MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Medalla de Plata con la Selección Española en el Europeo Cadete en Lisboa en 1995. Medalla de Oro en los Juegos del Mediterráneo de Túnez con España B en 2001. Campeón de la Liga ACB con el TDK Manresa en 1998. Campeón de ULEB Cup con el Akasvayu Girona en la temporada 2007-08. Manresa, Forum Filatélico de Valladolid, Lagun Aro Bilbao Basket, Akasvayu Girona, nuevamente Manresa… varias veces nominado mejor jugador de la jornada en ACB y siempre, desde sus internacionalidades con las selecciones españolas cadetes y juniors, reconocido como uno de los grandes escoltas - aleros que ha dado el baloncesto español.

Román Montañez, como tantos jugadores cercanos a esa generación de los 80, ha visto como una brillante carrera quedaba demasiadas veces eclipsada por el incomparable talento de una serie de jugadores excepcionales con los que ha coincidido en la élite. Él, sin embargo, siempre se ha mantenido persistente en esa ilusión por estar en la pista disfrutando de una pasión que se mantiene muy viva, ahora en la Adecco Oro, en Andorra. “El baloncesto siempre es baloncesto, estés donde estés y con quien estés. Me siento ilusionado en Andorra intentando adaptarme a un equipo en muy buena dinámica y deseoso de poder ayudar”. Forma parte Montañez de ese equipo líder de la clasificación y valora la competición Adecco Oro como muy cercana a la Liga Endesa. “Cada verano en pretemporada he comprobado el nivel de la Adecco Oro en los partidos de preparación. Muchas veces los equipos más potentes de esta competición han superado a los equipos de media tabla hacia abajo de la Liga Endesa. El juego puede ser más imprevisible en la Adecco Oro, un poco menos estructurado que en la Liga Endesa pero el nivel individual de los jugadores es muy alto”.

En Andorra todos tienen los pies en el suelo y cuando se menciona la palabra ascenso la respuesta suele ser ir mucho más encaminada hacia la prudencia que hacia el optimismo desmesurado. Montañez define el estado de ánimo del equipo como “ilusionado por el trabajo diario” para argumentar los pasos a dar en el futuro. “Es importante el día a día, el contemplar como máximo objetivo el partido siguiente, sin pretender mirar más allá”. El jugador catalán, de 33 años, reconoce encontrarse a un nivel muy alto físicamente y con motivación para seguir jugando muchos años. “Cada vez hay más jugadores mayores de 30 años en el baloncesto español y la razón se debe a que físicamente se realiza un muy buen trabajo durante todas las temporadas y, especialmente, durante los veranos”. Aún así Montañez cree en los jugadores jóvenes y recomienda apostar por ellos. “El baloncesto cada vez está más atado por el scouting y por lo tanto cada vez es más importante la capacidad táctica individual de los jugadores para leer el juego, para saber reaccionar. Los jugadores más veteranos sabemos sobrevivir a ese scouting del rival mientras a los jóvenes les falta la experiencia de haber vivido muchas situaciones así. La solución es que los entrenadores den más oportunidades a los jugadores que empiezan e inviertan en ellos el tiempo necesario para que adquieran esa experiencia. La cuestión no es cuántos jugadores jóvenes hay en los equipos sino cuántos minutos juegan esos jugadores jóvenes”.