Se ha convertido por méritos propios en uno de los jugadores históricos de las Competiciones FEB, pero la figura de Marc Blanch bien podría dar para una colección de cómics con 573 entregas. Una por cada uno de los encuentros disputados en un baloncesto nacional en el que este superhéroe ha vivido esta temporada sus aventuras más inverosímiles con una fractura de nariz y una pandemia mundial que intentaron detener su temporada.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Un total de 22 temporadas dan para mucho y, en el caso de un jugador de la talla de Marc Blanch, todas y cada una de ellas han sido una aventura en sí mismas, pero lo que se ha encontrado este alero catalán durante el presente curso no hubiera tenido cabida ni en el más retorcido de los guiones del mundo del cómic.
Porque, acostumbrado a ejercer como superhéroe de sus respectivos equipos, el exterior badalonés ha vivido -a sus 38 años- algunas de las situaciones más atípicas de su carrera en un año en el que ha tenido que parar hasta en dos ocasiones. Primero por una fractura del tabique nasal que le apartó de las pistas durante algunos encuentros y después por una pandemia mundial que nos ha privado de su elegancia sobre las pistas durante el tamo final de la temporada.
Una doble situación que le ha llevado a jugar únicamente cinco partidos en este aciago 2020 en el que tuvo tiempo suficiente para ganar enmascarado una batalla con dos tiros libres prácticamente sobre la bocina del partido disputado por su CB Prat en Zamora.
Porque Marc Blanch es ese jugador de las situaciones imposibles sobre la pista de un Joan Busquets que añora estos días más que nunca y sobre el que se le intuye todavía alguna que otra edición si tenemos en cuenta las palabras de este ganador nato.
Blanch: “Estar en un equipo como el CB Prat te rejuvenece y te ayuda a seguir siendo explosivo”
Desde su Badalona natal donde estos días afronta sus primeras salidas dentro del Estado de Alarma, el alero Marc Blanch aguarda con una cierta expectación el momento de poder regresar alas pistas. Todo ello tras una temporada repleta de contratiempos y que, sin embargo, no ha mermado ni mucho menos sus ganas de seguir disfrutando con el balón entre las manos.
Marc, vaya temporada rara la que estamos viviendo este año… ¿la más atípica de tu carrera?
“Sin duda. Para que te hagas una idea, en los cinco meses que llevamos de 2020 tan sólo he podido jugar cinco partidos, algo que no me había sucedido en toda mi carrera. Ha sido un año muy extraño, primero me rompí la nariz y eso hizo que me perdiera algún partido, luego tuve que hacer una pequeña pretemporada con nuestro preparador físico Toni Baena para volver y, a los pocos días, jugamos tres partidos seguidos y tuvimos que parar de nuevo. Si volver a arrancar siempre cuenta, imagínate el tener que hacerlo tres veces en un mismo año y más cuando tienes 38 años”.
¿Qué tipo de jugador ha sido Marc Blanch en este confinamiento? ¿De los que han corrido a lo largo de la terraza o delos que han utilizado las botellas como pesas?
“¿Yo? ¡De los que se han bebido las botellas sentado en la terraza! (risas). La verdad es que no he sido de los que me he vuelto loco entrenando. He intentado hacer todo lo posible, algo de pesas y el plan físico que nos iba remitiendo el club adaptado a las limitaciones, pero cuando estás en casa con dos niños pequeños es muy complicado el poder tener ese tiempo para ti. Hemos aprovechado para poder estar en familia, para intentar recuperar todas esas horas de las que no puedes disfrutar durante la temporada y para pasar mucho tiempo juntos”.
Daba la sensación de que, en el momento del parón, os encontrabais en vuestro mejor momento de la temporada…
“Quizá sí porque las sensaciones estaban siendo de nuevo positivas. El año pasado nos quedamos con ese regusto amargo que te deja una temporada con pocas victorias y en la que terminas descendiendo así que, todo lo que sea volver a ganar y que las sensaciones sean buenas, siempre es bienvenido. Estábamos en una buena dinámica y yo me encontraba bien en la pista, los 38 años no estaban pesando y la buena química del vestuario estaba ayudando a que las cosas salieran como queríamos”.
¿Cómo se lleva eso de haber pasado de luchar por ascensos a la Liga Endesa a tener que ser el veterano de un equipo filial?
“En el baloncesto te pasa como en la vida, que las cosas evolucionan y tienes que saber adaptarte a los cambios. Al principio de mi carrera yo era el joven que tenía que dejarse enseñar por la experiencia de los veteranos, de ahí pasé a ser un jugador importante dentro del grupo de jugadores que ponían la ambición y ahora soy ese jugador veterano que tiene que enseñar a los jóvenes todo lo que ha ido aprendiendo en esos años. Me toca guiarles en esa transición entre junior y senior y apretarles un poco las tuercas para que sepan que el salto no es sencillo. Calidad tienen de sobra, pero hay que ayudarles a que se adapten de la mejor manera posible sin dejar de ser competitivos”.
¿La prolongación perfecta del técnico Dani Miret sobre la pista?
“Por ahí van un poco los tiros porque mi papel también es el de recordarles dentro de la pista todo aquello que el entrenador ha ido marcando durante la semana… Hay que ayudarles a ser disciplinados durante el juego, a saber entender las directrices del entrenador y a trasladar a la pista el plan de partido de la mejor manera posible. Intento que entiendan que ese es el punto de partida para poder ganarse el respeto necesario y que, si son capaces de hacerlo, con el tiempo podrán ser ellos quienes tomen la iniciativa sobre la pista”.
Porque si hay un jugador que sabe muy bien cómo romper con el orden establecido, ese es Marc Blanch…
“La verdad es que esa ha sido siempre mi manera de jugar, al principio me costaba alguna mala cara por parte de algún veterano cuando me excedía, pero ahora tengo el privilegio de ser un jugador respetado y al que se le suele conceder esa licencia… Es un estilo de juego explosivo que me ha permitido ser todo lo que soy y que ahora sería absurdo cambiarlo, pero lo cierto es que ahora debo ser un poco más comedido para dar ejemplo a los más jóvenes”.
¿Y el día a día? ¿Te toca hacer de padreen el vestuario? ¿Has tenido que hacer un máster en nuevas tecnologías?
“Pese a tener 38 años creo que estoy muy integrado en todo porque soy como un chaval y el más loco de todos. Estar en un grupo como este te da espíritu de juventud y te ayuda a mantenerte al día en muchas cosas, por ejemplo en temas tecnológicos donde controlo todo lo que va saliendo incluso mejor que algunos de ellos. Lo que sí que tengo que vigilar mucho es el ruido ese que me ponen en el vestuario y al que ellos llaman música… ¡Eso no es música ni es nada!”.
¿Echas de menos ese día a día?
“Sí, porque algunos tienen 20 años menos que yo, pero no dejan de ser mi familia durante gran parte de la semana. Echas de menos el vestuario, los entrenamientos, el poder competir cada fin de semana… Y mira que a lo largo de mi carrera he tenido veranos largos por haber logrado ascensos directos, pero lo de esta temporada se está haciendo especialmente pesado… Habrá que intentar empezar cuanto antes la siguiente para que nos cueste un poco menos el poder arrancar y para que podamos estar rindiendo al máximo lo antes posible”.
A los 38 años, ¿cómo se plantea un jugador su futuro en el baloncesto?
“Con ganas de seguir disfrutando y sin mirar mucho más allá de lo que suceda durante cada temporada. No soy uno de esos jugadores que se marcan el reto de jugar hasta una edad determinada, pero sí de los que tienen claro que seguirá jugando mientras se encuentre bien y haya un club que le quiera. Quiero seguir compitiendo mientras sea rentable y el cuerpo aguante y, cuando eso no sea posible, pensaremos en otro tipo de vida al margen del baloncesto profesional”.
Porque, a estas alturas del baloncesto, ¿lo familiar pesa ya más que lo competitivo?
“De algún modo sí porque el año que salí de Palencia pude haber ido a equipos de LEB Oro con buenas aspiraciones pero en ese momento piensas en que ya vas teniendo una edad y en que te apetece estar cerca de la familia. En medio de esas dudas apareció la posibilidad de venir al CB Prat y no me lo pensé mucho. Me proponían estar cerca de casa, con un equipo interesante y una vez en ese punto ya me encargué yo de intentar que el proyecto fuera lo más competitivo posible dentro de nuestras posibilidades”.
Intuyo por tanto que, si algún equipo LEB Oro quiere ficharte para el próximo curso, deberá negociar antes con tu mujer y tus hijos…
“Seguramente deberían empezar por ahí y quizá mi mujer termine negociando con ellos la posibilidad de que me marche yo solo para allá (risas). Es algo a lo que no sabría responderte a ciencia cierta porque este último verano no se produjo esa posibilidad, pero no se puede cerrar ninguna puerta y siempre hay que escuchar las propuestas porque nunca se sabe dónde puede surgir un proyecto atractivo”.
Estadísticas de la temporada - Marc Blanch:
Partidos jugados: 19
Minutos: 23,21 p.p.
Puntos: 14,3 p.p.
Rebotes: 2,7 p.p.
Asistencias: 2,8 p.p.
Recuperaciones: 2,3 p.p.
Tapones: 0,3 p.p.
Faltas recibidas: 3,3 p.p.
Valoración: 15,7 p.p.
Trayectoria deportiva - Marc Blanch:
Categorías inferiores: Sant Josep Badalona
1999/01: CB Sant Josep (Liga EBA)
2001/02: CB Montcada (3ª División)
2002/03: CB Prat (Liga EBA)
2003/04: Romauto UE Mataró (Liga EBA)
2004/05: Aguas de Valencia Gandía (LEB Plata)
2005/08: Básquet Inca (LEB Oro)
2008/10: Básquet Mallorca (LEB Oro)
2010/11: Asefa Estudiantes (Liga Endesa)
2011/12: Menorca Básquet (LEB Oro)
2012/14: River Andorra MoraBanc (LEB Oro)
2014/15: MoraBanc Andorra (Liga Endesa)
2015/17: Quesos Cerrato Palencia (LEB Oro)
2017/19: CB Prat (LEB Oro)
2019/20: CB Prat (LEB Plata)