REPORTAJE: España acaba con su negra historia con Polonia
8/31/2011 - 11:16 PM
Con la victoria frente a Polonia la Selección acaba con una de sus históricas bestias negras además de con la tendencia de empezar perdiendo los campeonatos
ANTONIO RODRIGUEZ / COMUNICACIÓN FEB
Con un bote en el pie y la posterior pérdida de balón de nuestro internacional José Luis Martínez en los últimos 20 segundos del partido, los polacos igualaron a 53 el marcador y nos asestaron el mazazo definitivo en la prórroga (58-61). Era Mayo de 1959, en un estadio de fútbol en Estambul, acondicionado con una pista de baloncesto, donde se estaba disputando el Eurobasket (ya ven. Era moda disputar estos torneos en estadios de fútbol cuya afluencia superaba los 20.000 espectadores). Y con esa desafortunada jugada, se comenzó una de las travesías más oscuras de la historia de nuestro baloncesto, forjando una de las grandes bestias negras de nuestra historia: Polonia.
Pau Gasol y Juan Carlos Navarro con sus acciones decisivas en los últimos segundos, han conseguido asegurar una victoria y sobre todo, no asomarnos al filo de aquellos oscuros tiempos con los polacos, que exactamente duraron 17 tortuosos años, hasta que conseguimos arrodillarles en el Preolímpico de Hamilton, clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Montreal’76.
LOS JUEGOS Y LAS CUERDAS
Aquellos renglones comenzaron a torcerse en los Juegos Olímpicos de Roma’60, con la curiosidad de que nuestros internacionales no tuvieron sitio en la Villa Olímpica puesto que desde España nunca se pidieron, seguros de que no se clasificarían para los Juegos por el Preolímpico de Bolonia. Trámites posteriores consiguieron que fueran unos “deportistas” más, aunque las esperanzas se acabaron cuando en la 2ª jornada se perdió con Filipinas en uno de los partidos más broncos que se recuerdan, con lesión de nuestra estrella, el gran Ninu Buscató incluída, lo que mermó nuestras fuerzas para enfrentarnos a los polacos, que nos derrotaron claramente (63-75), mandándonos al 14º puesto de aquel torneo, tan solo por delante de Japón y Bulgaria.
Vista la racha que empezábamos a encauzar, complicada era la tarea de intentar ganarles en el Eurobasket de 1963, celebrado en su país, concretamente en la ciudad de Wroclaw, con el añadido que fue el debut del campeonato. Una mala primera mitad y un pívot llamado Likszo que amargó a nuestro querido y recientemente fallecido Alfonso Martínez, fueron motivos suficientes para derrotarnos (76-79), aunque con la salida de Moncho Monsalve hubo posibilidades de victoria hasta el final. Y fue un lanzamiento suyo que se salió, la puntilla a una nueva derrota y una nueva frustración en un buen campeonato en el que se acabó séptimos, nuestra mejor clasificación en muchos años.
Como curiosidad, decir que el viaje desde Varsovia hasta la población organizadora, Wroclaw, transcurrió por los aires en una avioneta tan pequeña, que la expedición debía colocar las maletas en los pasillos del avión y atarse –literal- con cuerdas al asiento, lo que se suponía que eran cinturones de seguridad. Tras el torneo, a la vuelta, Alfonso Martínez se negó nuevamente a realizar tal trayecto en avión, y sin que nadie lo supiese, tan solo Buscató, se “escapó” en un taxi hasta Varsovia.
Estamos hablando de un tiempo en el que los equipos del “telón de acero”, física y técnicamente eran superiores a nuestro Equipo Nacional, y selecciones que ya no son tan importantes en el concierto internacional como Bulgaria, Checoslovaquia o la protagonista de este artículo, Polonia, eran a priori superiores, sobre todo porque sus pívots tenían más altura. Tan sólo nuestra rapidez en el juego, imprimida sobre todo por Sevillano, Emiliano o Buscató, podía derrotarles en contadas ocasiones.
TIEMPOS DE PENURIA CON POLONIA COMO DENOMINADOR COMUN
A la dura derrota encajada en el Eurobasket disputado en la URSS en 1965 (57-82), más concretamente en la actual ciudad georgiana de Tbilisi, con Pedro Ferrándiz como seleccionador en el primer y último campeonato en el que ocupó este cargo (undécimos. Suficiente como para decidir dimitir), le siguieron dos casi consecutivas en un torneo preparatorio en París (79-80) y en el Eurobasket de Helsinki’67 (71-88), escociendo más el primero, por ser un encuentro casi ganado a lo largo de los 40 minutos, ya con Antonio Díaz Miguel como seleccionador nacional. Finales igualados que nunca se convertían en victoria eran una moneda que siempre caían del mismo lado.
A tal punto llegó nuestra fobia por los polacos, que con un equipo más poderoso, con la gran diferencia de contar con Clifford Luyk ya en nuestras filas, pudiendo luchar en igualdad de condiciones contra sus pívots, nos tuvimos que ingeniar alguna treta y poder asegurarnos el billete para el anhelado torneo olímpico de México’68. Justo Conde, histórico periodista del diario “Dicen”, en una supuesta entrevista radiofónica con el entrenador uruguayo, que estaban englobados en nuestro grupo, intentó convencerle para que se dejaran perder con Indonesia, deshaciendo así un triple empate con ellos y adquirir nuestro pase, con la contrapartida que, España sin presión alguna y con el billete en el bolsillo, saliera a ganar a Polonia, nuestro último rival -que ya había ganas- otorgando así la plaza olímpica a los sudamericanos. Ni una cosa ni la otra. Uruguay ganó porque un chico de color llamado Hernández pareció no enterarse de esas instrucciones. Sin embargo, una pírrica derrota nuevamente por la mínima de nuestra selección ante Polonia (72-73), nos sirvió para cumplir nuestro deseo y presentarnos en la ceremonia de inauguración de tal evento.
En Nápoles, en 1969, una entrada fallada sobre la bocina del ya desaparecido Chus Codina (que curiosamente se retiraba ese año de la Selección), nos volvió a alejar de tan ansiado triunfo (78-79), pero con la clara muestra que aquellas diferencias de principios de la década, prácticamente habían desaparecido De hecho, el quinto puesto final, ganando a los anfitriones italianos, dieron muestras de ello. Y en Essen, Eurobasket disputado en aquella ciudad alemana de infausto recuerdo español, se acumuló otra derrota más (70-83).
Wayne Brabender siempre recordará con cariño los esfuerzos que debió acometer la Selección Española para conseguir el pase a los Juegos Olímpicos de Munich en 1972. Un Preolímpico y una repesca fueron necesarios para tal logro. ¡30 partidos! contando amistosos también, en poco más de 2 meses se necesitaron para llegar a ese soñado desfile olímpico. Y por el camino, tanto en el Preolímpico de Amsterdan (86-88) como en la repesca en la ciudad alemana de Augsburgo (78-82) se sumaron dos decepciones más, sobre todo la primera, que fue decisiva para no clasificarnos y buscar en tierras alemanas el pase.
DE NUEVO POLONIA DESATA LA CRISIS EN UNOS JUEGOS
¿En aquellos Juegos Olímpicos? Con graves problemas internos y lucha de poderes en la Federación, una derrota por 70-74 frente a los polacos en los últimos encuentros que otorgaban las plazas del 9º al 16º puesto, hasta pareció honrosa. Fue la última ocasión. La última que tuvimos aquel sinsabor tan desagradable. Dejábamos atrás muchos años de miedos escénicos cuando veíamos su combinado.
Una plata de por medio en “nuestro” Eurobasket barcelonés, acompañados con un quinto puesto mundialista y un cuarto en el torneo plavi de Belgrado, ya eran un caché más que sobrado para ganarles en Hamilton (99-78). La diferencia de baloncestos ha ido rotando con el tiempo, y desde 1980, en 9 ocasiones con la lograda en este campeonato, han sido testigos que aquello está muy, pero que muy alejado. Eso sí, como historia nuestra que es, nunca deberá ser olvidado, aunque sea como homenaje a todos aquellos que las sufrieron y por los que gracias a ellos, disfrutamos hoy día de lo que tenemos.