Compatibilizó estudios y baloncesto a lo largo de su etapa universitaria y lo hizo mientras ejercía como conductor de Uber durante unas noches en las que ganaba así el dinero necesario para poder pagarse los estudios. Cientos de horas al volante a través de las calles de Cincinnati y en las que Matt Stainbrook soñaba con poder ser el protagonista de una vida que le ha llevado a madurar en unas calles de Sevilla por las que le acompañamos durante el día más importante de la temporada.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
La de Matt Stainbrook no es una historia cualquiera. Así comienza a entreverse cuando sus imponentes 208 centímetros te dan la bienvenida en la puerta de su acogedor apartamento en pleno centro de Sevilla. Una vivienda a la que Matt echó el ojo a través de internet, desde su Ohio natal y en el mismo momento en el que una llamada de su agente le confirmó que su contrato con el Real Betis Energía Plus estaba cerrado.
Tras esa puerta nos espera una charla repleta de anécdotas, pero sobre todo de sentimientos, aquellos que le han llevado a conquistar cuatro títulos en apenas un par de temporadas y, sobre todo, a sentirse uno más en un equipo y una ciudad a la que ha sabido meterse en el bolsillo a través de una serie de valores que han hecho de él el pívot más codiciado de la Liga LEB Oro.
Así late un corazón de tonalidad verdiblanca…
La universidad, un punto de partida con cambio de marchas:
Acompañado de su habitual sonrisa, el compartir unas horas con Matt Stainbrook supone el aventurarse a conocer un buen número de anécdotas rodeadas de sueños e ilusiones. Momentos que le han exigido una importante dosis de esfuerzo personal para poder convertir a este corpulento pívot de Dayton en el jugador que es hoy en día.
La primera, en sus comienzos en el baloncesto universitario donde no dudó a la hora de tirar de valores personales para que su hermano Tim pudiera seguir jugando junto a él tras perder una beca clave para su futuro.
Así lo recuerda un jugador que tuvo que multiplicarse entonces a base de kilómetros y volante: “Estuve muy ocupado durante mi periplo universitario en Xavier jugando al baloncesto, yendo a las clases, conduciendo para Uber…Mi hermano estaba en el equipo de baloncesto junto a mí, era un gran trabajador y no se merecía el no tener la beca así que terminé cambiándosela y pensé que lo que podía hacer para pagar las facturas era conducir para Uber. Eso implicó muchas noches de acostarse tarde y levantarse muy temprano pero era lo que debía hacer”.
Así, Matt fue labrándose un futuro en el que las primeras oportunidades profesionales no tardaron en llegar,pero fue la llamada del Cafés Candelas Breogán la que despertó en él un sentimiento especial: “La primera vez que hablé con mi agente acerca de que tenía la oportunidad de jugar para el Breogán le dije que España era un gran país: sol, playas, sangría… pero terminé por descubrir que era mucho más que eso. Estaba muy emocionado por poder salir y, aunque no sabía en lo que me estaba metiendo, estaba deseando poder jugar al baloncesto ya que era la vida que había decidido. Disfruté mi tiempo en Lugo,disfruté con la gente, con la bienvenida que me dieron, con los aficionados… Es algo de lo que estoy muy satisfecho”.
Aunque sus primeros pasos en nuestro país no fueron ni mucho menos un camino de rosas para un jugador que tuvo que vencer al lógico proceso de adaptación para poder reinar en la zona: “Definitivamente hay una gran brecha entre los dos estilos. Mientras en Estados Unidos el juego es más físico, en España es más táctico. En ataque puedes explotar diferentes jugadores y diferentes situaciones,decidir cuándo pasar el balón o cuando jugar con las faltas… y todo eso hace que necesites un tiempo de adaptación para poder hacerte a ello. En mi caso creo que no fue muy grande pero sí que hizo que los esfuerzos fueran grandes durante los primeros meses”.
De las alegrías sobre la pista a la tristeza en los despachos:
No fueron sencillos los inicios de Matt en el baloncesto español pero si algo tuvo claro el pívot norteamericano es que su deseo de poder triunfar en el baloncesto profesional debían pesar más que las dificultades que se iba a encontrar en un inicio tardío de temporada.
Y es que su llegada a Lugo, con el curso ya comenzado, sirvió para asentar las bases de un proyecto al que terminó llevando al éxito: “La primera temporada llegué un poco tarde, cuando ya se habían disputado 4 o 5 partidos, y eso hizo que fuera un poco difícil el adaptarme a un equipo que ya contaba con buenos jugadores. Traté de ayudar en todo lo que pude pero no pude tener en el equipo el impacto que a mí me hubiera gustado. Fue un primer año muy divertido en el que me encontré con unos chicos maravillosos y en el que ganamos muchos partidos pese a que no terminamos exactamente como queríamos. El segundo año estuvimos mucho más únicos con el regreso de Salva Arco, con Sergi Quintela… fuimos un equipo para ganar la Copa y ascender a la ACB lo que hizo que fuera un año muy divertido”.
Eso sí, la que había sido hasta ese momento la mejor temporada de su carrera no llegó a terminar como a él le hubiera gustado al ver como su contrato no tenía continuidad en el tiempo. Pese a ello, los buenos momentos pesaron más que los sinsabores para un jugador que entendió a la perfección la decisión tomada por el club.
Un duro momento que, tal y como explica, le sirvió para poder afrontar su futuro con una visión renovada: “Fue un momento triste pero que no me hizo sentir enfadado sino en primer lugar agradecido al Breogán por la oportunidad que me había dado. Había conocido a gente maravillosa y fue una experiencia en la que me encontré con cosas increíbles como que Sergi Quintela sea ahora uno de mis mejores amigos. No me sentí enfadado porque entiendo que esto es un negocio así que sigo animando al Breogán, viendo todos los partidos que puedo y espero que ganen el mayor número de partidos posibles para seguir en ACB porque sería maravilloso”.
En ese momento, Matt tuvo claro aquello de que cuando una puerta se cierra otra termina por abrirse. Así se lo hizo saber el que fuera jugador -y hoy agente- Óscar González, cuando le trasladó la oportunidad llegada desde Sevilla para poder incorporarse al nuevo proyecto verdiblanco en la Liga LEB Oro.
Una oportunidad que encajaba a la perfección en lo que Stainbrook buscaba para una nueva temporada en la competición: “Cuando hablé con Óscar y me dijo que el Real Betis quería que viniera a Sevilla para jugar con ellos fue muy emocionante. Yo buscaba un equipo que quisiera ganar y que buscara ir a la ACB y que fuera de la cancha me ofreciera una ciudad increíble que era algo que había oído de aquí. Estaba muy ilusionado porque me ofrecía un proyecto con el que iban a poner los jugadores y el staff necesarios para ganar”.
Y Sevilla tuvo un color especial, dentro y fuera de la pista:
Llegó a la capital hispalense en un caluroso mes de agosto y, desde ese mismo momento, Matt pareció tener claro que había encontrado el lugar ideal en el que dar continuidad a su carrera.
Una ciudad que le acogió con los brazos abiertos y en la que ha completado un año para el recuerdo: “Me he sentido muy bien tanto con la ciudad como con el equipo. Desde el principio no ha importado en qué posición estuviéramos sino el juego del equipo. Al principio estuvimos un poco temblorosos porque perdimos dos de los tres primeros partidos pero pusimos todo para estar juntos sobre la pista siendo mejores jugadores después de cada entrenamiento, de cada día y de cada partido. Este ha sido uno de los años más excitantes de mi carrera porque el ganar la Copa y el haber podido ascender a la ACB ha sido muy especial”.
Pero no sólo de baloncesto vive el hombre y si algo ha demostrado este año el center norteamericano a su nuevo club es que su compromiso con la entidad verdiblanca iba mucho más allá de lo vivido sobre la pista en las horas de “oficina”.
Así, Matt ha llegado a sentirse un andaluz más en una comunidad autónoma que parece conocer ya al detalle: “Amo vivir en Andalucía. Es una zona que te ofrece muchas cosas para hacer, puedes ir al sur a las playas de Cádiz o de Huelva o puedes quedarte en Sevilla en la Plaza de España o las Setas con muchas cosas que hacer. Además de eso, la gente aquí es muy amable y los aficionados béticos son increíbles. Ir a ver los partidos de fútbol del Real Betis al Villamarín es increíble y la comida es asombrosa: salmorejo, solomillo al whisky, torrejas… ¡todo está muy bien!”
De este modo, Sevilla volverá a ser su primera opción de cara a una próxima temporada en la que desearía continuar con el proyecto iniciado este curso: “Me encanta estar aquí, amo jugar para el Real Betis y esta es mi primera opción. Cuando firmé con ellos lo hice dispuesto a esforzarme para poder estar aquí el mayor tiempo posible así que espero poder seguir aquí el año que viene. Si no, lo entenderé, sé que es un negocio y que querrán ganar el mayor número posible de partidos en ACB. Creo que puedo jugar en ACB y que estoy preparado para ello, quizás no sea el año que y sea en el futuro pero amo España, amo jugar aquí y me gustaría jugar aquí”.
Pero… ¿puede estar Matt preparado para dar el salto a la Liga Endesa? Con un reflexivo análisis plagado de sinceridad, el center de Ohio explica los motivos que podrían llevarle a triunfar en una categoría superior: “Conozco el estilo de juego de España, conozco la Liga, conozco el estilo que se juega en la LEB Oro… y creo que puedo trasladar todo esto a la ACB. Sé que no voy a ser una estrella en un equipo de ACB pero creo que puedo ser un jugador que impacte y que ayude al equipo”.
Todo ello tras tres buenas temporadas en las que ha ido creciendo con la competición: “La LEB Oro es una Liga muy abierta desde arriba hasta abajo. Hay buenos equipos y cualquiera puede ganar a cualquiera ya que no hay un partido sencillo. Estoy muy entusiasmado por el trofeo que vamos a recibir hoy y de poder celebrarlo con los béticos y disfrutar de este momento. Es muy especial cuando puedes ganar una Liga y disfrutarla con tus aficionados, tus compañeros,el staff…”.
Eso sí, mientras llega el esperado momento en el que saber si continuará o no en el proyecto bético en la Liga Endesa, Matt tiene claro lo que hará una vez finalice la temporada.
Una Liga que concluirá para él en un par de semanas y tras la que comenzará a pensar en el futuro: “Este verano no voy a relajarme mucho sino que voy a trabajar duro para estar preparado para la próxima temporada. Además, voy a tener mucho tiempo así que estaré con mi familia y amigos y quiero viajar un poco, tengo planes para ir a Australia con mi novia lo cual será muy divertido y habrá algo de Fornite por aquí y por allá. Eso sí, todo con el deseo de poder regresar muy pronto a Sevilla”.