Pocos técnicos en España e incluso Europa han tenido el lujo de poder ser ayudantes de los entrenadores más prestigiosos del panorama internacional. Y además en un club grande e histórico. Ángel González Jareño es uno de ellos y no por casualidad, ya que todos confiaron en él.
XAVI OLTRA
Ha sido uno de esos pocos privilegiados que ha podido crecer y formarse en los banquillos como segundo entrenador de técnicos ya históricos en el baloncesto nacional e internacional.
George Karl, Zeljko Obradovic, Sergio Scariolo, Manel Comas y Pedro Martínez han sido maestros muy cercanos del actual responsable del Planasa Navarra, que tuvo la fortuna de progresar en su carrera y aprender en todo un Real Madrid, el club de su vida.
Sabonis, Bodiroga, Arlauckas, Biriukov, Laso, Orenga, Djordjevic, Herreros, Tabak o Raúl López son algunas de las estrellas que Jareño ha visto triunfar durante ocho años en la casa blanca, donde conquistó una Copa de Europa y una Liga ACB. Sin duda su perspectiva tras 36 años dirigiendo en el mundo del baloncesto le hace contemplar y analizar con tranquilidad lo que fueron y son algunas de esas figuras que pasaron por sus manos y que en algún caso, ahora triunfan en los banquillos.
De trato excelente, serio y riguroso en el trabajo y sobrado obviamente de experiencias y conocimientos, Ángel Jareño sigue dando pasos en su ya dilatada y amplia trayectoria, que le ha llevado durante nueve años y ya 300 partidos a cuestas a estar como máximo responsable de muchos proyectos interesantes en la Adecco Oro. Antes de lograr un ascenso a la ACB con Guadalajara o disputar ‘playoffs’ de ascenso a la ACB en León y recientemente con Navarra, vivió el obligado reto por causa mayor de hacerse cargo de todo un Madrid con sólo 30 años. También ha experimentado la cara amarga del deporte en Palma o Cantabria, lo que hace aún más que Jareño conozca mejor que nadie los entresijos de este deporte. Una actividad que aún le provoca la misma pasión y ambición para seguir compitiendo al máximo nivel.
¿Qué recuerdos tiene de sus primeros pasos jugando al baloncesto?
Mis padres vivían en un pueblo de Cuenca, San Clemente. Yo estudiaba en un colegio pequeño, con siete u ocho años y vi como trajeron al pueblo un par de canastas. Fue todo un acontecimiento por aquella época y me llamó mucho la atención. Eran canastas grandes, enormes y arrancaron mi curiosidad. En el año 1969 nos fuimos a Madrid y yo fui a estudiar a Nuestra Señora del Buen Consejo. Mi primer entrenador fue Ángel Pardo. Yo me enganché en seguida. Llevaba tiempo tirando a canasta y por aquel entonces destacaba, lo hacía bien. Con 17 años un amigo me dijo un día que no podía llevar a los niños que entrenaba y si lo podía sustituir. Lo hice, se me dio bien y me gustó. Me quedé y estuve seis años con ese equipo, con el que fuimos campeones de Madrid. A los 21 años dejé de jugar. Lo hacía en Segunda División y estuve cuatro años compaginando jugar y entrenar, pero me di cuenta que entrenar me encantaba.
¿Quiénes empiezan a influenciarle en una cancha?
Tuve como entrenadores a Ángel Pardo, Ignacio Pinedo y Tirso Lorente. Empecé con Tirso en el Inmobanco, que presidía Raimundo Saporta. Habían oído hablar bien de mí. Fui ayudante del equipo júnior, donde jugaba Toñín Llorente. Todo empezó ahí. Luego también llevé el juvenil del Alcorcón y a la vez siempre entrenaba también en Nuestra Señora del Buen Consejo. En Villalba, como ayudante de Pinedo, me estrené llevando yo un partido. Es muy curioso y siempre lo cuento en charlas a los más jóvenes. Ignacio, en paz descanse, era un gran psicólogo, aparte de ser un gran entrenador. Él me enseñó que era muy importante “poner en el camino”. Ellos me pusieron en el camino correcto. En la autopista hay varias vías pero tú tienes que escoger una. Y ahí tienes que desarrollarte y formar también tu personalidad como entrenador. Por ello les tengo eterno agradecimiento. Ellos me enseñaron como trabajar a un grupo, que es lo importante, lo prioritario, lo secundario… cómo tienes que hacer las cosas si quieres tener éxito. Hay gente que no sabe escoger bien el camino.
“El cambio de la Federación con la entrada del nuevo presidente ha sido brutal"
¿Cómo fue su aterrizaje en el Real Madrid?
Estando un día en el colegio me llamó Clifford Luyk, que entonces era el director de cantera, para llevar el cadete. Y ahí entré en el Madrid. Para mí fue un paso muy importante. Desde que estaba ya con la selección del Siglo XXI siempre mamé la idea de que cuando entrenas cantera lo haces para formar y sacar jugadores, no para ti. Siempre lo tuve claro desde el primer día en la cantera del Madrid. Tuve cadetes que años después levantarían la Copa de Europa en el 95 en Zaragoza como José Lasa e Isma Santos. Y eso es la mayor satisfacción. Eso es el colmo para el entrenador de cantera. Fueron cadetes importantes como Martín Ferrer, José María Silva, Ignacio Romero… Nunca gané un título en un campeonato de España, pero mi tarjeta de presentación eran mis jugadores.
Con 30 años y tras el infarto de Ignacio Pinedo debe hacerse cargo del equipo…
Fue una situación difícil. Sinceramente, no estaba suficientemente preparado para llevar un equipo de ese ‘nivelazo’. Hice todo lo que pude. En la eliminatoria contra el Cantú remontamos en la vuelta pero perdimos en la prórroga. Y en la Liga quedamos eliminados en semifinales. Fue una temporada que ya empezó mal con la destitución de Wayne Brabender. Luego lo de Ignacio fue un segundo palo. El equipo estaba mal físicamente y con todo esto psicológicamente había que haberlo rehecho. Quizás la situación era para un entrenador que supiera manejar mejor esta situación mental. De todas formas fue una experiencia brutal. Es todo un Real Madrid.
Hablemos de sus primeros entrenadores… ¿qué recuerda de George Karl?
George era una enciclopedia absoluta, con un sistema de trabajo americano totalmente diferente. Pensaba que el jugador europeo estaba preparado para ello, pero no fue así. Teníamos muchísimos sistemas cortos. 48 creo recordar. Una barbaridad para esa época. Fue una etapa de aprendizaje sensacional en conceptos de ataque y defensa. Creo que Aíto, que para mí es lo máximo y respeto mucho, fue el primero que siguió el patrón (o paralelamente) de Karl en cuanto a hacer rotaciones. Para los americanos es clave la fatiga, porque quieren siempre una intensidad muy alta. Él hacía muchas rotaciones de minutos para todos los jugadores. Hasta ese momento teníamos el método tradicional europeo de contar básicamente con cinco o seis jugadores, como hacía Lolo Sáinz, y luego el resto salir sólo para dar algún minuto de descanso. Lo que trajo Karl fue una bocanada de aire fresco.
¿Y Obradovic?
Zeljko fue todo lo contrario. Venía de la escuela yugoslava de Asa Nikolic. Un baloncesto europeo enfocado al alto rendimiento de lo que se tiene a base de entrenamientos de alta intensidad y concentración. Eran dos horas de entreno de intensidad muy elevada. Para él la fatiga no contaba. Si tras entreno y entreno el jugador estaba cansado, eso no contaba para nada.
“George Karl era una enciclopedia absoluta, con un sistema de trabajo americano totalmente diferente"
¿Qué le aportó Sergio Scariolo?
Sergio era más la preparación táctica, el estudio del rival, la investigación… Echaba muchas horas. Con Obradovic, la verdad es que aparte de las dos horas de intenso entrenamiento, luego no había prácticamente trabajo. Con Sergio los días se hacían muy largos.
¿Con qué se queda de cada uno?
Cada entrenador por su carácter y forma de ser no puede copiar a nadie. Por ejemplo, como no tengo el mismo carácter de Zeljko, si intentara hacer lo mismo probablemente me la pegaría. Hay que coger cosas que te sean útiles.
¿Piensa que quizás se encasilló demasiado tiempo como ayudante?
Quizás sí me hubiera gustado antes dar el salto para ser primero, pero a veces otras cosas y la vida familiar también son importantes. Vas viendo también que estás en una situación de privilegio y decides no dar el salto a otro sitio. Cada decisión es respetable y yo entonces nunca vi el momento.
“A veces el orgullo y la profesionalidad tienen que estar por delante del dinero"
¿Qué tipo de baloncesto ha adaptado Ángel Jareño a sus equipos?
Siempre he mamado en el Madrid la defensa y el contraataque. El Madrid se ha caracterizado con Lolo Sáinz por correr el contraataque. Pero depende del equipo que tengas. Mi idea es intentar el equilibrio. Cuanto más entrenas, más te das cuenta de lo importante que es el equilibrio. Todo es importante, porque el ataque también lo es. Me gusta trabajar muy dura la defensa para que el ataque pueda crecer. Hay una retroalimentación. Si defiendes mejor, te obligas a hacer un mejor ataque. Depende también mucho de cómo construyas el equipo. Intento no complicarme la vida en ataque. La táctica te ayuda pero tiendo más a que el jugador se desarrolle y progrese con cosas sencillas. Lo más importante es que el jugador mejore, darle soluciones técnicas para que resuelva los problemas y no que el entrenador tácticamente tenga que salvarle. Por ejemplo, ponerse en zona para resguardar a un jugador que no defiende. A la larga es malo para el jugador. Por eso presiono todo el campo. Lo hice cuando llegué a Navarra. Nadie presionaba entonces y ahora lo hacen todos los equipos.
Su paso por Guadalajara fue más que exitoso…
El ascenso con Guadalajara fue un gran año, con los jugadores vinculados del Real Madrid que antes te comentaba. Fue una progresión interesante como te decía de esos cadetes, que luego serían campeones de la Euroliga, lo que culminaría esa progresión.
¿Cómo fue su paso por León y su llegada a la Liga LEB?
La LEB era muy fuerte. En los primeros años en León me encontré un nivel altísimo. Costaba empezar. Creo que el primer año arrancamos con un 0-5. Y al final acabamos segundos. Esa progresión siempre pasa por el trabajo. Si empiezas con gente nueva necesitas tiempo. Fueron dos años en un club austero, que para mí era el sitio perfecto para un entrenador. Ha sido de los pocos sitios que he llorado cuando me fui, porque estaba muy a gusto. La gente estaba conmigo, confiaban en mí... Si perdíamos el presidente se iba a comer conmigo… Era un sitio para dar la vida por esa gente, con una afición sensacional. De hecho vivo en León y me casé con una leonesa.
“La Adecco Oro es una gran liga y de gran enriquecimiento para el entrenador"
Después, en Tenerife y Palma no tuvo experiencias tan positivas…
Las islas no me han ido muy bien profesionalmente, aunque estoy enamorado de las dos, Palma y Tenerife. Al final, el 90% del éxito en una temporada no se consigue en mayo, sino en junio y julio cuando fichas. Si te equivocas, sobre todo en un club con poco dinero que no pueda fichar durante el año, estás ‘caput’.
En Cantabria también vivió una situación extraña…
En Cantabria también fue una experiencia difícil. Tras firmar hace diez días, tenerle que decir al presidente que no quieres trabajar ahí es complicado. A veces el orgullo y la profesionalidad tienen que estar por delante del dinero.
¿Cómo vivió su experiencia como ‘scouter’ en Menorca?
Fue una experiencia muy bonita. Vi un montón de partidos. Veía muchísimos vídeos que recibía para crear una base de datos. Mi trabajo fue buscar comunitarios y americanos con experiencia en Europa en posiciones que le interesaran al club. Jugadores que fueran ‘fichables’. La verdad es que viajé mucho por Europa.
En el Cajasol también estuvo al lado de dos grandes maestros, Manel Comas y Pedro Martínez…
Era muy difícil entrenar en Oro en este momento. Podía seguir en Menorca, pero Manel me pidió ir con él. Yo quería entrenar y él me dio parte del trabajo por las mañanas. Antes de ir con él siempre había dicho que me faltaba trabajar con dos entrenadores: uno era Aíto y el otro Manel. Así que se cumplió un sueño. Humanamente era un monstruo. Por lo que respecta a Pedro, él me ‘invitó’ muchas veces a hacer cosas de ‘su’ baloncesto. Ir en cierto camino. Detalles como presionar todo el campo. En táctica individual también me enriqueció mucho y en la idea de mejorar al jugador. Llevaba quizás mucho tiempo en un mundo táctico y él me apartó un poco.
“En la Federación indudablemente hay un método y un trabajo detrás, y no se puede obviar"
¿Qué opinión le merece la Adecco Oro tras dirigir 300 partidos en la competición?
La Oro tiene un nivel enorme y es un sitio perfecto para formar jugadores nacionales. Debería ser una Liga con más jugadores nacionales, y más ahora por la crisis. Creo que es una categoría de un gran enriquecimiento para el entrenador. Todos los días exige mucha formación. Te pone en muchas dificultades, se hacen muchas variantes… Te obliga a la preparación de todo ante las trampas a nivel defensivo que te plantea el rival. Es una gran Liga.
Usted trabajó hace años con la Federación, ¿qué le parece actualmente el trabajo de la FEB con las selecciones?
Yo he estado en dos etapas diferentes. No sé la fecha exacta pero creo que el cambio de la Federación con la entrada del nuevo presidente ha sido brutal. En organización y en todo. Los éxitos de la Federación son los éxitos de los entrenadores y los clubs. Un entrenador coge una o dos semanas a jugadores que han tenido diferentes entrenadores. Indudablemente hay un método y un trabajo detrás, y no se puede obviar. Hay muy buenos jugadores y entrenadores y el trabajo de la Federación es excelente.
¿Cuál es el camino que tiene que recorrer esta temporada Planasa Navarra?
El objetivo es asegurar la permanencia. Y luego acercarnos a los ‘playoffs’. Es la idea inicial. Por supuesto también hay el objetivo de la mejora de los jugadores, como te he comentado en toda la entrevista. Es intrínseco para mí, que los jugadores mejoren.
Currículum de Ángel Jareño:
77/81 Ntra. Señora del Buen Consejo de Madrid (formación)
81/85 CB Inmobanco, Ntra. Señora del Buen Consejo y Alcorcón (formación)
85/86 Bancobao Villalba, ayudante
86/90 Real Madrid (cadete y juvenil)
90/92 Real Madrid (ACB), ayudante y primero
92/94 Guadalajara (1ª División)
94/97 Real Madrid (ACB), ayudante
97/98 Canoe (EBA)
98/99 Real Madrid (EBA)
99/02 Real Madrid (ACB), ayudante
03/05 León (LEB Oro)
05/06 La Palma (LEB Oro)
08/09 Cajasol (ACB), ayudante
10/14 Planasa Navarra (Adecco Oro)