generación LEB fundamental en el baloncesto español. Podríamos calificar estos partidos como duelos de “valientes”, en el que nadie, absolutamente nadie se esconde. Lecciones de realidad del baloncesto.