DPTO. COMUNICACIÓN DE LA AEEB

Un recién entrado en la treintena entrenador catalán llamado Jesús Ramírez, con un buen currículum en Cataluña, pero sin todavía alcanzar cotas mayores, decide emprender en julio de 2011 la aventura teutona, dejando atrás absolutamente todo, su trabajo, su familia, sus equipos donde entrenaba. Se la juega entonces para ir a Ulm y empezar a trabajar como parte del cuerpo técnico del Ratiopharm, conjunto de la Bundesliga que con un proyecto renovado busca entrar por tercera vez en su historia en los play offs.

Pasó todo un verano, todo un invierno largo en Alemania y una primavera y ahora, con la campaña 2011/12 tocando su fin, Ramírez puede decir que ha triunfado. Si él no quiere poner en su boca esa palabra, la ponemos nosotros.

Porque se fue con una mano delante y otra detrás, como quien dice, para empezar haciendo vídeos y encargarse de equipos inferiores (así nos contaba en julio) y ya en octubre era miembro de pleno derecho del plantel técnico del Ratiopharm Ulm.

No había hecho más que empezar una carrera en el extranjero que con mayo finiquitado, le va a dar la oportunidad de vivir una Final de la Bundesliga, al mejor de cinco partidos (1-1-1-1-1) contra el favorito Bamberg de Jacobsen, Slaughter, entre otros.

El Ratiopharm Ulm llega a ese escenario después de un brillante play off, con un balance de 6-0 y tras haber competido en el al Top 4 alemán (una mezcla de Supercopa y Copa). De momento, fase previa de la Euroliga asegurada para el próximo curso. Casi nada para un entrenador que un año atrás compaginaba su pasión con su puesto de comercial en una empresa de bricolaje.

“No imaginaba que esto fuese a ir tan bien. He tenido la suerte de caer en el mejor sitio, en el mejor momento”. Quizá la suerte pueda existir, pero también hay que trabajársela y buscarla. Y cuando te llega, aprovecharla. Todo ello lo ha hecho Ramírez, en un país tan exigente y no dispuesto a pasar ni una como es el alemán.

“Además del primer equipo, dirijo al mini basket, con el que he llegado al Top 4 regional, en el Estado de Waden-Burtemberg. Lo máximo, más allá de esto no hay más competición. En el Ratiopharm Ulm lo que sigo haciendo es encargarme de los vídeos, de las estadísticas de las jugadas y de entrenamientos individuales de los jugadores pequeños, donde dependiendo del tramo de la temporada hacemos una cosa u otra. Ahora, llegados a este punto, estamos con sesiones de feeling, para que el jugador se sienta cómodo y afine más si es posible, ya que eso te puede dar dos puntos extra en el próximo partido y ese factor quizá sea decisivo”.

Tras un curso deportivo en Alemania, Ramírez puede establecer diferencias entre ese baloncesto y el nuestro. “Es muy físico lo que hay aquí, quizá por el mayor número de los llamados americanos”.

El Ulm, un club secundario en la Bundesliga está ante la segunda oportunidad de llevarse la Liga en toda su trayectoria, algo que nadie pensaba allá por agosto. “Lo que ocurre es que hay una excelente dinámica y todos estamos muy cómodos aquí. El primer entrenador Thorsten está haciendo una gran labor, pero sabemos que es muy difícil llevarnos el título”.

Como sea, está claro que la experiencia vivida por Ramírez es algo que resultará vital en su carrera como entrenador. “Quiero seguir formándome aquí y pienso que tengo que continuar en el club, lo que espero se confirme en las próximas fechas. Ahora en verano me voy a la Liga de Verano de Las Vegas con Jordi Fernández, asistente de los Cavaliers. Fíjate, ha pasado todo rapidísimo. A veces me enfado porque no me he parado a disfrutar todo lo que me está sucediendo, pero es que ha ido todo tan deprisa…Ha sido una excelente adaptación, yo que nunca había salido de casa para trabajar fuera, que me ha permitido conocer otras dinámicas de trabajo”.

¿Y la sociedad alemana? “La gente es muy suya y es complicado entrar en su círculo, pero sí que es cierto que son leales y si te ganas su amistad, van a estar ahí siempre para ti”.