GIGANTES: El ciclo de éxito
9/9/2012 - 4:14 PM
La revista Gigantes del Basket ha publicado un artículo destacando el éxito de las selecciones españolas femeninas durante este verano. Miguel Panadés titula este fenómeno deportivo como el “Ciclo del éxito” relatando todo el proceso formativo de nuestras jugadoras desde la detección de talentos hasta la U20 femenina.
MIGUEL PANADÉS (Publicado en Gigantes del Basket)
Hace más de un década que el baloncesto femenino español, en todas sus categorías de formación y en la élite senior, proporciona sucesivas alegrías sumando éxitos en forma de títulos con los clubes o de medallas con las diferentes selecciones. Este verano no ha sido una excepción.
Se hizo extraño no ver a la selección española femenina en los Juegos Olímpicos de Londres pero la compensación a esa ausencia llegó de la mano de un futuro ciertamente ilusionante representado por las selecciones U16, U17 y U20 (La U18 consiguió una quita plaza que la lleva al próximo Mundial U19) capaces de conseguir dos medallas de oro en sendos Europeo y una de Oro en un Mundial. El análisis de la situación del baloncesto femenino español nos lleva a comprobar una difícil situación coyuntural en los clubes, aspecto que está provocando una constante fuga de talentos seniors hacia otros países pero en compensación, una inagotable fuente de nuevas jugadoras con capacidad para convertirse en las mejores de sus generaciones a nivel europeo e incluso mundial. Hay una gran cantidad de talentos, cantidad de jugadoras que alcanzan la excelencia.
Cuando se habla de excelencia, de capacidad para competir con los mejores de los mejores, el punto de referencia de ese nivel máximo lo marca Estados Unidos. Tanto en la vertiente masculina como femenina el factor diferencial con respecto al ahora poderoso y principal rival estará no tanto en la capacidad para formar talentos – que esa capacidad existe indiscutiblemente en España - sino en la cantidad de talentos que seamos capaces de sacar. Ahí, “la fábrica” de buenas jugadoras españolas no deja de producir ya sea desde, principalmente el Centro de Tecnificación Siglo XXI y los diferentes clubes repartidos por toda la geografía que con más o menos medios consiguen captar, ilusionar y formar jugadoras convirtiendo el baloncesto en el deporte en España con más número de licencias femeninas.
LA CADENA DE EXPERIENCIAS
Este verano Laura Gil se convirtió, con sólo veinte años, en la jugadora española con más medallas en el baloncesto español. Sólo la superan tres jugadores de la generación del 80 como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro y Felipe Reyes. Laura representa perfectamente el ciclo de éxito diseñado para que una jugadora talentosa, por físico o por habilidades naturales, sea captada, adquiera experiencia en campeonatos de España, se forme en un Centro de Tecnificación como Siglo XXI desde los 14 a los 18 años, vaya compitiendo internacionalmente cada verano en diferentes selecciones tanto de su edad como de un año más y todo ello le lleve a adquirir “un conocimiento del oficio” para dominarlo y, lo más importante, disfrutarlo. Porque esa labor formativa que se hace con las jugadoras y esa hoja de ruta que es importante diseñarle a un jugador o jugadora con clara proyección debe ir acompañada de la suficiente adaptación a las diferentes edades y etapas mentales y físicas por las que atraviesa, primero una niña, luego una adolescente y, finalmente, una mujer. En este sentido y en paralelo a la captación y formación existe una labor de tutelaje de jugadores y jugadoras que la FEB lleva a cabo desde hace unos años en una iniciativa promovida por Ángel Palmi que permite mantener contacto con el joven talento orientándolo si es necesario y prestándole esa ayuda suplementaria siempre importante en edades de formación.
LAS CLAVES DEL ÉXITO
Los seleccionadores femeninos triunfadores este verano, Evaristo Pérez, Anna Caula y Víctor Lapeña, coinciden en afirmar que la jugadora española tiene “una capacidad de entender el juego y de sobreponerse a situaciones límite en los partidos superior a la mayoría de rivales extranjeras”. Y cuando se profundiza en las razones de esas capacidad cada uno de ellos nos da con algunas claves: por ejemplo Evaristo Pérez no duda en afirmar que “las concentraciones que organiza la Federación Española con las preseleccionadas a los largo de la temporada, en Navidad y Semana Santa, permite ganar tiempo al tiempo y, además de sumar más formación para la jugadora, prepara mejor a la selección en cuestión para luego poder crecer durante los campeonatos”. Ya tenemos una primera razón que enlaza con la que apunta Víctor Lapeña y que se refiere a ese “conocimiento máximo de todas las jugadoras de cada generación y el trabajo programado de los Equipos Técnicos de la Federación que se benefician de la labor de los diferentes seleccionadores anteriores. Estas jugadoras jóvenes van evolucionando tanto en sus clubes o en las diferentes selecciones de una manera progresiva y adecuada a su edad”. Anna Caula, la última gran triunfadora del verano con el Oro en la U20 en su debut como seleccionadora, “finaliza” el ciclo con jugadoras que ya tienen experiencia en baloncesto adulto. “Todas ellas están acostumbradas ya a competir, a vivir situaciones de presión, con sus clubes y en los diferentes campeonatos internacionales. La jugadora española joven de élite llega a edad senior con un bagaje superior a sus rivales internacionales”.
DE LA NECESIDAD, VIRTUD
Comentan muchos entrenadores expertos en baloncesto femenino que las dos primeras Ligas Femeninas españolas permiten el pronto desarrollo de muchas jóvenes talentos en una edad crítica en la que la decisión más importante es, o seguir el camino de jugadora de baloncesto de alto nivel, pasar a un baloncesto menos profesionalizado o incluso dejar definitivamente la práctica del deporte. La coyuntura actual, con una terrible crisis económica que afecta a todos los sectores y por supuesto también al baloncesto provoca sin embargo un efecto positivo para muchas jugadoras jóvenes a las que sus clubes dan la oportunidad de formar parte de las plantillas de sus equipos seniors en edades tempranas permitiéndolas así desarrollar y completar su formación adquiriendo experiencias muy positivas. Son muchos los entrenadores de máximo nivel que están emigrando y con ellos también muchas jugadoras que encuentran en el baloncesto extranjero una interesante opciones de desarrollo profesional. Pero aún siendo una triste realidad, esa fuga de talentos abre las puertas de entrada a otros nuevos, tanto jugadoras como entrenadores, que no dejan de salir desde la formación y que encuentran espacio para desarrollarse deportivamente. La excelencia deportiva en el baloncesto femenino está asegurada por una simple cuestión de CANTIDAD DE TALENTO.