LIGA FEMENINA
Azu Muguruza: “El baloncesto nos enseña continuamente”
11/4/2013 - 8:49 PM
¿Cuántos entrenadores o entrenadoras llevan dieciséis temporadas ininterrumpidas en el mismo equipo? Apenas unos cuantos entre los que figura Azu Muguruza, entrenadora del UPV, todo un ejemplo de perseverancia y eficacia.
Miguel Panadés / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Todo empezó en el patio del colegio Mary Ward de Donosti con un entrenador llamado Pedro Hernández inculcando la ilusión del baloncesto a un grupo de niñas entre las que figuraba Azu Muguruza. Sí, ese momento es el que viven miles de niños y niñas repartidos en los colegios o clubes de cientos de ciudades o pueblos de todas las Autonomías. De pronto el bote del balón, la emoción por aprender a encestar, ese primer partido. De pronto “el bicho del baloncesto” entrando en los pequeños cuerpos de unos niños que se impregnan para siempre de esa ilusión. Relata Azu esos inicios y lo hace con un timbre de voz especial porque sabe de la importancia de esos primeros pasos. “Creo que no hay que perder de vista que desde hace años en cientos de localidades en toda España el baloncesto femenino es el deporte de más licencias. Eso hace que hayan muchas niñas que se inician. Recuerdo que en el colegio donde estaba nos ilusionamos mucho no sólo con jugar sino años más tarde con ir a pasar los sábados por la mañana para enseñar a las niñas que empezaban. Ahí está claro que es clave la figura de los mayores, de los entrenadores más expertos que no sólo enseñan baloncesto sino que contagian su pasión. A mi me la traspasó Pedro Hernández quien luego se ha convertido en uno de mis referentes como entrenadora”.
Azu confiesa que esas primeras experiencias en el patio de su colegio le marcaron de por vida porque incluso en la elección de la carrera universitaria - INEF – tuvo mucho que ver su ilusión por el baloncesto. Profesora de Educación Física, dejó de jugar a los veinticuatro años para enfocar su pasión por el baloncesto en la labor de entrenar. Ahí inició una etapa de casi dos décadas en la Universidad del País Vasco convirtiéndose muy pronto en entrenadora del equipo senior a quien dirige de manera ininterrumpida desde hace dieciséis temporadas. Empezaron en la liga universitaria, ascendieron en Ligas Autonómicas, se metieron en LF2 y ascendieron a la élite de la Liga Femenina. Y siempre, siempre de la mano de Azu. “El secreto de persistir tanto como entrenadora supongo que se basa en conocer el club donde estás y a las jugadoras que entrenas desde muy pequeñas. Al tener clara vocación de cantera he visto la evolución de muchas de las jugadoras del equipo desde formación hasta senior. Claro que hay momentos de dudas, de dificultad, de crisis pero creo que la mejor receta en esos casos es seguir trabajando duro y constante entendiendo que en el baloncesto es normal pasar por diferentes situaciones, buenas y no tan buenas”.
Ser entrenadora de baloncesto durante tantos años conlleva, en algunos casos, tener que conciliar vida familiar y profesional, y además encontrar tiempo para dedicar muchas horas al baloncesto. En todos estos años como entrenadora senior Azu ha tenido dos hijos, actualmente de quince y doce años, y ha realizado el Curso Superior – Málaga 2009 – en clara demostración de que, aunque difícil, todo es posible. “Claro que he tenido momentos muy duros pero siempre me he sentido muy apoyada por la gente del club, por el entorno y especialmente por Eva González, la que fue mi entrenadora muchos años y de quien aprendí mucho y siempre he tenido la suerte de trabajar con ella como entrenadora ayudante en UPV”. Recuerda Azu la experiencia del Curso Superior y, como le sucedió minutos atrás cuando recordaba el patio del Mary Ward su tono de voz también se emociona regresar mentalmente a aquel verano de 2009. “Aquello fue una explosión, fueron dos semanas tan intensas, de tanta inmersión en el baloncesto, de tanto bombardeo de ideas que pensaba que la cabeza me iba a estallar. Pero a la vez esa convivencia con tantos entrenadores de todas partes, de todos los baloncestos convirtió la experiencia en inolvidable. Echaba de menos a mis hijos pero la intensidad del curso me absorbió por completo”.
Recorre su trayectoria con esa calma aparente que transmiten los entrenadores y reconoce la importancia de vivir “permanentemente abierta” a recibir información del resto del baloncesto. “Siempre se aprende, viendo entrenar a otros equipos, hablando con Eva, tomando un café con otros entrenadores, conversando con una jugadora, viéndola entrenar, reaccionar… Los entrenadores debemos ser conscientes de que el baloncesto nos enseña continuamente, nos transmite mensajes no sólo tácticos o técnicos, sino de la comunicación con las jugadoras. Siempre les digo a mis jugadoras que sean participativas, que opinen, porque ellas son las que están en la pista y las que perciben muchas más sensaciones”.
Y como siempre cuando establecemos conversación con un entrenador o entrenadora de nuestro baloncesto femenino, la satisfacción de comprobar como aparecen continuamente nuevos talentos jóvenes, invadiendo nuestras primeras ligas y proyectando nuestro deporte hacia un futuro ilusionante. “Se habla de las más buenas entre las jóvenes y estas chicas se van a los mejores equipos pero lo que hace ilusión es ver como desde otras canteras aparecen también nuevos nombres en un fenómeno impensable hace unos años y que las circunstancias hacen que ahora sea factible”. Azu reflexiona sobre los éxitos de las selecciones, “la Federación Española da los pasos estudiados y adecuados en cada momento para gestionar el talento de la mejor manera posible” pero vuelve mentalmente al patio del colegio para encontrar la clave del éxito. “En una juventud que cada día tiene más y nuevos alicientes, necesitamos seguir ilusionando a todas las niñas que se inician en el baloncesto como en su día me ilusionaron a mi”.