MIGUEL PANADÉS Internacional con la selección española en 73 ocasiones. Debutó en la máxima categoría nacional en 1967 y en 1980 cambió la pista por el banquillo por culpa de una grave lesión. Dirigió cuatro temporadas al entonces Comansi. Ha ganado ligas, ha sido considerada mejor jugadora en un Europeo y todo ello compatibilizándolo con formar una familia, tener tres hijos. Desde que dejó de entrenar ha seguido emocionalmente vinculada al baloncesto viendo jugar a sus hijos y disfrutando de este deporte desde la grada. A los cincuenta y cuatro años y empujada por su hijo Joaquím, que también participa del curso, Neus Bartran se convierte en una de las alumnas del Curso Superior en un claro ejemplo de ilusión por esta pasión que lleva en la sangre desde que a los nueve años empezara a jugar en su colegio. Se produce un hecho insólito en el Curso. Madre e hijo juntos en la tarea de sacarse el título superior. Un reto afrontado en equipo y asumido con “respeto por la dificultad pero con las ganas de vivir de nuevo el baloncesto.” “Hace dos años mi familia me regaló un curso de piano. Ahora, por iniciativa de mi hijo, me empujan a hacer el Curso Superior. Cuando me lo propusieron me pareció una locura pero tengo que reconocer que ahora me hace mucha ilusión prepararme a conciencia durante la parte no presencial y vivir la experiencia en Málaga. No lo hago, en principio, con ningún ánimo de volver a entrenar pero sí con la ilusión de enriquecer mis conocimientos y acercarme de nuevo a la realidad actual de un baloncesto que ha cambiado mucho desde mi época de jugadora y de entrenadora.” Inevitable entrar en comparaciones sobre la manera de jugar en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta con respecto al baloncesto femenino actual. Neus hace una lectura clara de la situación actual respecto al pasado. “Físicamente el cambio es espectacular. Se juega con un nivel de intensidad y una potencia muy superior aunque echo de menos mayor lectura del juego. Creo que se piensa menos ahora en pista de lo que se hacía antes. Quizás se deba a que ahora se juega a una mayor velocidad y no hay tanto tiempo para leer el juego.” Para alguien que lleva el baloncesto en la sangre, volver a entrar en este intenso mundo de los entrenadores puede despertar de nuevo el deseo de entrenar. ¿O no? “Bueno”, afirma entre risas Neus, “no me lo planteo. Debería ser algo muy claro pero… No, la verdad es que mi única intención ahora es poder decir que me he sacado el título de Entrenador Superior, algo que tras cuarenta años en el baloncesto debo reconocer que me hace ilusión.”